La Casa de Santa Claus: ¡donde es navidad todos los días!

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Cerca de la ciudad de Fairbanks en Alaska, la más poblada del interior de ese estado, como a unos 21 km de distancia, hay una ciudad que se llama Polo Norte, y donde ¡sorpresa!, hay una tienda de temática navideña muy bonita que se llama la “Casa de Santa Claus”. Da la casualidad que nuestro viaje a Alaska incluía un par de días en Fairbanks, así que no podíamos dejar pasar la oportunidad de visitar ese lugar. Y especialmente para decir que habíamos estado en la Casa de Santa Claus en Polo Norte, que no es poca cosa. Además que siempre nos ha gustado todo esto de la navidad, y la verdad que el lugar no nos defraudó para nada, como vamos a ver.

Como ya empieza la época navideña, pensé que sería muy bonito escribir sobre esa visita a la Casa de Santa Claus, y especialmente compartir las imágenes del lugar, que son muy bonitas, algunas incluso espectaculares, por todo lo relacionado con la navidad. Me atrevería a decir que no hay nada como está tienda en ningún otro lugar del mundo.

Les decía que el lugar está cerca de Fairbanks (ver el mapa), se dura unos 20 minutos en llegar, por la carretera 2 (Richardson Highway), una autopista en excelente estado. El lugar es referencia para visitar por todos los que escriben guías de viaje a Alaska, así que desde que llegamos a ese estado teníamos la consigna de visitar esa tienda.

Nuestra visita fue a mediados de setiembre, al final del verano y principios de otoño, así que la nieve estaba ausente, lo que no era ideal, pero no importó mucho, al final no hizo falta; sin embargo con nieve hubiera sido todavía más bonito (en la galería hay algunas imágenes con nieve). No había nieve… pero ¡si hacía mucho frío!

La Casa de Santa Claus fue fundada como un puesto comercial en 1952 por Con y Nellie Miller, poco después de que la propia ciudad de Polo Norte fuera fundado por un promotor inmobiliario. El lugar sirvió como oficina de correos para la nueva urbe desde su inicio hasta principios de los 70. Por esa misma época, el negocio fue reubicado coincidiendo con un nuevo trazado de la autopista Richardson a través de la ciudad. La propiedad y la gestión se transmitió a los hijos del matrimonio Miller, Terry (antes de su prematura muerte) y Mike, que también tienen la distinción de ser la única pareja de hermanos que se han desempeñado como presidentes de un senado estatal en los Estados Unidos.

El lugar es conocido por tener la estatua de Santa Claus más grande del mundo, de casi 15 mt de altura y un peso de 408 Kg; una de las primera cosas en que se fija uno al llegar. Construida en los años 60 por Wes Stanley de Stanley Plastics, la estatua fue una de tres estatuas gigantes de Santa construidas ese año (se desconoce el paradero de las otras dos). Después de que la estatua llegara a Anchorage, Con Miller la compró en 1978 por 4 500 dólares. La estatua fue entonces llevada en camión separada en cuatro piezas (para que pudiera caber debajo de los pasos elevados de la autopista de los parques) hasta Polo Norte. Lamentablemente, la estatua llegó en muy malas condiciones. Sin embargo, después de una extensa reparación, Santa volvió a sonreír, encontrando su hogar permanente en la Casa de Santa Claus en 1983. Cerca de la figura de Santa hay también un gigantesco árbol de navidad, y a la par un precioso trineo (ambos se pueden ver en la galería).

Situado junto a la casa hay un granero rojo con un corral, donde está la Academia Antler de Renos Voladores, y a través de una valla se ven los renos de Santa, y si uno quiere puede ingresar al corral e interactuar con ellos. Muy bonito, eso si hay que pagar para entrar, aunque no es caro, y se pueden conocer esos animales. Los niños disfrutan mucho esta atracción que está abierta durante todo el año.

La casa por fuera está muy bien arreglada con alegorías a la navidad y por supuesto Santa y todo lo relacionado con él. El lugar es muy grande y se dura un buen rato recorriéndolo, y por supuesto uno termina con más de una bolsa de compras. Es como visitar un museo, con la diferencia que se puede comprar de todo lo que uno ve. Hay exhibiciones especiales por todo el edificio, y la posibilidad en cualquier momento de tomar unas fotos memorables, para lo que no ponen ninguna restricción, más bien lo alientan a uno.

También hay un cafetín llamado The Sweet Shop, donde se puede disfrutar de un delicioso dulce de leche, café, galletas, chocolates o caramelos y otro montón de repostería deliciosa. Puedo dar fe de ello.

Fuimos un día entre semana en la mañana, y ya había mucha gente visitando el lugar. Incluso nos topamos una pareja de ticos, no se porque a uno lo logran siempre identificar ¿será la pinta o el acento? no sé, pero si puedo decirles que el ¡Pura vida mae! resonó en ese lugar tan lejano.

El lugar es también famoso por sus “Cartas de Santa”, que claro, tienen el aliciente de ser enviadas desde Polo Norte, lo que les da un atractivo muy especial. Además ha recibido reconocimiento internacional y publicidad de escritores, periódicos y programas de televisión alrededor del mundo. Es una de las principales atracciones del interior de Alaska, y ha recibido millones de visitantes a lo largo de los años.

No voy a decir algo tan pretencioso como que es la “tienda oficial de la navidad”, pero si puedo decir, que cuando alguien ahí le desea a uno “¡Feliz Navidad!”, si saben de lo que están hablando.

La galería está muy bonita y las imágenes son escogidas de las muchas que tomamos, como se dice viene “solo bueno”. Por si tienen problemas de visualización también hice una galería en Facebook. Si quieren conocer más sobre el lugar, pueden visitar el sitio web y la página de Facebook.

 
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