Bazar digital
Carlos Revilla M.
Me contaron que recientemente en una reunión de damas emperipolladas y de la alta sociedad, de esas que se dedican a hacer caridad al estilo decimonónico, algunas señoras hablaban de política domestica, y por supuesto criticaban al actual Gobierno, y más que eso, algunas hasta decían que le iban a dar un golpe de estado al presidente Solís por ser comunista.
Ahora bien, que el señor Presidente Solís sea un comunista, pues como se dice, nada que ver, les puedo garantizar que no es así, eso si, es un socialdemócrata convencido, así que de comunista nada. Esto anterior no merece ulterior análisis, se cae por su propio peso. Es solo reseñar lo anecdótico del asunto, pero que me servirá más adelante para reforzar mi planteamineto. Lo que sucede, es que algunas cosas el Gobierno no las está haciendo como esperaba la oligarquía de esta país, que la verdad estaban en una zona de confort desde hace mucho rato, y nadie se atrevía a tocarles sus privilegios. Porque sí, no solo los sindicatos del sector público tienen privilegios.
Sin embargo, el tema anterior, a pesar de lo irreal, si me dio una sensación de deja vu, que es un término francés que significa “ya visto”. El concepto describe la sensación que experimenta una persona al pensar que ya ha vivido con anterioridad un hecho que, en realidad, es novedoso. Por cierto, si les interesa el responsable de acuñar el término fue Émile Boirac, un parasicólogo francés allá a finales del siglo XIX.
Me hizo pensar en los inicios de la década de las años 40s en Costa Rica, en el Gobierno de Calderón Guardia y el paralelismo que hay con la situación actual, por supuesto, no haciéndome recordar, no había ni siquiera nacido, pero si en el sentido de estar ante algo «ya visto».
En 1940 Calderón Guardia triunfó de forma arrolladora en las elecciones presidenciales, con el 83,44% de los votos emitidos. Contaba con el apoyo de prácticamente todo el país, pero curioso, solo dos años después, ya lo había perdido casi todo. Las molestias y el descontento del sector conservador (cafetaleros, banqueros y comerciantes) hizo que se viniera abajo. Ante el derrumbe de su gobierno, Calderón Guardia se vio en la necesidad de buscar apoyo, y lo encontró en Manuel Mora y el partido comunista. que se materializó en un acuerdo llamado «Bloque de la Victoria».
Veamos las similitudes de lo anterior, con el momento actual: Luis Guillermo Solís ganó de forma arrolladora las elecciones en segunda ronda, más o menos con con 80%; rápidamente perdíó el apoyo popular; se unió al sector de la izquierda, sean estos organizaciones sindicales o el Frente Amplio. Como ven hasta aquí hay muchas similitudes.
¿Será esto, de parte del Gobierno, aliarse con el comunismo cómo en los 40s? Creo que decir esto sería simplificar mucho las cosas, el comunismo criollo u ortodoxo se mantiene todavía en Vanguardia Popular, en cambio el Frente Amplio, por ejemplo, incluye un poco de todo, hasta chavismo, pero no me parece que prevalezca alguna tendencia, eso sí son claramente de izquierda.
Ahora, ¿sucederá lo mismo que en los 40s?
Durante el período calderonista se formó el Partido Demócrata, con el ex presidente don León Cortés Castro como líder. Algunos otros sectores fortalecieron la oposición, configurándose ésta posteriormente en un bloque alternativo de poder. Dentro de estos otros sectores, estaba el Centro para el estudio de los Problemas Nacionales.
Actualmente la oposición está dividida y la única alianza visible es en la Asamblea Legislativa, por el Directorio y las comisiones de trabajo, por lo demás pareciera la oposición no vaya más allá de esto y continúe fragmentada como hasta ahora. No hay que olvidar que un actor principal es el Partido Liberación Nacional.
En los 40s la oposición también era muy variopinta, con sectores reaccionarios y conservadores muy fuertes, pero con un grupo progresista socialdemócrata, que aunque pequeño, muy influyente. Tanto lo era que fue el que se impuso después de la Revolución del 48 y que termina fundando el PLN.
En este contexto, me preocupa mucho el papel actual del PLN en esta coyuntura, que como dije tiene algunas similitudes con los años 40s. Pero a diferencia de esa época, donde, de alguna forma, se le robó el mandado a la derecha y se logró imponer una agenda progresista que lográ transformar el país (Segunda República).
El problema, desde mi punto de vista, es que en estos momentos el pensamiento del PLN se diferencia muy poco del resto de la oposición de derecha. Ahora, casi que hay una agenda común conservadora con el resto de la oposición. Pero suponiendo que lo anterior no sea así, que tengamos una verdadera agenda progresista, ¿Cómo vamos a hacer para hacerla valer? solos ya no podemos, es casi que imposible.
Entonces ¿qué hacer si queremos acceder al poder? Hay que hacer concesiones, y aquí es donde el discurso actual del PLN de manos de su presidente José María Figueres: «El PLN debe ser de izquierda en lo social y abierto en lo económico». Un perfecto equilibrio, sin que llegue a ser una posición de centro, que sería terrible, más bien nos dejamos de paños tibios y llamamos al «pan pan y al vino vino».
Pero de forma increíble, esto posición tan lógica y sensata, y especialmente tan socialdemócrata, tiene resistencias dentro del propio partido, de la mano, de las todavía poderosas fuerzas conservadoras de derecha, que en el pasado reciente, y aún ahora hay que reconocerlo, mantienen alguna vigencia. Es increíble como todavía se habla de «socialdemocracia moderna, remozada, Tercera Vía» ya cosas superadas en otros lares, que en el PLN se niegan a morir.
Para concluir, hay algunas similitudes con los 40s, pero estamos lejos de un desenlace parecido o una polarización muy grande. Además desde ese tiempo, las instituciones democráticas han madurado mucho. También tenemos elecciones municipales de medio período en unos pocos meses, que pueden hacer cambiar todo el panorama político-electoral del país hacia las elecciones generales del 2018.