DOVIMA CON ELEFANTES │ Richard Avedon, Cirque d’Hiver, París, agosto de 1955
CUANDO RICHARD AVEDON fotografió a Dovima en el circo de París en 1955 para Harper’s Bazaar, ambos ya destacaban en sus respectivos campos. Ella era una de las modelos más famosas del mundo, y él era uno de los fotógrafos de moda más famosos. Tiene sentido, pues, que Dovima con elefantes sea una de las fotografías de moda más famosas de todos los tiempos. Pero su influencia perdurable radica tanto en lo que capta como en las dos personas que la hicieron. Dovima fue una de las últimas grandes modelos del molde sofisticado, cuando la alta costura era un mundo relativamente enclaustrado y elitista. A partir de los años 50, las modelos empezaron a gravitar hacia el look de chica de al lado en lugar de la belleza inalcanzable de la vieja generación, contribuyendo a convertir la alta costura en entretenimiento. Dovima con elefantes destila ese cambio al yuxtaponer el espectáculo y la fuerza de los elefantes con la belleza de Dovima y la delicadeza de su vestido, que fue el primer vestido de Dior diseñado por Yves Saint Laurent. La imagen aporta también movimiento a un medio hasta entonces caracterizado por la quietud. Durante mucho tiempo, las modelos fueron maniquíes que debían permanecer inmóviles mientras la ropa acaparaba toda la atención. Avedon se dio cuenta de lo que no funcionaba: la ropa no sólo hacía al hombre, sino que el hombre también hacía la ropa. Y al sacar a los modelos del estudio y colocarlos frente a emocionantes telones de fondo, ayudó a difuminar la línea entre la fotografía de moda comercial y el arte. De este modo, Dovima con Elefantes capta un punto de inflexión en nuestra cultura en general: la última modelo a la antigua usanza, que inicia el nuevo camino de la moda.
Basado en un especial de la revista Time