Por Christoph Driessen (dpa)
Berlín, 13 mar (dpa) – El discurso del cineasta británico Jonathan Glazer sobre el conflicto entre Israel y Hamás durante la gala de los premios Oscar, sumó una nueva controversia sobre el conflicto en Cercano Oriente, especialmente en Alemania.
Su película «The Zone of Interest» (La zona de interés), sobre la familia del comandante del campo de exterminio nazi de Auschwitz Rudolf Höss, acababa de ganar el premio a la Mejor Película Internacional y el cineasta judío, de 58 años, expresó su deseo de provocar reflexiones.
«Nuestra película muestra hasta dónde puede llevar la deshumanización en el peor de los casos. Ha marcado nuestro pasado y nuestro presente. En este momento, estamos aquí como personas que se resisten a que su judaísmo y el Holocausto sean explotados por una ocupación que ha llevado a tantas personas inocentes a un conflicto. Ya sea las víctimas del 7 de octubre en Israel, el continuo ataque a Gaza, todas las víctimas de esta deshumanización. ¿Cómo resistimos?», dijo en su alocución.
La audiencia respondió con aplausos y vítores, y también muchos comentaristas calificaron el discurso como una declaración valiente. Sin embargo, otros, especialmente en Alemania, lo condenaron como una minimización del Holocausto.
Una y otra vez se demuestra que en el extranjero el discurso sobre el conflicto en Cercano Oriente difiere del que prevalece en Alemania; es sistemáticamente más crítico con Israel.
También en la reciente gala del Festival de Cine de Berlín (Berlinale) numerosos miembros de jurados internacionales y galardonados expresaron su solidaridad con los palestinos.
En las distintas declaraciones se habló de apartheid en relación con Israel y los territorios ocupados y de genocidio respecto a las acciones del Ejército israelí. A ello siguieron feroces críticas, incluidas acusaciones de odio a Israel y antisemitismo.
Muchos intelectuales en el extranjero acusan a Alemania de defender incondicionalmente al Gobierno de derechas del primer ministro Benjamin Netanyahu debido a un culto a la culpabilidad derivado del Holocausto.
Afirman que las víctimas son los civiles palestinos, quienes quedan expuestos a la violencia del Ejército israelí. Aquí el lema es «Liberar a Palestina de la culpa alemana».
En una declaración publicada en el diario «Guardian», un grupo de académicos occidentales sostiene que el mandato de «¡Nunca más!» debe aplicarse por igual a israelíes y palestinos, sin discriminación. No hay dignidad humana de primera o segunda clase.
Por su parte, la escritora Deborah Feldman, autora del exitoso libro autobiográfico «Unorthodox», adaptado posteriormente para Netflix, expresó la misma opinión. «Estoy firmemente convencida de que solo hay una enseñanza legítima del Holocausto, y es la defensa absoluta e incondicional de los derechos humanos para todos», declaró la escritora, de 37 años, en la televisión alemana.
Feldman es descendiente de sobrevivientes del Holocausto, creció en una familia estrictamente religiosa en Nueva York y vive en Berlín desde hace diez años.
La escritora es muy crítica con el debate alemán sobre Israel y el antisemitismo. Argumenta que los alemanes se centran principalmente en sí mismos y en su culpa histórica.
«La acusación de antisemitismo se utiliza deliberadamente para reprimir las críticas al Gobierno israelí», dijo Feldman el pasado domingo en el festival de literatura Lit.Cologne de Colonia, en el oeste del país.
«La perversa distorsión e instrumentalización de la acusación de antisemitismo» se ha convertido en una especie de «histeria colectiva», incluso etiquetando como antisemitas a judíos que expresan críticas hacia Israel, dijo.
Por su parte, el ministro alemán de Economía y vicecanciller, Robert Habeck, explicó la semana pasada en dicho festival literario por qué el discurso en Alemania debe transcurrir inevitablemente de manera diferente que en el extranjero.
Subrayó que, al igual que otros países, Alemania tiene la obligación de brindar ayuda humanitaria a los palestinos, mejorar sus condiciones de vida y trabajar hacia una solución de dos estados.
Sin embargo, en lo que respecta a Israel, Habeck hizo hincapié en que Alemania tiene una obligación especial derivada de la historia. «La promesa que se hizo en Alemania después del fascismo fue: hay un lugar seguro en el mundo donde los judíos siempre pueden ir».
Subrayó que Alemania sigue obligada por esta promesa. «Por eso existe una responsabilidad alemana especial, que también es diferente de la responsabilidad danesa o francesa, de garantizar, defender y proteger la existencia de Israel y, por lo tanto, de un lugar seguro para los judíos en el mundo. Y esa es mi razón de Estado», destacó el político del partido ecologista alemán.