La energía es un catalizador para la paz entre Israel y Gaza

Marzo 12, 2025

Por David L. Phillips

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El corte de electricidad en la arrasada Gaza afecta también el acceso al agua potable a cientos de miles de personas. Imagen: Unicef

NUEVA YORK – La decisión de Israel de suspender el suministro eléctrico a Gaza tiene consecuencias de gran alcance para la vida cotidiana de los palestinos, así como para la reconstrucción de Gaza. La gestión de la crisis energética de Gaza requerirá el desarrollo de suministros alternativos, que se encuentran en los yacimientos de gas natural en alta mar que pueden explotarse frente a las costas de Israel y Gaza en el Mediterráneo Oriental.

Gaza se enfrenta, sin duda, a una crisis energética. La principal fuente de electricidad de Gaza es su central eléctrica en Deir al Balah y las líneas de servicios públicos israelíes que transportan electricidad y constituyen casi dos tercios del suministro eléctrico de Gaza.

El suministro energético de Gaza ya era limitado antes de la guerra y ahora se ha visto aún más afectado por los daños en las infraestructuras energéticas durante la guerra en la Franja.

Deir al Balah fue bombardeada en 2023 por ataques aéreos contra la infraestructura energética de Gaza. Como resultado, Gaza se quedó solo con generadores diésel para alimentar sus servicios esenciales, incluidos hospitales y plantas desalinizadoras que suministran agua potable.

El gas natural es una alternativa que puede proporcionar abundantes suministros de energía y servir como herramienta para la consolidación de la paz.

En el año 2000 se encontraron reservas de gas natural en Israel y Gaza. La exploración se llevó a cabo en el marco de un acuerdo de licencia entre British Gas y la Autoridad Nacional Palestina. El yacimiento de gas descubierto, Gaza Marine 1 y 2, aunque de tamaño modesto, se consideró uno de los posibles motores de la economía palestina y un impulso a la cooperación energética regional.

Aunque el descubrimiento fue motivo de esperanza, la elección de Hamás en 2007 empañó las perspectivas de cooperación energética entre Israel y Palestina.

La oportunidad disminuyó aún más con el descubrimiento de importantes yacimientos de gas en las aguas económicas israelíes en 2009 y 2010. Con las nuevas perspectivas que se presentan, Israel simplemente no tiene ningún incentivo para permitir el desarrollo de Marine 1 y 2.

El cálculo para la recuperación económica cambió en 2023 cuando Israel aprobó el desarrollo del yacimiento de gas de Gaza Marine, con la participación de la Autoridad Palestina y Egipto. Marcó un momento decisivo en la voluntad de Israel de cooperar a través de acuerdos de producción compartida.

Tanto el objetivo de la resolución del conflicto como la reconstrucción de Gaza pueden beneficiarse de la incorporación de Gaza y de los territorios palestinos en general en un marco de colaboración para el desarrollo energético en el Mediterráneo Oriental.

Estados Unidos puede desempeñar un papel fomentando la cooperación a través del marco «3+1», que incluye a Chipre, Grecia, Israel y Estados Unidos, así como la cooperación para la extracción y el transporte con Egipto.

El Foro del Gas del Mediterráneo Oriental constituye la primera organización internacional que incluye tanto a Israel como a la Autoridad Palestina, en la que Estados Unidos es observador.

El enfoque transaccional del presidente de ese país, Donald Trump, puede brindar una oportunidad para el desarrollo energético con beneficio mutuo tanto para Israel como para los palestinos.

El Mediterráneo Oriental presenta una oportunidad para que Estados Unidos ponga en valor sus credenciales como pacificador. Durante su primera administración (1917-1921), Trump lideró los esfuerzos para la seguridad energética en el Mediterráneo Oriental y Europa.

En diciembre de 2019, Trump firmó la Ley de Asociación para la Seguridad y la Energía del Mediterráneo Oriental, también conocida como Ley East Med, que fue copatrocinada por Marco Rubio desde el Congreso y que ahora es su secretario de Estado.

El desarrollo energético del Mediterráneo Oriental se basa en la interconexión del gas natural de Gaza con los países europeos a través de gasoductos, redes eléctricas, integración de energías renovables y normas de eficiencia energética.

Esta estrategia de interconexión mejoraría la estabilidad y la prosperidad en Israel y en el Mediterráneo Oriental, al unir a Israel, Turquía, Egipto, Grecia, Chipre e incluso el Líbano. El desarrollo del gas natural en la plataforma continental de Gaza podría cambiar las reglas del juego.

El descubrimiento de lo que podría ser el mayor yacimiento de gas natural de la región frente a la costa egipcia y los últimos descubrimientos de gas natural frente a la costa de Chipre podrían representar una ganancia inesperada significativa, mejorando la autosuficiencia y la importancia estratégica de la energía en la región.

El desarrollo energético de Gaza desempeña un doble papel. El volumen de las reservas marinas de Gaza descubiertas por British Petroleum (BP) en 1999 se estima entre 1 y 1,4 billones (millones de millones) de pies cúbicos (tcf). Combinadas con la infraestructura de exportación israelí, estas reservas pueden producir ingresos más que suficientes para la reconstrucción de Gaza.

Aprovechar estas reservas tendrá el beneficio añadido de involucrar a la Autoridad Palestina en un marco de colaboración regional. Los fondos de estos activos tienen el potencial de producir ingresos para la reconstrucción y servicios como la educación y la atención sanitaria, lo que beneficiaría a los palestinos.

Un Estado palestino con la capacidad adecuada serviría además como elemento disuasorio de la radicalización al dar a los palestinos la autodeterminación, la libertad de movimiento, la condición de Estado y otros derechos garantizados por el derecho internacional humanitario.

El fin del conflicto con Palestina normalizaría los lazos entre Israel y los Estados árabes. Este es uno de los principales objetivos de los marcos multilaterales en el Mediterráneo Oriental, en los que participan Estados árabes como Egipto y Jordania.

La cooperación energética regional impulsaría el proceso iniciado con los Acuerdos de Camp David en 1978, reforzado por los Acuerdos de Abraham en 2020 y la Cumbre de Negev en 2022.

La cooperación energética no solo mejorará la seguridad de Israel. Otro beneficio geopolítico es la limitación de la influencia de China. Como alternativa a la Iniciativa de la Ruta Marítima de la Seda de China, el Corredor Económico India-Medio Oriente-Europa (Imec, en inglés) fomentará la integración económica entre Asia, el Golfo y Europa.

El Imec atravesaría tanto los Estados árabes (Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos e Israel). El Imec ofrece el beneficio adicional de traer prosperidad a Gaza, el Mediterráneo Oriental, el Medio Oriente en general y Europa.

En noviembre de 2014, la primera cumbre trilateral entre Grecia, Chipre y Egipto señaló: «El conflicto árabe-israelí no resuelto sigue siendo la amenaza más grave para la seguridad y la estabilidad a largo plazo de la región».

Cuando el desarrollo económico regional beneficia a las partes interesadas, el cálculo para la consolidación de la paz puede crear condiciones para el progreso diplomático.

David L. Phillips es profesor adjunto de Resolución de Conflictos y Mediación en la Escuela de Servicios Internacionales de la estadounidense Universidad de Georgetown. Además actúa como investigador principal en el Centro de Estudios Europeos de la británica Universidad de Oxford.

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