La desaparición de Amelia Earhart
La «Reina del Aire» desaparece en una de las tragedias más duraderas -y sin resolver- de la historia.
EN LOS OSCUROS años de la Gran Depresión, los estadounidenses tenían pocos signos de esperanza; las figuras del deporte y las estrellas de Hollywood eran puntos brillantes, pero ninguno igualaba las hazañas de la aviadora Amelía Earhart.
Earhart batió numerosos récords de vuelo a lo largo de su distinguida carrera y fue la primera mujer en cruzar en solitario el Océano Atlántico. Se convirtió en una de las figuras más admiradas de Estados Unidos, pionera de la aviación y defensora de la autonomía de la mujer. Y entonces desapareció.
En 1935, Earhart se incorporó a la Universidad de Purdue como asesora aeronáutica y consultora profesional para estudiantes femeninas. A principios del año siguiente, empezó a planear una vuelta al mundo de 29.000 millas por una ruta ecuatorial. Con financiación de Purdue, se construyó un avión Lockheed Electra 10E según sus especificaciones. Tras un primer intento fallido en marzo de 1937, Earhart y su equipo planearon un segundo intento ese verano.
Earhart y su navegante, Fred Noonan, partieron de Miami (Florida) el 1 de junio en el Electra. Tras hacer escala en Sudamérica, África, India y el sudeste asiático, la pareja llegó a Lae, Nueva Guinea, el 29 de junio. El siguiente destino de su viaje era la isla de Howland, un estrecho pedazo de tierra de sólo 1.500 metros de largo, a unos 3.000 kilómetros a través del Pacífico.
El 2 de julio a las 12:30 p.m., Earhart y Noonan despegaron de Lae. Pero se avecinaba un desastre. Lamentablemente, la pareja había dejado atrás algunos potentes equipos de radio para hacer sitio a bidones de combustible adicional. El cielo estaba muy nublado. Además, Earhart y Noonan estaban utilizando mapas inexactos que situaban Howland a seis millas de su verdadera posición.
A las 7:42 de la mañana del 3 de julio, Earhart envió un mensaje al buque Itasca de la Guardia Costera, estacionado frente a Howland y que seguía los movimientos del Electra. «No podemos verlos. Nos estamos quedando sin combustible». Estas fueron las últimas palabras que se escucharon de ella. Tras semanas de búsqueda con aviones y barcos, no se encontró rastro alguno de Earhart, Noonan o el Electra.
Las teorías circularon inmediatamente después de la misteriosa desaparición. Numerosas misiones de búsqueda intentaron encontrar información sobre el destino de Earhart y Noonan. Pruebas físicas recientes -una lámina de aluminio remachada y un trozo de plexiglás similar al parabrisas del Electra- podrían indicar que Earhart y Noonan aterrizaron en una isla deshabitada, donde finalmente murieron como náufragos. Han surgido otras teorías para explicar lo que pudo ocurrirle a la famosa aviadora, pero el misterio continúa.
Basado en «100 greatest mysteries» de The History Channel