Por Christoph Driessen (dpa)
Colonia, 6 ene (dpa) – Cada 6 de enero, cuando los católicos conmemoran a los Tres Reyes Magos, la catedral alemana de Colonia, en el oeste del país, se viste de gala y su torre retumba como solo suele hacerlo en Navidad y Pascuas.
Allí, en el templo católico donde presuntamente yacen sus restos, resuenan entonces las campanas más grandes y hay incienso por doquier. Porque, durante este día, los 1.400 millones de católicos del mundo celebran una de sus fiestas más importantes.
De acuerdo con la transmisión oral, los restos de los Tres Reyes Magos descansan en la famosa catedral próxima al río Rin, que al parecer fue construida para ellos.
Esto se debe a que en la Edad Media surgió una gran fascinación por el gran relicario dorado, por lo que Colonia se convirtió en uno de los principales lugares de peregrinación después de Roma y Santiago de Compostela.
La magia sigue vigente hasta hoy en día. El relicario que contiene los huesos de Gaspar, Melchor y Baltasar es el más grande y valioso fabricado durante la Edad Media.
Cada 6 de enero, es abierto por una semana, lo que atrae a numerosos creyentes, que pueden ver desde detrás de una reja los cráneos de los Tres Reyes Magos.
Para algunos católicos inquebrantables se trata de un espectáculo edificante; para otros, quizá más bien espeluznante. Más de uno prefiere ver a los reyes como parte de los pesebres.
Ataviados con espléndidas coronas, turbantes y túnicas exóticas, suelen estar acompañados en estas representaciones por camellos y a veces incluso por elefantes. Los reyes y su magnífico séquito frecuentemente son los verdaderos atractivos en los pesebres, quitándole el protagonismo a María y José.
¿Pero qué se sabe en realidad sobre ellos? No se trata verdaderamente de santos, ya que el papa nunca les proclamó esta condición.
Numerosas leyendas rodean la historia de los enigmáticos sabios de Oriente. El que hayan sido tres se desprende únicamente de que llevaron tres regalos: oro, incienso y mirra.
Por otro lado, probablemente no hayan sido reyes. Esta denominación se emplea recién desde el siglo V, al parecer porque en el Antiguo Testamento se profetiza que el Mesías -el salvador- iba a recibir regalos por parte de reyes. Y los cristianos buscaban una justificación de que Jesús era realmente el Mesías.
La opinión generalizada por aquella época era que sería bueno que se cumpliera la profecía. O sea, un poco de engaño, podría decirse. El único autor de textos bíblicos en mencionar a los Reyes Magos fue San Mateo, que los llamó «magoi», Magos de Oriente.
Los «magoi» eran los miembros de la casta persa-babilónica de los sacerdotes, que se ocupaban de la astronomía y la astrología.
Por supuesto, uno de los asuntos más intrigantes es la edad de los huesos que se conservan en el relicario de Colonia. Antiguos son, sin dudas.
Fueron obtenidos como botín de guerra y llevados de Milán a Colonia por el poderoso arzobispo de Colonia y canciller jefe Rainald von Dassel en el año 1164. Colonia era por entonces la mayor ciudad en el área germanoparlante.
Hasta entonces no habían causado mucho revuelo en Italia, pero Rainald hizo paradas una y otra vez en su largo viaje a Colonia y celebró oficios religiosos, lo que aumentó enormemente la popularidad de los reyes.
Era una especie de gira publicitaria, que resultó muy beneficiosa para Colonia, ya que innumerables peregrinos acudían a la ciudad y gastaban dinero en ella. Durante siglos, los Reyes Magos fueron un enorme factor económico para la metrópoli comercial.
También resulta interesante saber la edad de las osamentas. Sin embargo, los huesos nunca fueron analizados con métodos científicos, sino solo las telas que los envuelven. El resultado: se trata de damasco de seda, púrpura y seda de origen sirio del siglo II o III después de Cristo. Es decir que son antiguos, aunque no de la época en que nació Jesús.
Pero esto en última instancia tampoco es tan importante, según asegura la Iglesia católica. Al igual que en una obra de arte, resulta decisivo lo que la gente encuentra allí.
Por otra parte, hay un aspecto que hace que los Reyes Magos sean actuales hasta el día de hoy. Ya en la Edad Media, se le atribuyó a cada uno la representación de los continentes conocidos hasta entonces, es decir Europa, Asia y África. De esta forma, representan a personas de todo el mundo.
Algo que coincide con el espíritu de una ciudad como Colonia, en la que conviven personas de más de 180 países con más de 150 religiones distintas.