Estación del Ferrocarril al Atlántico

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Carlos Revilla M.

Carlos Revilla

En el año de 1890 concluyó la construcción del Ferrocarril (el tramo final Limón-San José), y el hito fue celebrado con una gran fiesta organizada el 31 de diciembre de ese año, por la alta sociedad josefina de la época. Sin embargo, cuentan que había un problema, la estación en la capital, que supuestamente debía ser lujosa, más bien, según palabras de la época, se parecía más a un gallinero, que a una terminal de trenes. Por lo tanto, durante unos 20 años hubo un estira y encoge entre el gobierno y la empresa Costa Rica Railway Company (de capital Inglés), hasta que el 15 de setiembre de 1908 se inauguró el hermoso edificio para la estación, que llegó a ser uno de los más icónicos de San José.

El representativo inmueble combina arquitectura ecléctica (de diversos tipos), entre los que figuran el victoriano, el neoclásico y el barroco, combinados con detalles modernistas. Su construcción estuvo a cargo del ingeniero Juan Dijon y el arquitecto Jaime Carranza. El inmueble fue declarado patrimonio arquitectónico mediante decreto No. 11664-C del 29 de julio de 1980.

Aunque no voy escribir sobre la historia del Ferrocarril al Atlántico, creo importante mencionar un dato interesante. Aunque el proyecto ferroviario fue de varios gobiernos desde Braulio Carrillo, sin embargo, la construcción se debe mayormente al expresidente Tomás Guardia, quién tuvo el contacto con la familia Keith, con reconocida experiencia en proyectos ferroviarios realizados en otros países de América Latina. Es así como Guardia firmó primeramente el contrato con Henry Meiggs Keith, y posteriormente el proyecto pasó a manos de su sobrino Minor Cooper Keith.

Uno de los beneficios de la estación del tren fue la creación del Parque Nacional, pues como en la mayoría de los países hay una plaza o parque en los alrededores de la estación principal del tren. También esto llevó a un impulsó en la construcción de edificios cercanos de gran belleza. Por ello, en el entorno de este edificio emblemático, comenzó a levantarse una zona con construcciones de carácter político y parques que engalanarían San José. De destacar el cambio que sufrió la llamada en ese entonces “calle de la estación”, que hoy conocemos con el Paseo de Las Damas o Los Damas (personalmente prefiero Las Damas, pues siempre lo conocí así).

Del libro “El patrimonio histórico arquitectónico y el desarrollo urbano del distrito Carmen de la ciudad de San José, 1850-1930” de Gerardo A. Vargas y Carlos Ml. Zamora; voy a transcribir la parte relativa a la estación del Ferrocarril al Atlántico:

A finales del siglo XIX el Ferrocarril al Atlántico se constituyó en el mayor adelanto del país. Por esta razón, la terminal de pasajeros, en la ciudad capital, debía ser ejemplo de imponencia arquitectónica y con las mejores comodidades para los usuarios. Sin embargo, esto no era así, más bien la vieja estación constituía, principalmente para los josefinos, motivo de vergüenza.

Las presiones de la prensa y del público no cesaron en procura de que la Compañía del Ferrocarril de Costa Rica, dueña de ese medio de transporte, construyera un edificio «decente» para la estación ferroviaria. De esta manera, el 14 de febrero de 1900, el Gobierno suscribió con la compañía el Contrato Pacheco-Pirie, que en la cláusula VI, dispuso que las 200 mil libras esterlinas, que aportaría la empresa del ferrocarril, se invirtieran forzosamente en las siguientes obras: …una nueva estación en San José, otra en Limón, la mejora de las estaciones y bodegas en toda la línea férrea, la construcción y provisión de un nuevo taller mecánico en la capital y por último, la construcción de edificios en San José para oficinas y servicio de administración del ferrocarril. Pese a ello, la obligación de construir otra estación en la capital tardaría aún varios años. En 1902, el administrador general del ferrocarril propuso, a la Municipalidad de San José, que le cediera un área de terreno de unos 4,50 metros de largo, hacia el lado oeste, para que a partir de la plataforma exterior en que se ubicaba la vieja estación se pudiera construir la nueva. La solicitud fue aprobada por el municipio, considerando que con esto ganaba en ornato la Avenida 5 (hoy día Avenida 3). En 1903 se otorgó otro permiso para que las gradas de acceso a la futura estación y los postes del techado para carruajes, avanzaran un metro adicional sobre la calle, aduciéndose escaso terreno para el edificio de la terminal de pasajeros. Finalmente por el convenio No. 2 del 9 de mayo de 1908, la empresa se comprometió a edificar la estación en San José, antes del 31 de diciembre de 1908.

