El muñeco de San Antonio

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Durante mis travesías por San José, en Barrio Los Ángeles, me encontré con la figura de un muñeco, a la entrada de un taller que parecía de enderezado y pintura. Me llamó la atención, porque sostenía un papel con la siguiente leyenda:

A usted no le
importa mi historia.
No pregunte están trabajando.

Claramente los dueños del lugar están diciendo, no pregunte de que se trata este muñeco, como dando a entender que seguramente les preguntan mucho, y que ya están cansados de eso. Así que le hice caso a lo escrito, y seguí mi camino, no sin antes tomarle una fotografía.

El asunto no terminó ahí, me quedé, por supuesto, con la espinita de qué sería el cuento del tal muñeco.

Unos días después, compartí la imagen con varios amigos, y la publiqué también en mi perfil de Facebook, así como quien no quiere la cosa, solo haciendo notar lo curioso de la leyenda que sostenía. Los comentarios no se hicieron esperar.

Resulta que parece ser que ese muñeco está «emparentado» con el que desde hace muchos años, es uno de los íconos más famosos de San Antonio de Desamparados, su famoso muñeco, que está a un costado de la iglesia católica del lugar. Siendo niño, hace ya muchos años recuerdo que nos llevaban de paseo para conocerlo, camino al balneario de Patarrá, que creo ahora es un club llamado el «El Sapo y La Culebra».

Es tan famoso, y tiene tanto tiempo el muñeco de estar ahí, que las direcciones no se dan como es la costumbre, de la Iglesia Católica hacia tal o cual lado, sino más bien del muñeco de San Antonio hacia tal o cual lado. Da la casualidad también, que está a la par de la Iglesia. Incluso, hay una bomba de gasolina, que orgullosamente se llama “Servicentro El Muñeco”, y tiene una réplica de este en un lugar destacado a la entrada.

La historia de los muñecos es curiosa, parece que originalmente eran cuatro de ellos, y representaban a trabajadores de los oficios principales, a saber: un agricultor, carpintero, albañil y herrero. En el caso del de San Antonio, dicen que se trata del herrero, al que le falta el martillo y la pinza. El del taller debe ser el albañil, al que también le faltan sus herramientas de trabajo.

De aquí en adelante voy a tratar de armar la historia de los muñecos, con la ayuda de algunas personas que me enviaron datos, y con información de algunos sitios en Internet.

En el sitio web de la municipalidad de Desamparados podemos leer:

El distrito de San Antonio se destaca porque cuenta con un «muñeco» que fue diseñado para adornar el quiosco que representaría a Costa Rica en una Exposición celebrada en 1892 en París, Francia. Por muchos años la estatua rodó por algunas partes del cantón. Pero tres vecinos de San Antonio: Millo Trejos, Gilberto Bermúdez y otro, lo colocaron donde está hoy, al costado suroeste del Templo Parroquial. Don Víctor Manuel Ureña, oriundo del distrito y conocedor de la historia, relató que muchas personas se equivocan y saludan al muñeco e incluso le han llegado a hacer preguntas, creyendo que es real. Alrededor del «Muñeco» se han tejido muchas historias y anécdotas, pero lo cierto de esta historia es que esta estatua es parte de la vida cotidiana de los pobladores de San Antonio”.

Don Luis Gerardo Zumbado en FB compartió mi foto del muñeco del taller y agregó:

En una publicación de don Carlos J. Valerio en «Mis Crónicas» titulado «Más allá del Muñeco de San Antonio» dice: «Cuenta la historia que eran cuatro figuras de hierro: un agricultor, un carpintero, un albañil y un herrero. Con estas cuatro figuras participó Costa Rica en una feria mundial en París, allá por el 1892 para supuestamente representar a los costarricenses. Al finalizar la feria, las estatuas, fabricadas en Europa, fueron embarcadas hacia Costa Rica. Luego fueron trasladadas a la Escuela de Artes y Oficios y guardadas en una bodega, hasta que en este lugar se inició la construcción de lo que hoy es el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, en Plaza González Víquez. Variados relatos narran versiones distintas de lo que sucedió luego, pero una verosímil narración cuenta que fueron trasladados, primero al parque de Desamparados y luego al de San Antonio. El destino de tres de ellos no está claro. Se dice que dos fueron fundidos y otro vive en una casa de Curridabat.” Y se pregunta si el que yo fotografié no será uno de esos muñecos.

