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Por Klaus Blume (dpa)
Lübeck (Alemania), 17 nov (dpa) – La novela más famosa del Premio Nobel de Literatura alemán Thomas Mann cumple 100 años: el 20 de noviembre de 1924 salió a la venta «La montaña mágica», una historia de época ambientada en los Alpes suizos que aún tiene mucho que decirnos hoy en día.
Aunque Thomas Mann la escribió en Múnich, donde vivía entonces, el autor nació y creció en Lübeck, donde se encuentra la Casa Buddenbrook (perteneciente a la familia Mann y llamada así por la novela «Los Buddenbrook», del escritor), donde tiene su sede hoy la Sociedad Alemana Thomas Mann. Por ello, este año la ciudad a orillas del río Trave -un pequeño río que desemboca en el mar Báltico- está completamente bajo el hechizo de «La montaña mágica».
A día de hoy, el libro es la obra de Thomas Mann más leída internacionalmente. Es una novela contemporánea ambientada antes de la Primera Guerra Mundial, que cuenta la historia del joven ingeniero Hans Castorp, que viaja de Hamburgo a los Alpes suizos durante tres semanas en el verano de 1907 para visitar a su primo Joachim Ziemssen, enfermo de tuberculosis, en un lujoso sanatorio cerca de Davos.
Pero Castorp se siente fascinado por el encanto morboso del sanatorio Berghof y se queda allí. Al final, tres semanas se convierten en siete años, que pasa «aquí arriba con ellos».
Dos intelectuales se enfrentan a la hora de educar al joven: el humanista y masón italiano Lodovico Settembrini y su antagonista ideológico, el reaccionario jesuita Leo Naphta. Hans pasa una noche de amor con la misteriosa rusa Clawdia Chauchat, es testigo de la muerte de su primo Joachim y de otros residentes enfermos de la casa.
Las cosas se ponen peligrosas para él cuando se pierde en una tormenta de nieve, empieza a alucinar y tiene dificultades para encontrar el camino de vuelta al Berghof.
Envueltos en mantas de lana, los habitantes de la montaña pasan los días tumbados en los balcones entre las cinco comidas diarias en el comedor, con sus siete mesas. El tiempo pasa, los días se convierten en meses, los meses en años, hasta que, en 1914, suena «el trueno», señal del estallido de la Primera Guerra Mundial. Cada uno sigue su camino y el rastro de Hans Castorp se pierde en los campos de batalla de Flandes.
Una novela contemporánea atemporal
Puede que haya pasado mucho tiempo, pero aparte de que sigue siendo un placer leer «La montaña mágica», contiene muchos motivos atemporales: la enfermedad y la muerte, el erotismo, la personalidad, la naturaleza del tiempo, los fundamentos espirituales de Europa, el conflicto entre la sociedad abierta y sus enemigos.
«La montaña mágica» es una novela contemporánea en dos aspectos: por un lado, como novela de época, ofrece un panorama de una sociedad de preguerra en decadencia. Por otro, es una historia sobre la experiencia individual del tiempo.
En el reino del Berghof, Castorp y compañía pierden el sentido del tiempo. La estructura narrativa de la novela también juega con este factor, ya que la trama se acelera cuanto más se avanza en la lectura. Mientras que la primera mitad de las casi mil páginas solo trata de los siete meses transcurridos desde la llegada de Castorp, la segunda mitad abarca seis años.
Por cierto, Thomas Mann se tomó su tiempo con el libro. Empezó en 1913 y en realidad solo quería escribir una novela como contrapartida desenfadada a «La muerte en Venecia», después de haber conocido el mundo de los sanatorios suizos durante una estancia de su esposa Katia en un balneario. Interrumpió su trabajo tras el comienzo de la guerra y no lo reanudó hasta 1919.
Aunque la novela se publicó en dos gruesos volúmenes en 1924, su éxito fue rápido. Cuatro años más tarde, ya había alcanzado su centésima edición. «‘La montaña mágica’ consagró la fama mundial del autor», afirma la exposición de Lübeck. «La novela ha influido en generaciones de escritores, mucho más allá del mundo de habla alemana».
El año que viene, Lübeck celebrará otro aniversario: el 6 de junio de 2025 se cumplen 150 años del nacimiento de Thomas Mann.
