Grandes éxitos de taquilla de la CIA

Tom Engelhardt

Tom Engelhardt

Sangre, torturas, asesinatos, muertes: más allá de las hazañas de Zero Dark Thirty [La noche más obscura] hay otras tramas y fracasos de la CIA que darían para obras cinematográficas de lo más logradas.

Atrapamos a Osama bin Laden — y ahora le atraparemos una y otra vez en las pantallas de cine de todo el país, conforme «Zero Dark Thirty» [La noche más obscura] va llegando a los multicines de barrio. Alabada y criticada, la película es la comidilla del momento. ¿Es también la primera de un nuevo género? Si este es el caso, he aquí mis cinco nominaciones para otras películas de la CIA.

Podemos empezar por el golpe de 1953 de la CIA contra el primer ministro iraní Mohammed Mossadegh, cuyo gobierno democráticamente elegido había nacionalizado la industria del petróleo. No podría ser más pegajoso, con la implicación de BP en una anterior encarnación, la CIA, la inteligencia británica, sobornos, manifestaciones callejeras financiadas en secreto y (para que no piensen que no habría torturas en la película) la instalación de un régimen autocrático que terminó creando una temible policía secreta que torturó a los opositores durante las décadas posteriores. Todo esto se hizo en nombre de lo que solía llamarse “el mundo libre”. » Ese golpe «exitoso» fue el punto de inicio prácticamente de todos los desastres y su pizca de «contragolpes» [blowbacks] — término usado por vez primera en la historia secreta del golpe de la CIA — en las relaciones entre Irán y los EE.UU. hasta hoy. Muchos de los documentos han sido desclasificados ¡y menuda historia es!

O bien tenemos otra candidato: el Programa Fénix de la CIA en Vietnam. ¡Si te va el porno de tortura, esta es tu operación clandestina! Destinado a aniquilar la infraestructura política del Viet Cong, se calcula que logró liquidar a unos 20.000 vietnamitas, de los cuales es notable que muy pocos se clasificaran verdaderamente como «cuadros experimentados del FLN» [Frente de Liberación Nacional de Vietnam] (según se dice, el programa lo utilizaron de forma regular los lugareños para ajustar cuentas). Se chapoteó hasta la rodilla — quizás hasta la cintura — en sangre, tortura, asesinatos y muertes, y todo cortesía de esta Agencia que todos hemos llegado a conocer y amar.

Por cambiar de ritmo, ¿qué tal una comedia de tortura inspirada en la CIA? Hablamos del divertido secuestro en secreto de un clérigo musulmán radical en las calles de Milán a principios de 2003, su traslado a través de las bases aéreas norteamericanas en Italia y Alemania hasta Egipto y su entrega a los torturadores egipcios. Lo que la haría tan atractiva como para partirse de la risa es la manera en que los tipos de la CIA implicados en la operación clandestina cargaron casi 150.000 dólares en facturas de hoteles de cinco estrellas mientras se paseaban por Italia. Comían en restaurantes de cinco tenedores, se fueron de vacaciones a Venecia después del secuestro, acumularon una cantidad de gastos impresionante en tarjetas de crédito falsificadas para cuadrar con sus falsas identidades, y fueron tan chapuzas que el gobierno italiano acabó por identificarlos y acusarlos en rebeldía. La mayoría de ellos, incluyendo al jefe de la oficina de la CIA en Milán, fueron condenados a severas penas de prisión, también en rebeldía (se les acabaron las vacaciones venecianas). Es una historia que está pidiendo a gritos una adaptación de Hollywood.

O ¿qué tal una tragedia de tortura? No hay quien pueda superar la historia de Jaled El-Masri, un vendedor de coches sin trabajo de Alemania de vacaciones en Macedonia, que en la Nochebuena de 2003 fue sacado de un autobús y secuestrado por la CIA, debido a que su nombre era similar al de un sospechoso de Al Qaeda. Después de pasar cinco meses en condiciones brutales, en parte en una prisión “afgana” llamada «el pozo de sal» (dirigida por la CIA), le dejaron en una cuneta en Albania. Entremedias, su vida fue un catálogo de horrores, torturas y abusos.

Por último, ¿a quién no le gusta la idea de una película biográfica sobre torturas? Ahí tenemos el tema perfecto, que apareció incluso en la portada del New York Times. John Kiriakou, antiguo agente de la CIA, dirigió el equipo que capturó al especialista en logística de Al Qaeda, Abu Zubaydah, y es el único agente de la CIA vinculado de algún modo con las actividades de tortura de la Agencia que tiene probabilidades de ir a la cárcel. Y aquí viene la clase de quiebre que le encantaría a cualquier director de cine: nunca torturó a nadie. No sólo eso sino que habló públicamente en contra de la tortura. ¿Su delito? Filtró información, incluyendo el nombre de un agente encubierto, a los periodistas. Russell Crowe quedaría perfecto para el papel.

Aventuras, sangre, torturas, injusticias, ironías: ¿qué más se puede pedir?

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Tom Engelhardt dirige el Tomdispatch.com del Instituto de la Nación («un antídoto a los medios de comunicación de la corriente principal»). Es cofundador del Proyecto Imperio americano y, más recientemente, autor de Misión Incumplida: Tomdispatch. Entrevistas con Iconoclastas y Disidentes americanos (Nation Books), la primera colección de entrevistas de Tomdispatch.

Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón

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