Memorias
Alfonso Campos
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Su lugar geográfico en la historia es el actual Líbano.
Fueron los grandes mercaderes de la antigüedad. La geografía de sus costas, que propiciaba la instalación de puertos y la madera de sus bosques, les brindaban los elementos básicos para construir barcos y organizar compañías de navegación.
Fenicia, al ser un estrecho paso entre el mar y el desierto sirio, en contacto al sur, a través de Canaán y del Sinaí con Egipto y al norte, a través del Éufrates, con la Mesopotamia y el Asia Menor, estaba destinada a ser una rica encrucijada comercial, codiciada por los grandes imperios vecinos.
Los marinos fenicios comerciantes de Tiro fundaron hacia el siglo IX a. C. en el norte de África, Qart Hadasht (Cartago, actual Túnez), cuya posición estratégica entre el Mediterráneo occidental y el Mediterráneo oriental la convirtió en la más importante de todas las colonias.
También fueron el primero de los pueblos colonizadores históricos de la península ibérica. Los restos arqueológicos más antiguos descubiertos hasta la actualidad proceden de Malaka (Málaga) y Gadir (Cádiz).
En 539 a. C., Ciro el Grande, el rey persa (actual Irán), conquistó completamente Fenicia.
Luego, en el siglo V a. C., la flota de barcos fenicia fue uno de los principales aliados del rey persa (actual Irán) Darío I.
Cambises I, hijo de Ciro, se preparó para conquistar Cartago. Su plan era embarcar al ejército y navegar hasta Túnez, evitando así la marcha por la costa, demasiado larga y aventurada. Pero los fenicios se negaron a ayudarle contra una ciudad hermana, a la que les unían años de amistad, lazos de sangre y los más sagrados juramentos. El monarca, aunque fuera a regañadientes, aceptó sus argumentos y olvidó su empresa, que podría haber alterado toda la historia de Occidente.
Y así dio comienzo la larga relación de Fenicia (Líbano) con los persas (Irán), los únicos señores que fueron aceptados de buen grado por los navegantes.
Los fenicios eran tan celosos de su independencia como los hebreos, y, al igual que ellos, vivieron el dominio persa como una bendición, tras dos siglos de guerra y turbulencias. Las flotas de Canaán se integraron con naturalidad en la floreciente economía persa (Irán). El Gran Rey garantizaba paz y seguridad para barcos y caravanas, comunicaciones seguras, sin miedo a saqueos o abusos, y rutas comerciales directas desde Egipto hasta la India.
Con el rey persa Darío Los barcos fenicios navegaron en su apoyo cuando Chipre se unió a la rebelión de Aristágoras, en el 497, y de nuevo contra Mileto, en el 495.
Cuando Darío decidió acometer la conquista de Grecia en el 490, volvió a pedir ayuda a los fenicios. Sus barcos trasladaron a los soldados hasta la llanura de Maratón.
La derrota de Maratón no debilitó la lealtad de los fenicios, y cuando Jerjes quiso repetir la intentona en el año 480, volvieron a acudir a su llamada. Después, sus barcos abastecieron al ejército del Gran rey. Finalmente, en Salamina, y pese a no estar de acuerdo con la decisión del rey de presentar batalla, ocuparon el puesto más peligroso, directamente frente a los barcos de Atenas.
Hezbolá
Hezbolá o traducido literalmente como Partido de Dios, es un partido político y grupo paramilitar musulmán chií libanés. Los chiítas son la mayoría de la población en Irán.
Hezbolá fue creado por clérigos en el Líbano en 1982 como respuesta a la invasión israelí del sur del país, y fue fundado como grupo insurgente que aglutinaba a musulmanes chiitas entrenados, organizados y fundados por un contingente de la Guardia Revolucionaria iraní. Adoptó el modelo desarrollado por el ayatolá Ruhollah Jomeini tras la Revolución iraní en 1979, y los fundadores del partido adoptaron el nombre de “Hezbolá” que había elegido Jomeini. Desde entonces, Hezbolá ha desarrollado vínculos muy estrechos con Irán, país del que Hezbolá recibe armas, capacitación y apoyo financiero. Incluso, la forma en que Irán mostró su apoyo militar al presidente sirio Bashar al-Ásad en contra de los rebeldes fue enviando milicianos de Hezbolá para combatir junto a los soldados sirios.
La organización se creó con el apoyo de 1 500 instructores de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y agrupó a diversos grupos chiíes libaneses en una organización unificada para resistir a la ocupación israelí del sur del Líbano, entonces en vigor.
Durante la Guerra civil libanesa, el manifiesto de Hezbolá de 1985 incluía entre sus objetivos la expulsión de “los estadounidenses, los franceses y sus aliados definitivamente de Líbano, poniendo fin a cualquier entidad colonialista en nuestra tierra y ha “funcionado con la bendición de Irán y Siria” desde el final de la guerra. Hezbolá también participó en el Conflicto del sur del Líbano de 1985-2000 contra el Ejército del Sur de Líbano (ELS) y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y volvió a enfrentarse a las FDI en la Guerra del Líbano de 2006. Durante la década de 1990, Hezbolá también organizó voluntarios para luchar por el Ejército de la República de Bosnia y Herzegovina durante la Guerra de Bosnia.
La financiación de Hezbolá proviene de grupos empresariales libaneses, personas privadas, empresarios, la diáspora libanesa involucrada en la exploración de diamantes en África, otros grupos y países islámicos y los impuestos pagados por los libaneses chiitas. Hezbolá dice que la principal fuente de sus ingresos proviene de sus propias carteras de inversión y de donaciones de musulmanes.
Fuentes occidentales sostienen que Hezbolá recibe la mayor parte de su ayuda financiera, de entrenamiento, armas, explosivos, política, diplomática y organizativa de Irán y Siria.
– Alfonso Campos es el creador del sitio en la Web de memorias.cr un espacio dedicado al análisis de la Historia