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Por Frank Johannsen (dpa)
Berlín, 11 sep (dpa) – La industria automotriz alemana, que emplea a 770.000 personas y en 2023 representó el 17 % de las exportaciones del país, enfrenta una crisis significativa.
Por primera vez en 30 años, Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles de Europa, podría anunciar despidos forzosos y cierres de plantas. Los expertos temen que esto sea solo la punta del iceberg.
A continuación, dpa ofrece un resumen de las dificultades que afronta el mayor sector industrial de Alemania:
Los fabricantes y las fábricas
Las empresas de autmóviles ven reducidas sus ganancias debido a la caída de las cifras de ventas y a los elevados costes del cambio a los motores eléctricos. En el primer semestre, Volkswagen reportó una caída del 14 %, BMW del 15 %, y Mercedes-Benz del 16 %. En consecuencia, las tres empresas ajustaron a la baja sos objetivos de ganancias para el año.
El año pasado, las fábricas alemanas de Volkswagen, BMW, Mercedes y otras operaron a solo dos tercios de su capacidad total, produciendo 4,1 millones de coches en lugar de los 6,2 millones posibles.
Según el analista Eric Heymann, de Deutsche Bank Research, la industria está fabricando muchos menos vehículos que antes con unos costes laborales elevados. Mientras que la producción está un 23 % por debajo de los valores máximos anteriores, el número de empleados solo se ha reducido un 8 %. Esto hace que las plantas sean menos productivas.
Los proveedores
La crisis también afecta a los proveedores de automóviles, que emplean a unas 270.000 personas, frente a 311.000 en 2018. El 60 % de las empresas planea recortes moderados de personal. La empresa ZF, por ejemplo, podría eliminar entre 11.000 y 14.000 puestos en Alemania para fines de 2028, mientras que Continental considera dividir y sacar a bolsa su negocio de suministros de automoción.
Los clientes y la localización
Según la Asociación de la Industria Automotriz (VDA), aunque los problemas de material y suministrio se han resuelto en gran medida, la demanda sigue siendo débil. «La difícil situación económica general afecta al comportamiento de los consumidores y se traduce en una demanda de automóviles comparativamente débil», afirma un portavoz de la VDA.
Además, la entrada de nuevos competidores como Tesla y fabricantes chinos en el mercado está afectando la cuota de mercado de los fabricantes alemanes.
La crisis revela las debilidades de Alemania como lugar de producción. Carsten Breszki, economista de ING, señala que la producción industrial está un 10 % por debajo de los niveles prepandemia. Según el experto, el antiguo modelo de negocio, basado en energía barata y grandes mercados de exportación, ya no es efectivo debido a la desaceleración en Estados Unidos y China y las tensiones comerciales.
Exportaciones y competencia
Durante mucho tiempo, la exportación fue el motor principal de la industria automotriz alemana. En 2023, de los 4,1 millones de autos producidos en el país, 3,1 millones (alrededor del 75 %) se exportaron. Sin embargo, según la VDA, «las dinámicas del mercado mundial están cambiando». Mientras los mercados tradicionales en Europa y América del Norte se reducen, China e India están creciendo rápidamente, con un aumento de la competencia local.
Los fabricantes que Alemania antes subestimaba ahora se expanden en Europa. En China, BYD ya ha superado a Volkswagen como líder del mercado.
«En un contexto de grandes inversiones en tecnologías futuras, las empresas se enfrentan a una intensa competencia», destaca la VDA. Y agrega que algunas invierten masivamente en la transformación, mientras que otras buscan nuevos mercados. Así, los fabricantes alemanes enfrentan más dificultades que sus nuevos competidores, que se enfocan completamente en los autos eléctricos.
El futuro
De acuerdo con el Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), los fabricantes de automóviles alemanes aún tienen la capacidad para competir globalmente.
«Sin embargo, los fabricantes deben reinventarse y cambiar y utilizar su fuerza innovadora para implementar el cambio a la movilidad eléctrica y la conducción autónoma más rápido y mejor», dijo a dpa el presidente del DIW, Marcel Fratzscher.
«La afirmación de que el motor de combustión interna tiene futuro es un error peligroso. La decisión a favor del vehículo eléctrico ya se ha tomado a nivel mundial», enfatizó.
