Dragones de leyenda
Los dragones -las criaturas legendarias más populares y perdurables- han aparecido en casi todas las culturas y en todos los rincones del mundo.
Monstruos abrasadores que atormentan a damiselas y caballeros de batalla. Enormes bestias cuyas alas y colas transforman mares y cielos tranquilos en furiosos torrentes. Algunos dragones viven en cuevas oscuras y húmedas, otros en las cumbres de montañas azotadas por el viento y en grandes palacios bajo el mar.
El primer dragón conocido se remonta a hace más de 4.000 años, en la antigua Babilonia, donde un mito atribuye la formación del universo a una feroz dragona, Tiamat. Cientos de años después, el poderoso dragón marino Leviatán, aparece en el Libro de Job: «Su resoplido lanza destellos de luz; sus ojos son como los rayos del alba. De su boca brotan llamas y chispas de fuego. Sale humo de sus narices como de una olla hirviendo sobre juncos ardientes».
Estas vívidas imágenes bíblicas convencieron a mucha gente de que los dragones eran reales y a menudo simbolizaban al mismísimo Satanás. Estas creencias dieron origen a las leyendas cristianas de héroes valientes y santos hombres justos, como San Jorge, que mataban dragones para proteger a los inocentes de los caminos corruptores del diablo. En el arte medieval, la entrada del infierno se representa a menudo como la temible boca de un dragón, con afilados dientes dispuestos a devorar las almas perdidas de la humanidad.
Los dragones desempeñaron un papel importante en la cultura china, y su imagen aparece en la arquitectura, la escultura y los tejidos. En China, se cree que los dragones traen buena fortuna y se les honra en numerosos festivales y celebraciones. Sin embargo, también se cree que los dragones son una fuerza destructiva que trae inundaciones y tifones devastadores sobre la tierra. En América, el dragón azteca Quetzalcoatl, una criatura emplumada parecida a una serpiente, era un dios. el fundador de la civilización azteca, que trajo la cultura, la lengua y la agricultura a Mesoamérica.
En el pasado remoto, los restos esqueléticos gigantes de ballenas y los fósiles de dinosaurios y grandes mamíferos fueron considerados por algunos como prueba de la existencia real del dragón, ya fuera como una criatura que vivía en aquella época o que se había extinguido. Pero al igual que el monstruo del lago Ness, los unicornios y Piegrande, es nuestra fascinación por lo misterioso e improbable lo que mantiene viva la mitología del dragón.
Basado en «100 greatest mysteries» de The History Channel