Desde La Mina 2.0
Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr
Vienen las elecciones y todo augura a que será una campaña que todavía no tiene adjetivo que la califique…lloverá tieso y parejo para todo el mundo y eso, ¿en qué ayuda al país? ¿En qué nos ayuda a nosotros los votantes?
Me es claro que Antonio recibirá palo desde todos lados, desde la izquierda y la derecha, desde arriba y desde abajo. Es claro que es el candidato a derrotar, ¿o quién lo será?
Y lo lógico será que se defienda. Si uno hiciera lo que dice la Biblia que hizo Jesús, poner la otra mejilla, claramente estaría el nombre de uno también en la Biblia, pero eso no es así, la tendencia es me das y te devuelvo.
Yo pienso que una de las formas de adecentar la política es poner a la gente a soñar. Discutir sobre sueños y cómo llevarlos a la práctica. Soñar en una Costa Rica mejor, una Costa Rica en el que el bienestar sea para el mayor número.
Bien lo dijo don Pepe en su momento:
“Todos sabemos que las estrellas no se alcanzan con la mano, pero todos debemos convenir en que los hombres y las naciones, necesitan saber con exactitud a cuál estrella llevan enganchado su carro, para poder discernir en las encrucijadas del camino cuáles sendas conducen adelante, cuáles son simples desviaciones y cuáles los arrastran hacia atrás (…) El nombre de la estrella que nos guie, de ser costarricenses, el bienestar del mayor número”
¿Es muy difícil soñar en esta campaña con algunas cosas?
-mejor educación
-mejores ingresos
-mejor salud
-mejor transporte público
-mejor infraestructura
-mejor ambiente
-más inclusión
-menos discriminación
-más recreación
-pensiones justas
(¡y por supuesto clasificar para Rusia!)
No necesitamos en estos momentos en el que el país requiere seguir la estrella de la que nos hablaba sabiamente don Pepe, saber quién fue el papá o la mamá de tal candidato, quiénes son sus hijos, a quién ve a escondidas, si va a misa o no, si gana mucho o gana poco, si sabe lo que cuesta un casado o un baguette…lo que requerimos conocer cómo vamos a vivir mejor hoy y mañana y sobre todo garantizar que nuestros hijos y nietos también vivirán mejor que nosotros.
Con todas las ganas espero en mi casa en La Mina, en Santa Ana, que de verdad se pueda adecentar la campaña. ¿Es demasiado soñar?