Explicaciones de fronteras inexplicables

Sahara Occidental

La frontera que nunca terminó de dibujarse

Sahara Occidental

Si uno mira el mapa del noroeste de África, el Sáhara Occidental aparece como una franja discreta entre Marruecos, Argelia y Mauritania. No tiene la fama del muro de Berlín ni la extravagancia del Vennbahn, pero es una de las fronteras más inexplicables —y persistentes— del planeta: un territorio que oficialmente “no es” un país, pero tampoco es claramente parte de otro.

Durante décadas fue el Sáhara Español, una colonia más en el ocaso del imperio español. Cuando España se retiró en 1975, no dejó un Estado independiente ni una frontera clara, sino un vacío. Marruecos y Mauritania entraron de inmediato a ocupar el territorio, mientras el Frente Polisario proclamaba la República Árabe Saharaui Democrática. El resultado: una guerra, un alto el fuego en 1991 y un conflicto congelado que sigue descongelándose de vez en cuando.

La línea más absurda del conflicto no es una frontera internacional, sino un muro. Marruecos construyó un sistema defensivo de más de 2.700 kilómetros —el “muro de arena” o berm— que atraviesa el desierto y divide el territorio en dos: al oeste, la zona controlada por Marruecos; al este, una franja casi vacía administrada por el Polisario. No separa países reconocidos, sino versiones opuestas de la realidad política.

Para complicar aún más el asunto, la comunidad internacional juega a la ambigüedad. La ONU considera al Sáhara Occidental un territorio no autónomo pendiente de descolonización y prometió un referéndum de autodeterminación que nunca llega. Mientras tanto, algunos países reconocen a la república saharaui, otros apoyan a Marruecos y muchos prefieren no pronunciarse. La frontera existe, pero solo en borradores diplomáticos.

Así, el Sáhara Occidental se convierte en una de esas fronteras inexplicables donde el problema no es dónde trazar la línea, sino aceptar que la línea nunca se trazó del todo. Un territorio partido por un muro invisible en los mapas, habitado por un pueblo que espera votar desde hace medio siglo y sostenido por una paradoja geográfica: una frontera que todos ven, pero que casi nadie reconoce oficialmente.

Basado en el libro “Un mundo inmenso, explicación de fronteras inexplicables”

Revise también

Tíbet

Explicaciones de fronteras inexplicables

Tíbet Una frontera inexplicable en el techo del mundo Si uno mira un mapa político …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *