Vía costarricense
Johnny Soto Zúñiga
Las elecciones generales de Nicaragua del pasado domingo 7 de noviembre de 2021; donde salió supuestamente reelecto por un período más de cinco años Daniel Ortega como Presidente y su esposa Rosario Murillo como Vicepresidenta, y 92 diputados a la Asamblea Nacional y el Parlamento Centroamericano; bajo un clima de tensión política, una sociedad dividida, ha causado muchas críticas en la comunidad internacional, a punto de que muchos países no han reconocido estas elecciones, donde anteriormente habían encarcelado a una serie de candidatos y políticos opositores al Régimen militar de la dictadura comunista más parecido a un sistema “stalinista”, donde no existen las mínimas garantías, libertades públicas y derechos humanos; que permita participar de manera democrática y con una imparcialidad y transparencia del sistema electoral.Esta dictadura autoritaria, militar y comunista persigue e inventa procesos legales contra los que se atrevan a criticar o cuestionar al Poder Ejecutivo y al resto de los poderes públicos; persigue y encarcela a periodistas, políticos, profesionales y empresarios, y se da miles de exilados, por el simple hecho de no compartir las ideas del régimen sandinista que lidera la pareja matrimonial al más rancio estilo del “nepotismo” en su máxima expresión. La resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) mediante moción de Canadá fue aprobada con 25 votos de sus integrantes, con 7 abstenciones incluido México; se expresa que estas elecciones en Nicaragua no tienen “legitimidad democrática” y para el 30 de noviembre el Consejo Permanente rendirá un informe de apreciación colectiva de la crisis política en este país.
Los opositores han considerado que los comicios electorales fueron una farsa o una pantomima como lo afirmó el Presidente de EE.UU. Joe Biden, y alrededor de 40 países han rechazado los resultados, así como la Unión Europea y muchas naciones latinoamericanas. Mientras tanto el gobierno de Ortega ha rechazado la resolución de la OEA, alegando “que existe una injerencia en los asuntos internos del país”, y justifica que han sido elecciones justas y democráticas, participando un 65% del electorado; no obstante se afirma que la abstención llegó al 81%; siendo muy elevado y que muchos nicaragüenses respaldaron el llamado de la oposición a no asistir a votar en unas supuestas elecciones totalmente ilegítimas y amañadas.
Nicaragua, desde la década de los 30s del siglo pasado ha estado bajo la bota de las dictaduras militares sean de signo de ultraderecha más parecido a fascistas hasta las de izquierda más comunistas marxistas; teniendo similitud en la opresión, represión, genocidios, eliminación de las libertades públicas y del sistema de democracia, así como una inexistente división de poderes; propias de los regímenes dictatoriales: El pueblo nicaragüense ha sufrido así:
- El 1 de enero de 1937 al 1 de mayo de 1947 y luego del 7 de mayo de 1950 al 29 de septiembre de 1956, estuvo el dictador Anastasio Somoza García durante 18 años en el poder.
- Del 29 de septiembre de 1956 al 1 de mayo de 1963 Luis Somoza Debayle (hijo) estuvo durante 8 años.
- Del 1 de mayo de 1967 al 1 de mayo de 1972 y del 1 de diciembre de 1974 al 17 de julio de 1979 estuvo Anastasio Somoza Debayle (hijo) en el poder durante 11 años hasta que fue derrocado por la Revolución Sandinista comandada precisamente por Daniel Ortega Saavedra uno de los líderes del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN).
