EEUU enfrenta a enemigos en el Caribe con la ley del revólver

Septiembre 18, 2025

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Imágenes del Departamento de Guerra de Estados Unidos muestran a la primera lancha que supuestamente llevaba drogas hacia ese país y fue destruida por un misil el 2 de septiembre, matando a sus 11 ocupantes. En esa fecha dio un giro la lucha estadounidense antidrogas en el Caribe y se abrió un nuevo capítulo en la larga confrontación entre Washington y Caracas. Imagen: DOW

Jorge Pastrán

WASHINGTON – Misiles de Estados Unidos hundieron lanchas señaladas de transportar drogas en el Caribe desde Venezuela este septiembre, los ocupantes de esas embarcaciones perecieron, y el gobierno venezolano se movilizó en alerta ante el temor de un ataque o incursión desde la flota estadounidense desplegada en el área.

No hay claridad acerca de si Washington prepara una operación militar de envergadura, o si solo busca enviar un mensaje de determinación y fuerza a los carteles del narcotráfico, a los gobiernos de la región y a la propia población estadounidense.

Pero ya se le critica que, al avanzar como un sheriff del Lejano Oeste, revólver en mano para destruir alijos y liquidar a sospechosos, ha hecho a un lado protocolos y leyes de validez internacional en la lucha contra el tráfico de drogas.

El presidente estadounidense, Donald Trump, informó el 2 de septiembre del primer ataque a una lancha que salió de Venezuela y transportaba “narcóticos ilegales hacia Estados Unidos”, con el resultado de la nave destruida y “11 terroristas muertos”.

El vídeo difundido por el mandatario evidenció que no hubo intercepción de la lancha, o seguimiento en la superficie, menos aún detención de los ocupantes para llevarlos ante la justicia.

En su lugar se vio a la embarcación volar en pedazos impactada por un potente proyectil.

El día 15, Trump informó de un similar ataque cinético (un proyectil cae desde el espacio y destruye con la energía liberada por su impacto) sobre otra lancha, cargada de cocaína y fentanilo según dijo, y “murieron en acción tres terroristas masculinos”.

Luego declaró a periodistas en la Casa Blanca que en realidad han sido tres las embarcaciones de narcotraficantes hundidas por su fuerza aeronaval en el sur del mar Caribe, pero sin dar mayores detalles sobre la tercera.

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Washington ha publicado avisos ofreciendo recompensas multimillonarias por información que conduzca a la captura del presidente Nicolás Maduro y algunos de sus colaboradores. Estados Unidos lo acusa de liderar el «Cartel de los Soles», que estaría integrado por mandos militares que operan como facilitadores del narcotráfico desde Venezuela. Imagen: DEA

¿Invasión a Venezuela?

En paralelo, Washington ha multiplicado las advertencias a Caracas, pues acusa al presidente Nicolás Maduro de ser un gobernante ilegal y de liderar el “Cartel de los Soles”, de mandos militares venezolanos que facilitarían el tráfico de drogas.

Por la captura de Maduro y varios de sus colaboradores Estados Unidos ofrece recompensas multimillonarias.

Las relaciones formales entre ambos gobiernos están rotas, pero hay acuerdos para que opere en Venezuela la empresa petrolera estadounidense Chevron, y para que Caracas acepte recibir a miles de sus migrantes deportados por Estados Unidos.

Un ataque importante o invasión a Venezuela es algo que descartan analistas como Dan Restrepo, experto en relaciones hemisféricas del Center for American Progress (Centro para el Progreso Estadounidense) y asesor durante varios años del expresidente Barack Obama (2009-2017).

“Nadie va a invadir a Venezuela. No es un país pequeño como Granada, Panamá o República Dominicana. La última vez que Estados Unidos invadió un país grande en este hemisferio fue en 1846”, durante la guerra con México, dijo Restrepo en una entrevista con el portal mexicano Letras Libres.

Los analistas concuerdan en que la fuerza desplegada en el Caribe, a pesar de su poderío -ocho buques de guerra, sistemas anfibios, una docena de cazas F-35 y 4000 efectivos- es insuficiente para una tarea como una invasión a Venezuela.

Sin embargo, los ejercicios que hace esa fuerza en Puerto Rico “no son un entrenamiento”, advirtió el secretario de Guerra (hasta este mes de Defensa), Peter Hegseth, y de su lado Venezuela también moviliza a toda su Fuerza Armada y a miles de milicianos.

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El destructor Jason Dunham es uno de los navíos de guerra que integran la flota desplegada por Estados Unidos en el sur del mar Caribe con la misión de combatir el tráfico de drogas. Se ha reavivado la polémica acerca de la pertinencia, eficacia y legalidad del empleo de esos medios para destruir embarcaciones y dar muerte a sus ocupantes civiles. Imagen: Usnavy

La ley al margen

Tras el hundimiento de la primera lancha, Ravina Shamdasani, portavoz de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), declaró que “las personas no deberían ser asesinadas por usar, traficar o vender drogas”.

“Se deben respetar los principios sobre el uso de la fuerza establecidos en el derecho internacional. El uso intencional de la fuerza letal solo es permisible como medida de último recurso, cuando existe una amenaza inminente para la vida”, agregó.

