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Desde mi perspectiva
José Francisco Bolaños A.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), prevé para este 2020 una caída del -3.2% del Producto Interno Bruto (PIB), que agravará sustancialmente la situación económica, política y social de nuestro país. Esta situación, requiere de acertadas decisiones por parte de nuestras autoridades, que con el apoyo ciudadano, de organizaciones y de todos los sectores se pueda sacar adelante nuestra querida Costa Rica.
Por mi experiencia de 14 años, en los años ochenta y primera mitad de los noventa en el Ministerio de Economía Industria en Comercio, en la Dirección de Asistencia Técnica a la Pequeña Industria y Artesanía, como asesor en el campo administrativo, financiero y contable para pequeños negocios, se les preparaba los estudios de factibilidad a esos empresarios (sin ningún costo), requisitos solicitados por los bancos para obtener un crédito a un interés preferencial. Además se contaba con Ingenieros en distintas especialidades que brindaban asesoría técnica en sus necesidades empresariales.
En esos años existía un convenio entre la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID) y el Gobierno de Costa Rica y se contaba con un fondo de garantía para los proyectos, el cual fue muy exitoso.
Fue un excelente programa aprovechado por miles de pequeños empresarios y artesanos, sobre todo en esos años que nuestro país enfrentó una grave crisis económica y financiera entre los años 1980 – 1982.
Unos años después, fui profesor durante unos 8 años en la Facultad de Administración de Negocios, en una universidad privada, impartiendo el curso “Desarrollo de Emprendedores”, en donde se les preparaba a los jóvenes para que al final del curso elaboraran un plan de negocios bien estructurado de su proyecto y lo presentaran ante sus compañeros.
Entre tantos buenos proyectos, recuerdo uno de un grupo de alumnos, que con gran ilusión, fueron a un banco a solicitar financiamiento para iniciar su negocio y a los días me comentaron con gran tristeza que los requisitos eran difíciles de cumplir porque entre otros les solicitaban: tener al menos dos años de operar, garantía hipotecaria, permisos municipales, del Ministerio de Salud, afiliación a la CCSS y a Tributación Directa, lo que para una empresa que desea iniciar se hace bastante complicado.
En este sentido, es necesario flexibilizar y agilizar los trámites y así poder incentivar a los emprendedores a que inicien su propio negocio o ayudar a las empresas que se encuentran operando. Este es un valioso sector que requiere con urgencia de verdaderas y acertadas políticas que impulsen su desarrollo.
Considero necesario la creación de un fondo de garantía, como el que operó en los años ochenta para ayudar a las mipymes a enfrentar esta complicada situación, con readecuación de deudas y así evitar la quiebra de más negocios, hay que fomentar la creación de nuevos emprendimientos con acceso a un crédito oportuno.
En Costa Rica, las micros, pequeñas y medianas empresas (mipymes) representan el 97% del parque empresarial, que contribuyen con el 50% del PIB, el 14% de las exportaciones totales y generan alrededor del 35% del empleo total, lo que demuestra que es un sector clave para la generación de empleo, disminución de la pobreza y vital para lograr la necesaria reactivación económica en el menor tiempo posible.
La asesoría, la asistencia técnica y la capacitación a este sector, debe estar a cargo de profesionales con gran experiencia, principalmente en el campo administrativo, gerencial, contable, financiero, productivo, mercadeo, tecnología, servicio al cliente, manejo de personal, medio ambiente y turismo, entre otros.
Hay que tener presente que nos encontramos en un mundo cada vez más competitivo y agresivo, por lo que es vital generar una gran confianza al mundo empresarial.
– Lic. Administración de Negocios
