Semana del 13 al 19 de ENERO del 2025
Por Arturo Fournier
En el Mundo
Galileo Galilei fue un gran científico italiano: astrónomo e ingeniero, matemático y físico, en resumidas cuentas: un genio, nacido el 15 de febrero de 1564 en la ciudad de Pisa (famosa por su bella torre inclinada), y fallecido el 8 de enero de 1642, 78 años después.
Su ágil y febril mente lo llevó a la vanguardia de lo que se llamó la “revolución científica” de esos tiempos, mediante descubrimientos e inventos, que nos explicaron muchas de las actividades terrestres, sobre todo por la forma en que se mueve el universo, en particular nuestro sistema solar -la vía láctea- en la que está inmerso nuestro pequeño mundo.
A pesar de la incomprensión del momento, hoy en día tiene un lugar de honor en todas nuestras mentes, como “el padre de la ciencia experimental”, mediante lo cual “superó a sus contemporáneos con sus ideas, sino que también dejó un legado de inventos que transformaron nuestra comprensión del universo. “
Dejó atrás no sólo la especulación, sino que evolucionó la teoría experimental, “la acción por medio del diseño y realización de experimentos” para los cuales se requiere de gran habilidad manual, combinando de forma muy innovadora la teoría con la práctica; lo que desató tanto la envidia de algunos contemporáneos, como la estupefacción por el rompimiento de paradigmas y dogmas, sobre todo religiosos, al “del sistema heliocéntrico propuesto en la antigüedad por los pitagóricos y en la época moderna por Copérnico, al afirmar que la tierra no está quieta en el centro del universo, como se creía, sino que gira sobre sí misma y alrededor del sol, lo mismo que otros planetas”.
Así las cosas, fue sometido a un desgastante proceso ante la inquisición romana. El 13 de enero de 1610 (hace 415 años) empieza el juicio, el proceso en su contra, ¡que terminaría 23 años después!, en 1633 (hoy diríamos que no fue ni justicia, ni pronta, ni cumplida), condenándolo a un “encarcelamiento indefinido” por ser “vehemente sospechoso de herejía” porque afirmó: “No necesito a Dios para hacer ciencia, pero eso no significa que no necesite a Dios para la salvación de mi alma”. Sólo estuvo 3 días en la cárcel, pero lo obligaron a un arresto domiciliario (hoy se le calificaría como “casa por cárcel”), hasta su muerte en 1642.
Como parte del irracional proceso, lo obligaron a retractarse de lo que había descubierto, para que afirmara lo que era formalmente aceptado: que la tierra estaba en el centro del universo, lo cual TUVO QUE HACER, para que no se le impusiera la máxima condena de muerte.
Ya en 1600 otro maravilloso pensador (Giordano Bruno) había sido ejecutado, por afirmar que la tierra era redonda.
Es famosa su frase al final de la retractación oficial, en la que tuvo que repetir todos los dogmas en boga, cuando añadió: “eppure si muove” (y sin embargo se mueve), muy significativa para retratar al fanatismo.
No fue sino que hasta el 31 de octubre de 1992 (360 años después, casi 4 siglos de oscurantismo), cuando la iglesia católica reconoció que había cometido una equivocación (¡qué clase de error!), y que no debió de haber sido condenado, por lo que el Papa Juan Pablo II lo rehabilitó, algo que ya toda la comunidad científica había reconocido, por sus enormes aportes.
El 16 de enero de 1992 (hace 33 años), luego de negociaciones en las Naciones Unidas, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el gobierno de El Salvador firman los “Acuerdos para la Paz”, en Chapultepec, México, mediante los cuales dan punto final al conflicto armado que enfrentó a los hermanos centroamericanos durante muchos años, de ahí que luego esa fecha fue declarada como «Día de la Paz”, hasta que el actual presidente Bukele la eliminó y la pasó a denominar como el Día de Las Víctimas del Conflicto Armado. Como todo en ese mundo, la medida ha suscitado opiniones a favor y muchas en contra.
Un 18 de enero de 1867 (hace 158 años) nace en la que hoy se denomina Ciudad Darío, el “monstruo” centroamericano de la poesía, el escritor, periodista y diplomático nicaragüense Rubén Darío (Félix Rubén García Sarmiento).
No sólo empezó a escribir muy joven, sino que también empezó a publicar sus versos desde la temprana edad de 14 años.
Se le ha “considerado como el máximo representante del modernismo literario en lengua española y el lírico que ha tenido mayor influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico”. El modernismo fue un movimiento literario y cultural que ganó mucha influencia tanto en Europa como en América.