Más recientemente, relatores de la ONU expertos en derechos humanos expusieron en una declaración que “según el derecho internacional, todos los países deben respetar el derecho a la vida, incluso al actuar en alta mar o en territorio extranjero”.

“El derecho internacional no permite que los gobiernos simplemente asesinen a presuntos narcotraficantes”, reza su declaración.

La oposición política estadounidense reaccionó, con declaraciones como las del representante demócrata por el estado de Virginia, Donald Beyer, para quien “no existe ninguna autoridad legal que permita al presidente asesinar personas en aguas internacionales basándose en acusaciones sin pruebas ni el debido proceso”.

El senador demócrata Adam Schiff, del estado de California, dijo que está redactando una resolución de poderes de guerra destinada a evitar que las tropas estadounidenses realicen más ataques hasta que el Congreso lo autorice formalmente.

“Me preocupa que estos asesinatos ilegales nos pongan en riesgo, sin una justificación adecuada. No quiero vernos entrar en una guerra con Venezuela porque el presidente simplemente está haciendo volar barcos por los aires”, dijo Schiff.

Y para el senador John Reed, demócrata de Rhode Island, “las acciones del presidente Trump constituyen una flagrante violación de la ley y un peligroso ataque a nuestra Constitución”.

“Ningún presidente puede librar una guerra en secreto ni llevar a cabo asesinatos injustificados. Eso es autoritarismo, no democracia”, agregó Reed.

En cambio, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha expuesto que “Estados Unidos ha utilizado durante mucho tiempo tecnología establecida para intervenir barcos narcotraficantes. Pero no funciona, porque los cárteles de la droga saben que van a perder dos por ciento de su carga. Lo que los detendrá es si los destruyen”.

Lo que se hizo con las lanchas fue “utilizar inteligencia para determinar que un barco narcotraficante se dirigía hacia Estados Unidos, y en lugar de interceptarlo, por orden del presidente se lo destruyó. Y volverá a suceder”, dijo Rubio, impulsor de la línea más dura en Washington contra Maduro y su gobierno.

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Efectivos de infantería de marina de Venezuela desembarcan en la isla La Orchila, a unos 160 kilómetros de Caracas, para ejercicios como parte del apresto de la Fuerza Armada para resistir un ataque o invasión estadounidense. Caracas sostiene que la flota estadounidense busca crear un incidente que le sirva de pretexto para realizar una agresión. Imagen: Fanb

Militares antidrogas

El empleo de la fuerza militar para la lucha antidrogas, y de una con la envergadura de la desplegada en el Caribe, también es cuestionada por su eficacia, por ejemplo por el columnista venezolano Moisés Naím, quien durante 14 años fue editor de la revista estadounidense Foreign Policy.

Naím considera que “combatir el crimen organizado como si se tratara de una insurgencia antigobierno o un grupo terrorista muestra una incomprensión fundamental del adversario y es una receta para el fracaso”.

“Cualquiera que haya investigado el crimen organizado en América Latina sabe lo efímeros y fácilmente reemplazables que resultan los grupos y líderes individuales”, abundó Naím.

Otro aspecto de la ofensiva estadounidense está en el acento puesto por Trump en bloquear la lucha contra el ingreso a Estados Unidos del fentanilo, opiáceo que sobre todo se manufactura en México, con insumos traídos desde China, y que traspasa las fronteras terrestres norteamericanas, no las marítimas del Caribe.

Tampoco se espera que pequeñas lanchas desde el Caribe sudoriental se dirijan a territorio estadounidense a miles de kilómetros de distancia. Es más frecuente que lleven cocaína a islas caribeñas para su reexportación a Europa.

El bombardeo de las lanchas también contiene un mensaje para México, desde donde varios carteles despachan droga hacia Estados Unidos.

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Un vehículo anfibio utilizado en los ejercicios de la infantería de marina estadounidense en Puerto Rico, como parte del despliegue aeronaval de Estados Unidos en el Caribe. Persiste la duda acerca de esa fuerza se empleará solamente en combatir el tráfico de drogas en el mar o si atacará objetivos en tierra, dentro de Venezuela u otro país. Imagen: Kyle Baskim / Usmc

Según Restrepo, incursionar de algún modo en México “es una posibilidad”, no descartable para las fuerzas de Estados Unidos, si llegan a converger circunstancias como que del lado mexicano no se atiendan bien las demandas estadounidenses en esa lucha y que por ello baje mucho el nivel de aprobación de Trump.

“Creo que es más probable algo cinético en México que un atentado contra Nicolás Maduro”, comentó Restrepo. Pero agregó que “la nueva norma es la incertidumbre, y Trump quiere tener las cosas inciertas para él tomar las decisiones”.

En Venezuela el gobierno multiplica aprestos para una “resistencia prolongada” en caso de una intervención militar estadounidense, y su infantería de marina hace prácticas en la isla La Orchila,160 kilómetros al noreste de Caracas.

Las fuerzas estadounidenses desplegadas en el Caribe “están buscando un incidente para atacarnos. Pero no hemos caído ni caeremos en provocaciones”, dijo Maduro.

Estados Unidos hace ejercicios de desembarco anfibio y reactiva su base en Roosevelt Roads, en el este de Puerto Rico, en apoyo a la flota desplegada en el Caribe. La mano cerca de la culata del revólver.

ED: EG

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