Fernando Zamora y su discurso neoconservador

Por Guido Mora y Carlos Revilla

Un partido político de casi setenta años se mide más que por sus palabras y pronunciamientos, por sus acciones. Liberación Nacional desde su nacimiento en 1951, ha luchado por plasmar la realidad costarricense con sus valores, principios y orientaciones en defensa de los Derechos Humanos.

En materia de género y como uno de los resultados de la gesta armada de 1948, los fundadores de Liberación Nacional pasaron de la palabra a la acción, concretando el reconocimiento del derecho inalienable de las mujeres, para participar en pie de igualdad en los procesos y las decisiones políticas, en los ámbitos distritales, cantonales y nacionales: la legitimación del voto femenino fue columna angular de la visión de un país democrático impulsada por el Partido Liberación Nacional desde su fundación.

En cumplimiento con este compromiso, apenas unos meses después, en las elecciones de 1953, resultaron electas las tres primeras mujeres diputadas en Costa Rica, destacándose la educadora María Teresa Obregón Zamora, integrante de la papeleta a diputados del Partido Liberación Nacional, al igual que las otras dos. El compromiso no se circunscribió a este logro, sino que se constituyó en una tarea permanente que posibilitó contar con la primera Vicepresidenta de la República Victoria Garrón de Doryan; la primera mujer Presidente de la Asamblea Legislativa Rosemary Karpinski Dodero y la primer Presidenta de la República Laura Chinchilla Miranda, todas representando la bandera del Partido Liberación Nacional.

Del seno del liberacionismo surgió la iniciativa de la “Ley de Igualdad Real de la Mujer” y el Instituto Nacional de la Mujer (INAMU); la Red de Cuido para Infantes, y la implementación de novedosos programas de educación sexual y reproductiva, que benefician directamente a los y las jóvenes.

Liberación Nacional ha ocupado posiciones de liderazgo en la promoción de la mujer, el impulso y el fortalecimiento de todas las políticas de género impulsadas en la Costa Rica de los últimos sesenta años. Sin querer soslayar errores e incongruencias —que también son parte de la historia de esta agrupación política—, Liberación Nacional puede reclamar el reconocimiento de ser un partido laico, progresista, socialdemócrata e impulsor y defensor de los Derechos Humanos, no sólo a nivel nacional, sino también internacional.

Es por esto qué no podemos callar ante los planteamientos, propuestas y actitudes de Fernando Zamora Castellanos, aspirante a precandidato del Partido Liberación Nacional, y quien ocupara hasta no hace poco, la posición de secretario general.

Fernando Zamora, en contraposición con las posiciones históricas de la agrupación verdiblanca, ha expresado conceptos y afirmaciones que se apartan de la tradición histórica liberacionista en este campo. Estas manifestaciones muestran una contradicción con la vocación histórica del Partido Liberación Nacional. No negamos su libertad de qué como ciudadano, esté dispuesto a defender, expresar e impulsar las ideas u ocurrencias que su mente pueda fraguar. Pero como exsecretario general y aspirante a precandidato comete una falta grave con su discurso neoconservador y contra las políticas de género.

Afirma Zamora que “La ‘novedosa’ ideología de género es una expresión renovada de la dialéctica marxista. Por ser la traducción novedosa de aquel viejo fundamento ideológico, es neo marxismo puro.”

Zamora arremete así contra una historia rica en realizaciones, en logros y en políticas públicas con perspectiva de género. Contradice también una fuerte vocación que integra la perspectiva de género, en todo documento ideológico y programático, publicado en nombre de Liberación Nacional.

Contradice también don Fernando la historia y la vocación de Liberación Nacional en el fortalecimiento, la lucha por el respeto y el fortalecimiento de los Derechos Humanos de las mujeres y los jóvenes en Costa Rica.

Don Fernando falta a sus deberes como aspirante a precandidato. Según lo ha expresado, argumenta que sus expresiones las hace a título privado. Consideramos sin embargo que ese razonamiento es inaceptable. Cualquier persona que aspira a representar al Partido Liberación en una elección nacional, debe suscribir los valores históricos y abrazar el compromiso ineludible de promover su propuesta y su vocación de respeto a los Derechos de las Personas.

El malestar y el clamor que han despertado las desafortunadas ideas y expresiones neoconservadoras de don Fernando en todos los rincones del Partido, deberían de ser suficiente motivo para que él, si tiene vergüenza, por lo menos ofrezca una explicación a los hombres y mujeres que estamos comprometidos con la causa de los Derechos Humanos y con los valores que históricamente ha defendido el Partido Liberación Nacional.

Exigimos que, antes de elegir al candidato presidencial del Partido Liberación Nacional, Fernando Zamora haga una declaración pública que confirme su compromiso con los pilares fundamentales que sustentan la base histórica e ideológica del Partido Liberación Nacional.

San José, 8 de febrero 2021

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2 comentarios

  1. En esta coyuntura podemos echar para atrás (donde creemos sentirnos seguros) o seguir para adelante y encontrarnos con un mejor futuro.

  2. Gustavo Elizondo

    Total acuerdo con este par de amigos, don Fernando hubiese sido un buen candidato de la Unión Católica de 1890, no del PLN que aspiran los “hijos del 48”, los socialdemócratas de cuño. Se respeta su posición, pero podría trasladar sus aspiraciones políticas a la par de Otto Guevara o al Republicano Calderonista o hasta los mismos evangélicos, que comulgan más con sus ideas. Si el PLN quiere surgir, debe pensar muy bien quien será su próximo candidato.

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