En el informe presentado por el gerente general de la Compañía del Ferrocarril, A. E. Mullins, al ministro de Fomento, Oscar Rohrmoser, entre otras cosas deja constancia de que el edificio de la estación, que se estaba construyendo era de ladrillo. La construcción concluyó el 15 de setiembre de 1908 y se puso en esa misma fecha al servicio del público. El diseño arquitectónico es de influencia victoriana y se le atribuye al Arq. Jaime Carranza. La planta de distribución es de forma rectangular, con dos salas de espera (primera y segunda clase), separadas por una boletería donde resaltan los pasamanos de bronce. El edificio posee un solo nivel y se localiza sobre una plataforma que soluciona el desnivel de la calle. La cubierta es metálica y tiene la característica de ser del tipo mansarda. Para salvar la inclemencia de la época lluviosa, en los cuatro costados se instalaron aleros que protegían a los pasajeros y usuarios que arribaban a la terminal en coches tirados por caballo o en tranvía. La fachada principal conserva un frontón de aire barroco, con un remate floral y un mascarón flanqueado por las figuras mitológicas de Mercurio y Venus. En la base del frontón aparece inscrito: «1908 Estación del Ferrocarril de Costa Rica».

Realmente una historia muy interesante.

La figura de Tomás Guardia es exaltada de varias formas. Una muy notoria, es un busto en las afueras de la estación, al que lo acompaña un pequeño obelisco montado sobre una base. Ambos monumentos, por estar en el exterior de la estación y sin protección, son víctimas frecuentes del vandalismo, lo cual es una pena pues se encuentran en muy mal estado. Desgraciadamente, lo mismo sucede con unas obras del artista Manuel de La Cruz González, que están cerca de los monumentos, y que pueden verse en la galería.

En la sección de boletería hay una efigie del Corazón de Jesús, que es el patrono de los ferrocarriles, junto a un un retrato del expresidente Tomás Guardia, y lo que podría llamarse una placa con una frase de Guardia que dice:

“FERROCARRIL AL ATLANTICO,
FERROCARRIL A TODO TRANCE:
FERROCARRIL AUN
A TRAVES DE LO IMPOSIBLE.”

GRAL. TOMAS GUARDIA GUARDIA GUITIERREZ

PRESIDENTE DE COSTA RICA
1870-1876 // 1877-1882

BENEMERITO DE LA PATRIA

IMPULSOR DEL FERROCARRIL AL ATLANTICO

En los predios de la estación hay dos piezas patrimoniales, que fueron restauradas a principio de los años 90 por Incofer. Una es la locomotora 59, que quedó muy bonita, y la otra es una planta eléctrica. Ambas con sendas placas que pasó a transcribir a continuación:

Locomotora 59. Importada por la Northern Railway Company en el año de 1939 a la casa de Baldwin Locomotive Works de Philadelphia, Pensilvania U.S.A., esta locomotora de vapor, de 78 toneladas de peso, 750 HP, fue utilizada para el transporte de carga y pasajeros. Conocida también como la «Locomotora Negra» es en su estilo la única que queda en el país: dejó de trabajar el 11 de setiembre de 1956 al introducir la «Northern» sus nuevas locomotoras diesel eléctricas.

Entre el personal de conducción de las misma estaban: Cecilio Tomas, Mario Garine, Mario Vega, Alfredo Jones Vargas, Carlos Tomas, Manuel Bocan y Fernando Calderón.

La administración del INCOFER 1990-1994 con el fin de recobrar su legado histórico procedió a restaurarla en mayo de 1992.

Planta eléctrica con motor Fairbanks Morse

Aspecto histórico

Fue traída de U.S.A. e instalada por la Northern Railway Co. en Siquirres, provincia de Limón en 1930. El fin era utilizar su energía eléctrica para sus dependencias, compartiéndola con la Compañía Bananera de Costa Rica; quedó fuera de servicio el 1 de Febrero de 1954 debido a que la Municipalidad de Siquirres instaló su propia planta en ese año.

