Desde La Mina 2.0
Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr
Los últimos días han estado interesantes (¿o preocupantes?). La huelga en el Poder Judicial (¿o del Poder Judicial como parece ser?), ha mostrado diferentes aristas de un problema al que nadie le ha querido enfrentar y mucho menos resolver.
No tengo duda que si yo trabajara en el Poder Judicial me habría ido a la huelga, por un motivo muy sencillo: entré a trabajar hace más de 30 años, me dieron las condiciones por escrito o verbal (para los efectos da igual), las acepté y las cumplí. Nunca me cuestioné si se podían o no cumplir, ni nadie tampoco se las cuestionó. Es el Poder Judicial. Luego de 30 años de trabajo de repente me dicen que lo ofrecido y disfrutado en materia de pensiones ya no va o que puede peligrar en unos años.
¿Cómo? —diría yo, que se jodan….
Y reclamaría y reclamaría por la única y sencilla razón que sentiría que se me están pisoteando mis derechos.
Es otra cosa mi punto de vista como ciudadano preocupado por el país, un día de estos me hice la siguiente pregunta:
¿Cuánto debería tener ahorrado para recibir 1.5 millones de colones al mes?
Y la respuesta fue simple:
Al año recibiría: 19.5 millones (1.500.000 por mes por 13 meses)
Para recibir 19.5 millones al año, supongo que el banco me pagara un interés del 3% (muy alto para las tasas de los últimos años) por mis ahorros entonces requiero tener ahorrados 650 millones, con sustento en mis aportes, los de mi patrono y los del Estado. Lo que implica que tuve que tener un aporte por año de cerca de 21.5 millones, desde el día 1 en que empecé a trabajar…
Si su pensión es de 4 millones, sus ahorros deberían ser de 1.733 millones….
O sea no da. Ni me daría a mí ni a nadie…
Eso es simplemente lo que pasa con un sistema de pensiones como el del Poder Judicial. Pero la lógica matemática no está ligada a la lógica legal.
Y vuelvo al principio: todo parece indicar que se están pisoteando derechos laborales aunque la matemática no dé. Y este es un país de derechos.
¿Entonces?
Pues las partes se tendrán que sentar a conversar, los de un lado sabiendo que están pisoteando derechos y los del otro, sabiendo que tienen en contra a Pitágoras, Descartes, Lagrange, Baldor y muchos otros…
Quizás el país va a requerir una solución a la portuguesa en la que la Sala Constitucional permitió por un año o dos hacer cambios y recortes que reñían con la Constitución porque simplemente el país estaba en bancarrota…
La solución no es fácil.