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Carlos Revilla Maroto
Kalispell es una ciudad ubicada a orillas del río Flathead, en el estado estadounidense de Montana, que limita hacia el norte con Canadá. El fundador de la ciudad a finales del siglo XIX fue Charles Edward Conrad (1850-1902), un hombre de negocios y banquero de Fort Benton, una ciudad también de Montana. Conrad que fue un destacado cargador del río Missouri, comerciante y pionero durante la fiebre del oro y las guerras indias. Junto a otros tres socios creo la Kalispell Townsite Company para planificar e impulsar la urbanización del lugar que inició en la primavera de 1891, y para 1892 ya se incorporó oficialmente como ciudad. Desde ese momento, ha seguido creciendo y ahora es la ciudad más grande del noroeste de Montana. Conrad construyó en 1895 una gran mansión en la ciudad como su lugar de residencia junto a su esposa Lettie y su familia.Estuvimos en Kallispell como centro de operaciones para visitar el Parque Nacional de los Glaciares, que está cerca en el valle de Flathead, y entonces aprovechamos para visitar la mansión que fue restaurada y convertida en un museo. Del parque escribiré en una próxima columna.
Conozcamos en detalle la historia de la mansión.
En 1895, cinco años después de ser uno de los primeros directores de la Kalispell Townsite Company, Charles E. Conrad trasladó a su extensa familia a esta mansión de veintitrés habitaciones. El pionero hombre de negocios había llegado a Montana desde su Virginia natal en 1868, a la edad de 18 años, con su hermano William. Trabajaron en la I. G. Baker Company, una empresa mercantil y de transporte de mercancías con sede en Fort Benton, que luego compraron. Los hermanos ampliaron ese negocio y se aventuraron en la banca, fundando el Conrad Brothers Bank en 1892. A lo largo de los años, Charles viajó al valle de Flathead para cazar, refiriéndose a él como el “Valle del Paraíso”. La amistad de Conrad con James J. Hill, ejecutivo ferroviario canadiense-estadounidense, influyó en que una ruta del Great Northern Railroad llegara hasta la ciudad, lo que potenció su rápido crecimiento.
Conrad eligió al destacado arquitecto de Spokane Kirtland K. Cutter para diseñar una casa que se adaptara a su finca arbolada de 29 Ha. Cutter eligió un diseño de principios de la época normanda, con cuatro chimeneas de piedra autóctona que daban servicio a ocho hogares, vidrieras y parteluces, interiores de madera noble y muchas comodidades de última generación. Hasta 1926 se encontraban los magníficos establos, que fueron retirados en 1926, de los que sólo queda el muro de piedra. Conrad murió en 1902, pero su esposa continuó con la tradición familiar de exuberante hospitalidad hasta su muerte en 1923. La casa fue donada a la ciudad de Kalispell en 1975 por la hija menor de Conrad, Alicia Conrad Campbell.
El estilo arquitectónico es una versión revivalista del estilo de granja vernácula de la arquitectura de Normandía en Francia, en lugar de la versión de la arquitectura románica llamada “arquitectura normanda”.
Está inscrita en el Registro Nacional de Lugares Históricos del condado de Flathead, Montana.
La mansión es muy famosa, incluso el presidente estadounidense Teddy Roosevelt, que le gustaba viajar por el país, en alguna oportunidad se hospedó en la mansión a principios del siglo XX, invitado por la familia Conrad.
La vivienda de 1 208 m2 (1,2 Ha., una manzana completa) fue restaurada en toda su elegancia victoriana, y está abierta a las visitas del público, justo al otro lado de la avenida Woooland en el centro de la ciudad. Las habitaciones incluyen una sala de música y otra de billar y juegos, y el lujo de los vestidores y los lavabos de mármol hace que uno se pregunte por la fortuna que Conrad llegó a amasar, que debió ser considerable. Conserva muchos de los muebles, enseres y accesorios originales. Hay cosas lindísimas para ver como las chimeneas o los cuartos. También me gustó mucho la casa de muñecas. La sala principal y el comedor son espectaculares. También puede verse ropa original de finales del siglo XIX y hasta la década de 1940. Podría seguir… Además, el museo cuenta con la tecnología más avanzada, como un montaplatos, un sistema de interfono y un montacargas.
La restauración de la puerta trasera de la casa inició en mayo de 1976, pero ya no quedaba ni rastro del camino de arbustos a la rotonda que daba acceso una entrada de servicio. No se disponía de ninguna fotografía, pero Alicia Conrad había hablado del camino alternativo para carruajes. Se localizó una piedra del lecho de arbustos, lo que llevó a desenterrar todo el borde de piedra maciza y, por tanto, la rotonda de servicio. Es fácil imaginarse un carruaje de reparto de 1895, atado a la ornamentada argolla de hierro mientras el repartidor descarga comestibles en la puerta trasera de la mansión.
Comentario aparte merecen los jardines y los senderos que rodean la casa, que son muy hermosos y se ve que los cuidan mucho, pero no siempre fue así. Cuando comenzó la restauración de los jardines en abril de 1976, no quedaba rastro de ningún sendero de grava en ningún lugar del terreno. Gracias a viejas fotos, se localizó y descubrió el emplazamiento original, que mostraba la ubicación del camino enterrado bajo casi 8 cm de vegetación y cubierto por cientos de árboles: una jungla de arces, álamos, fresnos de montaña y cerezos, algunos de hasta 35 cm de diámetro. Estos árboles y la maleza se retiraron, las raíces y los tocones se eliminaron con maquinaria pesada y el camino se excavó y rellenó con grava. Los bordes metálicos actuales se pusieron principalmente por necesidad de mantenimiento.
Alicia, una de las hijas de Conrad, creía en las hadas, así que a ella le gustaba esconder entre las flores de los jardines de la mansión “casas mágicas”, para que habitaran las hadas. Hay un recorrido muy bonito por los jardines conocido como el “paseo de las hadas”, pero le advierten a uno que a las hadas no les gusta que los humanos toquen sus casas o cojan flores del jardín, así que cuidado, están advertidos. En la galería pueden ver una selección muy bonita de algunas de las casitas de las hadas.
La visita al museo dura como una hora y puede hacerse con o sin guía. En nuestro caso escogimos sin guía, para poder recorrer la mansión a nuestro propio ritmo y tomar las fotografías con calma. El rato se disfruta mucho y el personal es muy amable. El costo de la entrada no es caro, es de $20 con guía o de $15 sin el. Y hay precios menores para niños y adultos mayores.
Ahora, si no pueden ir a Montana a visitar la mansión, encontré un vídeo en Youtube que hace el tour completo (eso si, está en inglés, pero se pueden poner los subtítulos automáticos con traducción al español).
La mansión se puede alquilar para eventos como bodas y fiestas privadas. También con cierta regularidad el espacio se usa para eventos culturales como conciertos de piano.
De las muchas imágenes tomadas, escogí las que creo son las más representativas para no hacer muy grande la galería.
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Con la ayuda de wikipedia y el sitio web del museo.