Noviembre 8, 2024
Por Thalif Deen
NACIONES UNIDAS – Cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) impone sanciones o penalizan a un Estado miembro -ya sea la Asamblea General o el Consejo de Derechos Humanos- las resoluciones son «no vinculantes» y a menudo quedan sin aplicar.
Pero las resoluciones del Consejo de Seguridad son «vinculantes» -y siguen siendo abiertamente violadas por países como Corea del Norte- porque todos estos órganos de la ONU no tienen medios para aplicarlas, ni un ejército permanente para hacerlas cumplir por la fuerza. Pero solo tienen peso moral.
El Consejo también puede imponer sus propias sanciones, sobre todo en los sectores económico, financiero y comercial, contra los infractores de sus decisiones.
Y en la primera semana de noviembre hubo una iniciativa para imponer sanciones armamentísticas a Israel, y con razón, a juzgar por los más de 43 000 muertos, en su mayoría civiles palestinos, asesinados en Gaza en gran parte con armas suministradas por Estados Unidos desde octubre del año pasado.
Pero, ¿hasta qué punto será efectiva esta medida, ya que la mayor oposición provendrá de Estados Unidos, partidario incondicional de Israel, que utilizará sin vacilar su derecho de veto si la resolución se presenta ante el Consejo de Seguridad?
El embajador Anwarul K. Chowdhury, ex secretario general adjunto de la ONU y ex representante permanente de Bangladés ante las Naciones Unidas, dijo a IPS que todo lo que no sea un alto el fuego real y permanente no creará un camino para poner fin a la perpetración de la agresión genocida en curso por parte de Israel.
En este contexto, dijo, la carta conjunta en la que se pide a todos los países que pongan fin a la venta de armas y municiones a Israel, firmada por 52 países y dos organizaciones multilaterales reconocidas por la ONU, está orientada significativamente hacia el futuro y contiene el objetivo deliberado de contribuir a esa «vía».
De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, cuyo país encabezó la carta, afirmó que «debemos repetir en cada oportunidad que vender armas a Israel significa participar en su genocidio».
«Se argumentará con razón que las Naciones Unidas y su órgano supremo, la Asamblea General, no tienen poderes para hacer cumplir un embargo de armas de este tipo. El Consejo de Seguridad, la única entidad de la ONU que puede autorizar un embargo de armas y obligar a los proveedores de armas a desistir de enviarlas a las zonas de conflicto, también se vuelve impotente si uno de los cinco miembros permanentes utiliza el famoso veto», dijo.
Sin embargo, argumentó el embajador Chodhury, «creo firmemente que una resolución de la Asamblea General siguiendo el llamamiento al embargo de armas a Israel tendría un valor moral que tiene su propio mérito».
«A pesar de la política y el juego de poder que están destruyendo la credibilidad de la ONU y marginando su capacidad operativa para resolver conflictos, el embargo de armas pondría de relieve la posición de principios adoptada por la ONU», añadió.
En cierto modo, señaló, eso reforzaría los esfuerzos del secretario general por promover el tan necesario alto el fuego.
Tras la declaración de Israel de persona non grata contra el secretario general de la ONU y la extensión de los ataques a la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (Fpnul ), la Asamblea General necesita demostrar que su papel moral y normativo, tal como está previsto en la Carta de las Naciones Unidas, no ha sido intimidado por la política de la amenaza de veto frecuentemente utilizada, declaró.
Stephen Zunes, profesor de Política y Estudios Internacionales de la estadouninse Universidad de San Francisco, dijo a IPS que «esta iniciativa refleja la opinión de la gran mayoría de los gobiernos y pueblos del mundo y es coherente con los imperativos del derecho internacional humanitario»
«Pero dado que el principal proveedor de armas de Israel es un miembro permanente del Consejo de Seguridad con derecho a veto, es poco probable que tenga mucho impacto», remarcó.
También es problemático, señaló, que algunos de los países patrocinadores de la iniciativa, como Rusia y Arabia Saudí, han sido culpables no sólo de proporcionar armas a quienes cometen crímenes de guerra, sino de cometer ellos mismos crímenes de guerra.
El ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, declaró este mes que su país había presentado una carta a Naciones Unidas, firmada por 52 países y dos organizaciones intergubernamentales, en la que se pedía el cese de las entregas de armas a Israel.
«Hemos escrito una carta conjunta pidiendo a todos los países que detengan la venta de armas y municiones a Israel. Entregamos esta carta, que cuenta con 54 firmantes, a la ONU el 1 de noviembre», dijo Fidan, según el Times of Israel.
Para el ministro, «debemos repetir en cada oportunidad que vender armas a Israel significa participar en su genocidio». Recordó que la carta es “una iniciativa lanzada por Turquía”.
Entre los firmantes figuran Arabia Saudí, Brasil, Argelia, China, Irán y Rusia, además dela Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica (OCI),
El embajador Chowdhury añadió que la ONU no debe olvidar que la Corte Internacional de Justicia de la ONU determinó que la ocupación israelí de la Franja de Gaza y Cisjordania es ilegal según el derecho internacional.
La sentencia fue seguida de una resolución de la Asamblea General el pasado septiembre, en la que se exigía a Israel que abandonara los territorios ocupados en el plazo de un año.
«Me siento alentado por los propios 45 expertos en derechos humanos y relatores especiales de la ONU , que, llevados por su conciencia, han pedido enérgicamente un ‘alto el fuego permanente’, … un ‘embargo de armas a todas las partes beligerantes’ y ‘el despliegue de una presencia internacional de protección en los territorios palestinos ocupados bajo la supervisión de la ONU», aseguró.
A su juicio, todas estas medidas «están bien pensadas y no harían sino promover el diálogo y la diplomacia por encima de la muerte y la destrucción».
«El secretario general de la ONU debe respaldar y acoger este llamamiento de sus expertos internos y recomendar a la Asamblea General que haga lo mismo sin demora», planteó Chowdhury.
Ya en abril de este año, en una resolución adoptada por 28 votos a favor, seis en contra y 13 abstenciones, el Consejo de Derechos Humanos, que tiene su sede en Ginebra y está compuesto por 47 miembros, respaldó un llamamiento «a poner fin a la venta, la transferencia y el desvío de armas, municiones y otro equipo militar a Israel, la potencia ocupante… para impedir nuevas violaciones del derecho internacional humanitario y violaciones y abusos de los derechos humanos».
La iniciativa la presentó Pakistán en nombre de la Organización de Cooperación Islámica. Los delegados escucharon que la resolución también había estado motivada por la necesidad de poner fin a las «atroces» violaciones de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados.
Entre los copatrocinadores del texto se encontraban Bolivia, Cuba y el Estado de Palestina, antes de la votación, que contó con el apoyo de más de dos docenas de países, entre ellos Brasil, China, Luxemburgo, Malasia y Sudáfrica.
A diferencia del Consejo de Seguridad de la ONU, las resoluciones del Consejo de Derechos Humanos no son jurídicamente vinculantes para los Estados, pero tienen un peso moral significativo, y en este caso pretenden aumentar la presión diplomática sobre Israel, así como influir potencialmente en las decisiones políticas nacionales.
Las dos mayores fuentes de armamento de Israel, Estados Unidos y Alemania, se han resistido a las peticiones de embargo a Israel, aunque cada una de ellas ha sido acusada de retener ciertas armas durante la guerra.
En un informe de octubre de 2024, el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri) afirmó que en la última década Israel ha aumentado enormemente sus importaciones de armas.
El Sipri estima que en el quinquenio 2019-2023, Israel fue el 15º mayor importador mundial de armas principales, con 2,1 % de las importaciones mundiales de armas en el período. En el período 2009-2013 solo ocupaba el puesto 47.
Aunque solo tres países suministraron armas principales a Israel en 2019-2023, Estados Unidos, Alemania e Italia, muchos otros suministraron componentes militares, municiones o servicios. Los otros tres grandes exportadores mundiales de armas entre los 10 primeros son Reino Unido, Francia y España.
T: MF / ED: EG