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EL CRÍTICO │ Weegee, 1943
ARTHUR FELLIG TENÍA una mirada aguda para las injusticias de la vida. Inmigrante austriaco criado en las duras calles del Lower East Side de Nueva York, Fellig llegó a ser conocido como Weegee -una versión fonética de Ouija- por su habilidad sobrenatural para conseguir la foto adecuada. A menudo se trataba de imágenes de cine negro sobre el crimen, la tragedia y los habitantes de la Nueva York nocturna. En 1943, Weegee dirigió el cegador flash de su cámara Speed Graphic hacia las desigualdades sociales y económicas que persistían tras la Gran Depresión. No reacio a orquestar una toma, envió a su ayudante, Louie Liotta, a un antro de Bowery en busca de una mujer ebria. Encontró a una mujer dispuesta y la llevó al Metropolitan Opera House para la celebración de su Jubileo de Diamante. Liotta la colocó cerca de la entrada mientras Weegee esperaba la llegada de George Washington Kavanaugh y Lady Decies, dos mujeres adineradas que solían aparecer en las columnas de sociedad. Cuando llegaron a la ópera, Weegee dio la señal a Liotta para que soltara a la borracha. «Fue como una explosión», recuerda Liotta. «Pensé que me había quedado ciego por las tres o cuatro exposiciones de flash». Con ese flash, Weegee captó la cruda yuxtaposición de una riqueza fabulosa y una pobreza extrema, en un estilo de pillada que anticipó el atractivo comercial de los paparazzi décadas más tarde. La foto apareció en LIFE bajo el titular «La gente de moda», y el artículo informaba a los lectores de cómo la «entrada de las mujeres era vista con desagrado por un espectador». El hecho de que más tarde se descubriera que The Critic había sido un montaje no contribuyó a amortiguar su influencia.
Basado en un especial de la revista Time
