Cambio Político entrevista al Fiscal General del Partido Liberación Nacional Juan Alberto Corrales sobre las elecciones municipales, el presente y futuro de su agrupación.
¿Cuál es el principal reto de Liberación Nacional?
La prioridad debe ser la juventud. Debemos seguir siendo una fuerza transformadora. Eso se debe demostrar con propuestas para dar más oportunidades en educación y empleo para adolescentes madres, aprovechar la coyuntura del bono demográfico, mejorar los programas de vivienda, salud, justicia, emprendedurismo para los que quieren trabajar y estudiar.
El legado Liberacionista es amplio: Fonabe, Conape, Empléate, la Universidad Nacional, y el Ministerio de Cultura al que se le deben hacer cambios en relación con el sistema de juventud.
¿Cual es su ideología?
La socialdemocracia, la que enseña la práctica de la solidaridad no solo como valor moral sino como clave de los países que han alcanzado el desarrollo humano, el altruismo, la izquierda democrática, el reformismo de Rodrigo Facio, José Figueres Ferrer, Daniel Oduber y Luis Alberto Monge, adaptado a nuestro tiempo.
¿Qué logros ha tenido su gestión como fiscal?
Uno de los principales logros como partido es el avance en el cumplimiento de la cuota que establece el Estatuto en las nóminas municipales para las elecciones del próximo 7 de febrero. Presentamos a la ciudadania un 35% de jóvenes gracias a los apoyos que se sumaron desde el Directorio Político y en la Fracción Liberacionista para culminar con su aprobación en la Asamblea Nacional. Ha sido un gran avance pero no es suficiente. La juventud conforma más del 40% de la población del país.
Se ha dado también labor de vigilancia en la conformación de los padrones de asambleas cantonales y defensa de líderes jóvenes legitimados en sus cantones para ocupar las candidaturas que les correspondían para el próximo 7 de febrero.
Además hemos realizado importantes esfuerzos en formación política desde lo ideológico y programático.
Se ha logrado avanzar pese a la oposición de algunos partidarios opuestos al cambio.
¿Y cómo país cuál es el gran reto?
Los wikileaks llamaron a Costa Rica un país hiperlegalista. Los retos son conocidos: El bajo crecimiento económico, la brecha entre dos Costa Ricas, la lentitud para construir obra pública, la insuficiente generación de empleo, aprovechar los programas públicos exitosos pero incipientes como los colegios técnicos, científicos y Bachillerato Internacional, fideicomisos para micro empresarios como Pronamype y Fideimas con capacitación y asistencia técnica antes que programas centralistas y desconceptualizados como la llamada «Banca para el Desarrollo».
Hay un reto mayor, avanzar hacia una nueva Constitución, una Tercera República acorde con la era del conocimiento. Debemos tomar la decisión de caminar hacia un Estado descentralizado, más cercano a la gente, un consenso de fuerzas políticas representativas que rompa con el esquema actual de inmovilismo.
¿Cómo sería una Tercera Republica?
Una convocatoria a constituyente debería establecer un 5% mínimo de votos para elegir a representantes. Ese umbral evitaría que movimientos sin programas ni representación suficiente, con una o dos diputaciones, obstruyan vía mociones el desarrollo de un nuevo sistema político.
En 1848 tuvimos la fundación de la República con Castro Madriz, en 1949 la Segunda República con don Pepe. En 2050 estaremos enfrentando una era diferente a la del Estado burocrático que incluso hoy ya no responde a la sociedad costarricense. Para entonces estaremos enfrentando los efectos del cambio climático y lo que Jeremy Rifkin llama la sociedad del coste marginal cero, el paso del capitalismo a la mutua colaboración propiciada por la conectividad.
Debemos adaptarnos a un futuro ineludible, necesitamos un Estado regulador entre lo publico y privado, en asocio con el sector de economía social como cooperativas y solidarismo, que vele por el bienestar y felicidad de la gente.
¿Quién lo ha inspirado para ser un político joven?
Desde niño he sido Liberacionista, mi abuelo fue lo que antes se llamaba Jefe Político, mi tatarabuelo Judas Tadeo Corrales fue el fundador de Naranjo, un familiar cercano fue diputado hace unos años, mi madre trabajó en las campañas de Luis Alberto Monge. En lo personal han influido Alfonso Carro que fue rector de la Universidad La Salle cuando estudié Derecho, el ex magistrado José Luis Molina quien fue mi tutor de tesis y se formó a la luz de intelectuales como Carlos José Gutiérrez, Carlos Monge Alfaro, Haya de la Torre, Fernando Fournier.
En lo profesional los ex ministros de Trabajo Alvaro Gonzalez y Francisco Morales me permitieron aprender a su lado. Una vez don Álvaro me dijo: «Juan Alberto, en política hay que tener cuidado, es la forma de hacer amigos de mentira y enemigos de verdad».
Llevo sus lecciones hasta el día de hoy, y atesoro a los verdaderos compañeros.
¿Aparte de la política qué lo apasiona?
Me gusta el fútbol. Soy aficionado de Alajuelense y en la Liga de Ascenso al Club Deportivo Barrio México, lugar donde vivo desde hace más de 20 años. He sido entrenador en Linafa.
Me gusta también la literatura, autores como Baudelaire, William Blake, Poe y Hermann Heller que transmito a mis alumnos de Derecho y Relaciones Internacionales.
Hermann Heller es una figura extraordinaria de la socialdemocracia. Murió en el exilio perseguido por el nazismo. Escribió en su Teoría del Estado: «Renunciar a las ideas como guía de nuestro destino en democracia es el equivalente al eclipse total del espíritu».
Finalmente, ¿Cuál es el futuro de Liberación Nacional?
El futuro del partido pasa por reivindicarnos, aun vemos por el retrovisor de liderazgos tradicionales. Debemos ver al frente, ser el partido de la clase media, de los que trabajan y estudian.
Me preocupa la polarización interna entre fuerzas tradicionales, sin la alternativa que a mediano y largo plazo permita seguir construyendo partido y país desde la socialdemocracia.