De los mandos medios…líbranos señor

Cuaderno de vida

Gustavo Elizondo Fallas

Gustavo Elizondo

El Ministro de Obras Públicas y Transportes realiza esfuerzos para poner a caminar la obra pública a través de proyectos que ya están aprobados y que requieren simplemente resolver temas de ejecución como diseños y expropiaciones, que si bien son temas que pueden a complicarse, se pueden resolver con acciones puntuales del personal del Consejo Nacional de Vialidad, CONAVI, pero dentro de esta obsoleta e inoperante institución, tal como lo ha denunciado, existen funcionarios que simplemente no están haciendo su tarea, como lo decía don Pepe, no barren y tras de eso, se paran en la escoba.

Lamentablemente, estos funcionarios se amparan en un régimen que con muy buena intención fue creado en los años 40 del siglo pasado como una forma de contrarrestar el favor y la revancha política, además del nepotismo que se incrementó en los gobiernos de Calderón y Picado: el Servicio Civil. En el afán de garantizar que esta situación no se diera, el sistema original y las interpretaciones posteriores, fueron convirtiendo el Servicio Civil en una mampara donde se defiende la mediocridad del funcionario, que cuando no cumple las tareas asignadas e incluso, cuando comete faltas graves, tiene la opción de cubrirse con la cobija del Servicio Civil y garantizar su permanencia en el aparato estatal “sin pena ni gloria”.

No conocemos la totalidad de la propuesta de Reforma al Empleo Público, pero esperemos que en su contenido se incluya, ya sea en la propuesta original o por medio de una moción de algún diputado, que aquellos funcionarios que no cumplan las directrices del jerarca, se les pueda iniciar un proceso disciplinario que siguiendo el debido proceso, permita la defensa pero que en caso de comprobarse la falta, rápidamente se pueda sancionar como sucede en la empresa privada.

Al igual que don Rodolfo, otro ex ministro conocido, nos comentaba que quiso retomar una buena práctica en el sector educación que buscaba que los niños recuperaran la buena letra y ortografía, en sus palabras “simplemente no me hicieron caso” y cuando pidió cuentas al funcionario, este presentó una demanda por acoso laboral, otra alcahuetería legal al que recurren muchos funcionarios cuando los quieren poner a trabajar.

Mientras este fuero laboral se mantenga, las buenas intenciones de los jerarcas y por ende del Presidente de la República, se quedarán en eso, solo “buenas intenciones” y de los ministerios y presidencias ejecutivas saldrán cada 4 años personas probas y capacitadas, frustradas de hacer poco o nada, porque la dictadura de los mandos medios no se lo permitió.

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