Unicornios
Probablemente confundidos con el oryx o el eland de la vida real, o incluso con una especie extinguida, las poderosas y legendarias bestias de la antigüedad han asombrado y encantado a los humanos durante miles de años.
«EL UNICORNIO es el animal más feroz y se dice que es imposible capturarlo vivo. Tiene el cuerpo de un caballo, la cabeza de un ciervo, las patas de un elefante, la cola de un jabalí y un único cuerno negro de un metro de largo en medio de la frente». Así escribió Plinio el Viejo, escritor y naturalista romano del siglo I d.C.
La mayoría de los pueblos antiguos estaban convencidos de que los unicornios eran auténticas criaturas de la naturaleza. La primera descripción escrita que se conoce de los unicornios procede del historiador griego Ctesias, del siglo V a.C., quien describió al animal como un animal de un solo cuerno y de colores blanco, rojo y negro.
Los cuentos y relatos sobre unicornios se hicieron comunes en Europa durante la Edad Media. Escritores sorne, como el arzobispo Isidoro de Sevilla, estaban seguros de su existencia. «Es muy fuerte y atraviesa todo lo que ataca. Lucha con elefantes y los mata hiriéndolos en el vientre», escribió en el siglo VII.
Los unicornios se mencionan con frecuencia en la versión King James de la Biblia. «Dios los sacó de Egipto; tiene como la fuerza de un unicornio», se lee en Números 23:22.
Mucha gente creía que el cuerno del unicornio tenía poderes mágicos y medicinales. Se decía que curaba enfermedades de todo tipo y que podía detectar el veneno si se agitaba en la bebida o se mezclaba con la comida. Empresarios codiciosos trituraban colmillos de elefante o morsa, cuernos de oryx o colmillos de narval y vendían el polvo como curativo, alegando que procedía de un unicornio real.
Basado en «100 greatest mysteries» de The History Channel