06 DE DICIEMBRE DE 2017
El reconocimiento formal de Jerusalén como la capital de Israel es una decisión de los Estados Unidos sumamente preocupante que tendrá consecuencias perjudiciales y de gran alcance para la búsqueda de la paz en el Oriente Medio. El profundo significado que tiene Jerusalén como un sitio histórico sagrado para judíos, musulmanes y cristianos hace de su estatus final el punto central de cualquier solución duradera del conflicto israelí-palestino. Por lo tanto, el futuro de Jerusalén no es algo que puede decidirse unilateralmente por ninguna nación, un hecho que ha sido largamente reconocido por la comunidad internacional y por anteriores presidentes de los EE.UU., tanto Republicanos como Demócratas.
La política exterior de la actual administración de los Estados Unidos se ha caracterizado por las decisiones unilaterales que toma con poca consideración por el consenso mundial, o por el amplio alcance que tales acciones tendrán como resultado. El reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel, mientras continúa negando las legítimas demandas del pueblo palestino de un estado independiente, extingue cualquier noción de que los Estados Unidos actuará como un mediador confiable, al legitimar la ocupación israelí de Jerusalén Este, que hasta ahora no ha logrado reconocimiento internacional y continúa violando así el derecho internacional.
Después de varios años sin lograr un progreso significativo, esta decisión casi acaba con la esperanza de que se puedan revivir los esfuerzos diplomáticos en el corto plazo, exacerbando las tensiones en la región y creando el potencial de una renovada violencia e inestabilidad. La IS, aunque reconoce la ira y la frustración que sienten muchos palestinos, insta a todos aquéllos que continúan comprometidos con la solución de dos estados y el fin de la ocupación, a responder de manera pacífica a este último contratiempo por medio de iniciativas diplomáticas y políticas.
El compromiso fundamental de la IS con una solución de dos estados para Israel y Palestina permanece invariable, a pesar de que las voces de aquéllos en ambos lados que trabajan por la paz han sido hoy sobrepasadas. La IS ha pedido reiteradamente el reconocimiento inmediato e incondicional del Estado de Palestina con las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como su capital, incluyendo en su XXV Congreso a principios de este año cuando hizo un llamamiento a todos los gobiernos que aún no lo han hecho, a reconocer a Palestina como una inversión en la paz entre israelíes y palestinos. La IS reitera este llamamiento hoy e insta a todos esos gobiernos que buscan un resultado pacífico a este conflicto de larga data, a que reconozcan ahora al estado de Palestina, demostrando así que la comunidad internacional en su conjunto continúa comprometida con la solución de dos estados, poniendo fin a la ocupación israelí y alcanzar una paz justa y duradera basada en el derecho internacional.