Rosita Argüello Mora entrevista a GUIDO ALBERTO MONGE.
El homenaje que el Centro de Estudios Democráticos de América Latina (CEDAL) le hace al Expresidente de la República don Luis Alberto Monge el jueves 13 de setiembre y bautiza la sede de San Pedro con su nombre, hace que Cambio Político se interesara en saber algunos aspectos de su vida personal por medio de su hijo Guido Alberto Monge, quien fuera diputado de 1998 al 2002 y viceministro de la Vivienda y Asentamiento Humanos en la Administración Figueres.
CAMBIO POLÍTICO – ¿Cuál es el mayor recuerdo de su niñez que define a don Luis Alberto?
GUIDO ALBERTO MONGE – Cuando estaba pequeño mamá (Cecilia Fernández) nos dijo a mi hermano y a mi: “ustedes tienen como papá a un hombre muy especial y tienen que entender que no siempre va a estar con ustedes, el tiene una vocación pública y social muy firme”, y eso nos ayudó mucho a entender la dimensión humana de papá sin las interferencias que pueda tener un hijo cuando no está viendo constantemente a su padre. Cuando pienso en papá, lo miro en una de sus virtudes más importantes que lo definen como ser humano, como padre, como hombre con una amplia trayectoria política y social que es su humildad. Es un hombre que nunca cambio su ser.
CP – ¿Cuándo están ustedes eran pequeños en que trabajaba don Luis Alberto?
GAM – Papá fue secretario general de la ORIT (Organización Regional Interamericana de Trabajadores) con sede en México, estuvo en el sindicalismo y eso hizo que todos los hijos de él nos sintamos muy orgullosos de su origen humilde. A los amigos extranjeros los llevamos al Mercado Central para enseñarle la placa que hay allí, porque para mí en particular es un gran orgullo saber que se levantó venciendo sus problemas económicos, que estudio en el Instituto de Alajuela y eso le costó ríos de esfuerzo porque él es un hombre muy emocional, todos lo describen como un hombre de gran corazón y a veces nos sorprende como siendo tan emotivo sobrevive en lo que el mismo llama los avatares de la política.
Papá vivió momentos muy duros cuando tuvo que trasladarse al Instituto de Alajuela con una beca porque desde que era niño le descubrieron su gran inteligencia y durante esos años que estuvo en el Instituto de Alajuela hay una carta muy bonita que le escribe a su madre y que está enmarcada y cuelga en un costado del lugar donde se hacían las reuniones del consejo de gobierno, en el periodo de la administración de él. Yo ligo a papá con la formación de valores, además de la humildad, el de mesura, yo no lo recuerdo golpeándonos o gritando, fue un hombre de diálogo, el a veces nos dice algo y uno sale preguntándose ¿qué me quiso decir?, uno reflexiona y entiende lo que él está insinuando.
Tuvimos una infancia muy bonita porque el siempre encontraba un espacio para salir juntos y tengo recuerdos de dirigencia del partido, nos acomodaba en un carro y nos íbamos de gira a Guanacaste o Limón, recuerdo una gira en la que llegamos totalmente blancos de polvo a Tamarindo en un jepp Land Rover descapotable, papá como un fantasma llegamos y nos bañamos, luego fuimos a unas cabinas de la que había sido la pionera del turismo en Tamarindo, una señora muy humilde que lo que tenía era un ranchito, cuando nos fuimos a acostar y abrimos las tijeretas salió una culebra enorme y nos pegó un gran susto, papá estaba muy preocupado.
CP – ¿Y adónde pasaban sus vacaciones?
GAM – Papá nos mandaba unas cartitas, con nombres muy vacilones, recuerdo que una vez había una actividad en la cabina donde él vivió muchos años, allá en La Catalina, porque allí pasábamos nosotros las vacaciones, el hijo de la cocinera, la macha, que nosotros queríamos mucho, no quería entrar por vergüenza, yo entré y le pedí una coca cola; papá nos compraba unos zapatos durísimos en una zapatería que estaba en el centro de Heredia que se llamaba El Sol, lo hacía con un gran cariño y un gran esfuerzo, pues entré en la cocina con unas botas nuevas que papá me había comprado y me resbalé me caí y me metí los vidrios en la mano, yo llegué con la mano con sangre donde papá y el primero que se desmayó fue mi hermano, mi papa y don Alberto Baeza nos llevaron al hospital en el jeep Land Rover. Papá obviamente preocupadísimo por lo que iba a decirle a mamá, supongo.
CP – ¿Cuál es la mayor enseñanza que tiene de él?
GAM – Además de lo que nosotros vemos en él a un hombre íntegro, muy respetuoso de cómo son las personas que nos inculcó que lo importante en la vida no es lo que uno tiene sino lo que uno es, lo que logra ser en la vida. Nadie ha entendido a papá cuando él dice que “el no ha querido ayudarle a ninguno de sus hijos”, ni a los que tenemos vocación político social como yo, recuerdo una carta que él le mandó a José María Figueres cuando a mi me nombraron viceministro de vivienda y asentamientos humanos, donde él le dice que se ha encontrado con la sorpresa que algunos allegados políticos le han dicho que el nombramiento mío es por una cuota política del mongismo, y entonces le describe a él las cosas en las que él cree en política y que él entendía que ese nombramiento era por mis múltiples servicios que como militante del Partido Liberación Nacional yo le había dado a lo largo de muchos años y particularmente en la campaña.