En total fueron 37 años de la dictadura militar derechista de la familia Somoza Debayle. Luego se montaron en el poder los sandinistas comandados por Daniel Ortega Saavedra al derrocar a la dictadura somocista desde el 18 de julio de 1979 hasta el 25 de abril de 1990 (se da un lapso de varios gobiernos electos de manera democrática). Regresa Ortega el 10 de enero de 2007 hasta el 10 de enero de 2022, y ahora se reelige hasta el 10 de enero de 2026, estaría hasta el final 31 años en el poder. En la mente de Daniel Ortega sigue creyendo en que “la dictadura es el poder basado directamente en la fuerza y no restringido por ninguna ley. La revolucionaria dictadura del proletariado es el poder ganado y mantenido por la acción violenta del proletariado contra la burguesía; poder que no está restringido por ninguna ley” (Introducción a las doctrinas político-económicas. Pág.136)
En realidad la revolución sandinista es la “revolución perdida” como muy bien lo expresó el poeta Ernesto Cardenal en su libro que en su ideal creía que “la historia de aquellos años interpretada a la luz de su vinculación más íntima con la teología de la liberación nos conduce a vislumbrar el camino hacia el reino de Dios que es el mismo camino hacia la Revolución, para concluir que toda revolución aunque sea perdida nos acerca a ese reino. Y nos anima a unir nuestras voces a la del autor para rogar a Dios que se haga su revolución en la tierra como en el cielo.” Lástima que esas mentes perversas de utilizar el poder opresor contra su propio pueblo; atentando contra la democracia, la libertad ciudadana y todos los derechos humanos; nunca fructifican y tarde o temprano caerán porque nunca puede reinar la maldad y opresión contra el pueblo que no merece tanto oprobio, vergüenza pública y sufrimiento humano.
Por otra parte, el gobierno de EE.UU. con amplio apoyo bipartidista procedió a aprobar la Ley de Fortalecimiento de la Adherencia de Nicaragua a las Condiciones para la Reforma Electoral de 2021 más conocida como “Ley RENACER” la cual establece una serie de medidas sancionatorias para monitorear, informar y abordar la corrupción y los abusos a los derechos humanos en Nicaragua, permite restringir los préstamos bancarios multilaterales; además el Gobierno de Estados Unidos de América utilizará todas las herramientas diplomáticas y económicas a su disposición para apoyar al pueblo de Nicaragua; entre las medidas están las siguientes:
- Aumentar, en coordinación con Canadá, la Unión Europea y países latinoamericanos y caribeños, las sanciones selectivas de Estados Unidos a personas involucradas en abusos de derechos humanos y obstrucción de elecciones libres.
- Amplía la supervisión de los préstamos de las instituciones financieras internacionales a Managua.
- Pide revisar la participación de Nicaragua en el pacto de libre comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR).
- Suma a Nicaragua en la lista de países centroamericanos sujetos a restricciones de visa por corrupción.
- Requiere más informes de inteligencia sobre las actividades del gobierno ruso en ese país centroamericano, incluyendo reportes sobre las ventas militares de Moscú a Managua. (Fuente: Prensa Libre Internacional. William Oliva)
Finalmente, nuestro país tendría alguna afectación directa sobre el problema existente en el país vecino y hermano del norte; ya esa serie de medidas económicas y de sanciones establecidas por EE.UU.; de alguna medida puede repercutir en las relaciones comerciales de Costa Rica y Nicaragua y el resto de los países de la región; en primer lugar habrá un mayor impacto sobre el tema de la migración de ciudadanos nicaragüenses hacia nuestro país, y se complicará el libre mercado de los productos de exportación e importación, que de una u otra manera dependemos del comercio con Nicaragua. Sin duda, cualquier crisis política y económica del país vecino, nos afecta con repercusiones sobre la solicitud de refugio de miles de nicaragüenses y la posible caída de las exportaciones hacia Centroamérica, y la afectación directa a nivel regional en seguridad, inversiones, turismo. Una vez más tendrá Costa Rica que acudir a los organismos internacionales y los países colaboradores para hacer frente ante la crisis inminente que se dará en los próximos meses con el establecimiento real de las sanciones de la Ley RENACER impulsada por EE.UU. para presionar a la dictadura comunista y militar de la pareja Ortega-Murillo.