Muchos recordamos, y en nuestros momentos amorosos hemos recitado sus maravillosos poemas y obras, como Rimas y Abrojos, (1887), Azul… (escrito y publicado en Chile, 1888), Prosas profanas y otros poemas (1896), Cantos de vida y esperanza (1905), Margarita (1908), Los motivos del lobo (1913).
Su poema “Canción de otoño en primavera” ha sido declamado por ilustres literatos del mundo entero.
El azul, color de su preferencia (como de Neruda), fue visto por él como “el color del ensueño, el color del arte, un color helénico y homérico, color oceánico y del firmamento”, y lo convirtió en el símbolo del Modernismo.
Su fecha de nacimiento es una efeméride nacional en el hermano país de Nicaragua, por ser el aniversario del natalicio “de nuestro Prócer de la Independencia Cultural y Héroe Nacional”; y en León, ciudad donde pasó parte de su vida, a donde regresó después de una breve estadía en Guatemala, para alejarse del estallido de la Iª guerra mundial, donde falleció y está sepultado en la Basílica, Catedral, bajo un león -esculpido en mármol- con cara de triste; también en Granada todos los años se lleva a cabo un festival cultural en su honor.
Aunque no usó la lengua de Cervantes ni formó parte del movimiento simbolista, se comenta que rivalizó con Darío el connotado poeta francés Paul Verlaine (1844-1896), apodado “el príncipe de los condenados”, por el paradigma de un concepto que él mismo acuñó.
En Costa Rica
El 13 de enero de 1822 (hace 203 años), tan sólo 4 meses después de declarada la independencia en Guatemala, toma posesión la primer Junta Superior Gubernativa, elegida popularmente, ilustre antecedente que constituye el primer gobierno constitucional de nuestro país.
Desde el inicio de nuestra vida independiente hemos buscado establecer costumbres y prácticas democráticas, que con el pasar de los años deben ser mejoradas, no destruidas.
Enero es un buen mes para las artes y las letras, como citamos tanto en este artículo como en el anterior, también en el mes de enero, el día 15, de 1887 (hace 138 años) nace Carmen Lyra, escritora, educadora y política costarricense, seudónimo para quien tenía como nombre real y legal María Isabel Carvajal Quesada.
Muchos la conocen por su maravillosa labor literaria, en especial por la forma de relatar los cuentos infantiles, en el famoso libro “Cuentos de mi Tía Panchita), del que la Editorial UCR acaba de hacer una magnífica nueva edición ilustrada, en los cuales adaptó a la fisga e ingenio tico, muchos de los cuentos infantiles internacionales, aparte de otros de su propia creación.
Pero también debemos resaltar su gran labor como maestra, docente en muchas escuelas, tanto urbanas como en las zonas rurales, gremio al que ayudó mucho, para tratar de conseguir mejores condiciones de vida y de trabajo, compromiso que abrazó toda la vida.
También sufrió muchos vejámenes, por ejemplo, -a pesar de ser una excelente trabajadora- en el año 1906 fue despedida del Hospital San Juan de Dios porque no era hija de un matrimonio legítimo, por ser hija “natural”, como se decía peyorativamente.
Lo más grave fue la decisión de la Junta de Gobierno, presidida por don Pepe Figueres, un año después del final de la guerra civil de 1948, quienes no quisieron acceder a las múltiples solicitudes que les hizo, tanto personalmente como a través de su gran amigo don Manuel Mora, para que la dejaran regresar del exilio en México, para morir en su Patria adorada; padecía de cáncer terminal, no significaba peligro alguno.
Fue militante y convencida partidaria del Partido Comunista de Costa Rica, hecho que se ha invisibilizado mucho por razones ideológicas, a cuyas luchas contribuyó para tratar de lograr mejores derechos para las poblaciones más desfavorecidas y pobres del país.
Fue declarada Benemérita de la Patria en sesión ordinaria del día de la mujer 8 de mayo del 2024.
El 17 de enero de 1949 (hace 76 años) empieza a funcionar la Asamblea Nacional Constituyente, que estará en funciones hasta el 7 de noviembre del mismo año, para redactar la Constitución Política, la Carta Fundamental de nuestro país, la que nos rige hasta el día de hoy, a pesar de varias reformas parciales que ha tenido, y de adiciones e incorporaciones a su contenido, por decisión de la Sala IVª, Sala de lo Constitucional.
– Abogado jubilado y exdiplomático.