Don Oscar Romero me envía un interesante documento, que nos da muchos datos sobre los muñecos, del que adjunto algunos párrafos:

A San Antonio de Desamparados se le asocia con su famoso muñeco metálico que está ubicado en una esquina, frente al parque e iglesia.

La iglesia, cuyo patrono es San Antonio de Padua es una construcción circular (la otra iglesia conocida de esta misma forma está en Siquirres). Geográficamente San Antonio es el distrito V del cantón III (Desamparados) de la provincia de San José.

El muñeco forma parte en las actividades patronales de junio de cada año ya que unos “mascareros” del lugar se encargan darle un nuevo traje (una pintada). Alrededor del muñeco se tejen historias sobre su procedencia y bromas con la gente.» (Tomado de En Rincones de nuestras ciudades)

De niños, mi padre Oscar Romero F., nos contaba que ese muñeco junto con otro estuvieron ubicados en el portón de los talleres del MOPT cerca de Plaza González Víquez, y también en un taller en la calle al Pacífico (donde Quereme), de ahí tiempo después los quitaron, aunque se contaba que los habían fundido. Los muñecos poseían sombreros o gorras y herramientas en sus manos.

Este relato es tradición verbal y no cuenta con ningún respaldo documentado.”

Hasta aquí lo que nos cuenta don Oscar.

Hay un artículo de Adrián Fallas, escrito para el fenecido periódico Al Día, muy interesante, del que también les transcribo algunos párrafos:

En noviembre del 2002, la Municipalidad de Desamparados lo declaró como «Patrimonio Cívico Cultural». Una asociación de desarrollo le da mantenimiento.

«El Muñeco» tiene historias que contar, como la de un hombre pasado de tragos que lo saludó y, al no recibir respuesta, la emprendió a golpes contra el «mal educado» herrero construido con hierro colado. Durante varios meses, el atacante tuvo que andar con las manos enyesadas.

En una madrugada, «El Muñeco» fue confundido con un ladrón por un franciscano que estaba de misión en el pueblo y, a lo lejos, vio la sombra de un hombre con la mano levantada y creyó que era alguien que estaba cometiendo un asalto. Cuando salió del templo, el fraile se llevó la sorpresa de lo que era el supuesto delincuente.

¿Cómo llegó este muñeco a esta comunidad desamparadeña? La historia es larga y complicada.

En 1892, en París se realizó una feria mundial, en la cual Costa Rica fue representado con cuatro estatuas hierro colado de un agricultor, un albañil, un carpintero y un herrero.

Al finalizar la feria, las estatuas, fabricadas en Europa, fueron embarcadas hacia Costa Rica. Ya en suelo tico, fueron trasladadas a la Escuela de Artes y Oficios y guardadas en una bodega, hasta que en este lugar se inició la construcción de lo que hoy es el Ministerio de Obras Públicas y Transporte, en Plaza González Víquez.

Don Víctor Ureña, vecino de San Antonio y exdirector de su escuela, relató que «El Muñeco» fue llevado a Desamparados y colocado en la plaza, actual parque. Luego se le trasladó a San Antonio, a la casa de don Ángel Camacho, y de allí a Tirrases de Curridabat, donde permaneció un tiempo.

Unos vecinos lo regresaron a San Antonio y lo pusieron en la plaza, pero como era un peligro para los deportistas, un grupo de vecinos lo colocó a un costado del parque, donde ha permanecido desde entonces.

Pero don Carlos Arguedas, oriundo del lugar y que vive a 300 metros de la escultura, narró que luego estar en la Escuela de Artes y Oficios, un hombre conocido como «Quereme», de apellido Bermúdez, compró los cuatro muñecos y fundió dos de ellos.

Un hijo de Bermúdez, conocido como «Bicho», se habría dejado uno, mientras el otro fue llevado a San Antonio por don Anastasio Castro y colocado donde está en la actualidad.

Esta historia de los muñecos resultó interesante, y parece que de casualidad o carambola “descubrí” uno de ellos. Eso si, es una lástima, como parece, que hayan fundido los otros dos, y debe ser así, porque nadie da cuenta de ellos.

Ahora ya conocen de donde viene el famoso “muñeco de San Antonio”.

 
Las imágenes antiguas de la galería, son tomadas de la página de Facebook de San Antonio de Desamparados.

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