El 3 de mayo de 1955, se trasladó a San José para reforzar el suministro de energía proporcionada por la Compañía Nacional de Fuerza y Luz; en ese momento la capital afrontaba una crisis eléctrica por racionamientos de energía.

Aspecto técnico

Esta planta operaba con motor diesel, arrancaba con aire inyectado a presión de las locomotoras Diesel Eléctricas recientemente traídas; el tanque se cargaba con aire; le ponían un quemador al diesel para calentarlo y así empezaba a generar energía eléctrica que era distribuida entre la estación, oficinas y taller.

El terreno de la terminal era bastante grande. Iba de avenida 3 a avenida 7, y por unos 300 mt de calle 17 a calle 23 (donde está la antigua aduana). En algún momento, no preciso la fecha, se le cedió a la CCSS la parte norte, que da a la avenida 7, para ampliar el Hospital Calderón Guardia. Lo anterior en pago por unas deudas millonarias por cargas sociales. Dentro de lo entregado estaba la casa de Minor Keith (que ya no existe), y el edificio administrativo de la Northern, donde después de la nacionalización, por algún tiempo estuvo la división de ferrocarriles del Mopt, y que ahora es sede el departamento de ingeniera y mantenimiento del Calderón Guardia. La construcción de madera, de dos pisos, fue restaurada por la CCSS, pero al día de hoy luce muy deteriorada.

En el ínterin de la suspensión del tren, entre los años 2002 al 2008, la estación fue la sede del Museo de Formas, Espacios y Sonidos. Para el año 2011 fue remozada por el ministerio de cultura y juventud, para retomar sus funciones como terminal del tren urbano que actualmente conecta la capital con las ciudades de Cartago, Alajuela y Heredia.

Es importante destacar la recuperación por parte de la municipalidad de San José del espacio de calle «muerta» entre calles 19 y 17, que pasó a integrarse de una forma muy natural al espacio de la terminal, dando la sensación de una ampliación, y a la vez ayudando con espacio ordenado para las filas de usuarios en horas pico.

Como anexo incluyo un glosario y una pequeña biografía del expresidente Tomás Guardia.

La galería quedó un poco cargada, así que también decidí hacer una galería en Facebook para que puedan verla con más facilidad y tranquilidad.

 

Anexo

Glosario

Mansarda. En arquitectura, se denomina mansarda a la ventana dispuesta sobre el tejado de una casa para iluminar y ventilar su desván en la fachada de un edificio, cubiertos por un techo de tejas muy inclinado, dando por resultado un elemento ornamental que suele coronar al edificio.

Tomás Guardia Gutiérrez
(1870 – 1872) (1872 – 1876) (1877 – 1882)

Don Tomás Guardia Gutiérrez nació en Bagaces, Guanacaste, el 16 de diciembre de 1831. Sus papás fueron los señores Rudesindo Guardia Robles y María Gutiérrez Flores.

Fue un distinguido militar quien tomó parte en la campaña nacional en contra el estadounidense Willian Walker y sus filibusteros.

Siendo coronel, el 27 de abril de 1870, apoyado por otros militares, dio un golpe de estado al Presidente Jesús Jiménez Zamora, logrando derrocarlo.

Al llegar al poder, disolvió el Congreso que lo había elegido, gobernó como dictador y desterró a muchos de sus enemigos políticos. Durante doce años, como Presidente y aún sin serlo, fue quien tuvo el destino de Costa Rica en sus manos, a veces desde el poder y a veces mientras otro ejercía la presidencia.

Era la autoridad máxima del país por la fuerza, a como hubiera lugar. Debía actuar así para sostenerse en el poder, debido a las continuas conspiraciones que se daban en contra de su mandato. Combatió sin descanso a la poderosa oposición y siempre encontró la forma de salir adelante.

Decretó la Constitución del 7 de diciembre de 1871, que estuvo vigente hasta 1948. Impulsó el desarrollo económico del país. Continuó los esfuerzo de los gobiernos de José María Castro Madriz y Jesús Jiménez Zamora, para la construcción del ferrocarril al Atlántico, iniciando así el desarrollo de la provincia de Limón.

Abolió la pena de muerte. Aumentó el número de escuelas y colegios públicos.

Aunque su gobierno fue militarista, se le califica como un presidente progresista que efectuó muchas obras de provecho para el país.

Fue declarado Benemérito de la Patria el 25 de julio de 1876. Murió en Alajuela el 6 de julio de 1882.

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