De compras au supermarché

Volví a Suiza No. 13

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro.salazar@gmail.com

Mauricio Castro

Una de las cosas más extrañas que tengo es que debo que comer 3 veces al día, yo no sé ustedes…Eso me implica tener que ir a buscar la comida al súper o a la feria. Sería más fácil tomar agua y ya. Si “allá” es toda una experiencia social ir al súper “aquí” es una aventura, voy armado de miedo a pelarme el trasero, del carrito para cargar y del teléfono para hacer traducciones rápidas…

“Castrosalazar: ya te lo he dicho varias veces: si te da miedo compre perro, pero ojo, y perdona que te lo diga: es una aventura solo para los chapas que no hablan francés como vos, ¿verdad?”—me dijo con impertinencia mi voz interna.

Pues aunque no me gusto ni la forma ni el tonito lo tengo que aceptar, en realidad soy muy chapa…

“Castrosalazar—oí que me hablaron muy fuerte y con tono burlón—perdoná, es que me acabo de acordar de este dicho: ´lora vieja no aprende a hablar…´ perdóname, pero es la verdad jajaja”—me dijo riéndose.

U e le fromach?” y la respuesta inmediata fue –en tono de no me gustó la pregunta sin saludo– “bonyur”, siempre me recuerdan que debo saludar primero y luego hacer la pregunta, el “dónde está el queso” puede esperar… entonces humildemente digo: bonyur u e le fromach? Y ahora me contestan: bonyur ce la y me señalan donde está.

Yo estúpidamente juego a que con mi tonito de voz y mi charm es suficiente, como hago” allá “en el súper: pregunto con cortesía y con buen tono, como de mae tonto que enviaron al súper que no sabe dónde están las cosas, y todo el mundo me apoya y me muestran las cosas, pero aquí eso no me ha dado resultado.

“Castrosalazar: ¿Qué esperabas con esa pinta que tenés?¿no te das cuenta que sos muy parecido a los de las fotos de los maes que ponen bombas o salen en protestas en los países de más al sur, los del otro lado del Mediterráneo? Te pareces montones a la gente que no quieren aquí, no viste que es prohibida la burka y la construcción de minaretes—me dijo en tono serio.

Por supuesto que recibido ese comentario al despiste busqué de inmediato algo en qué verme y viéndome en un congelador concluí que de verdad que sí, que parezco a gente de por “ay” y me digo justificándome: –di mae 800 siglos de ocupación no fueron en vano, al final tenemos un porcentaje de genes de esos maes, aunque poco, pero que pesa, tienen genes dominantes…ni modo, tengo que acostumbrarme y a aprender a saludar primero—me digo.

Sigo por el súper y de repente una manga, me llama, me coquetea, la huelo, que rica, que delicia: veo el precio y de inmediato: ¡3.875 colones una manga! No joda, con el montón de mangos que tenemos allá en La Mina, en Santa Ana, que hasta se pudren, es un lujo…y me digo, ahh pero si es tica la compro y ya…y la dejo cuando veo que es de Brasil.

“Castrosalazar: mae eso no es nacionalismo, no te engañes, sos un codo, viejillo tacaño, date el gusto, no estés comprando cosas solo porque son de Costa Rica porque vas a terminar sin comer”—me dicen burlonamente
Sigo caminando y esta vez no me resisto: ¡Yuca de Costa Rica! (mandioca du Costa Rica, dice el letrero) Ni me fijo en el precio, la cojo y la echo al carrito…

“Castrosalazar: ¡que ridículo! las yucas que has comprado casi todas te han salido malas, no aprendés, salen fibrudas y esponjosas y aunque has dicho que no volvés a comprar aquí vas de nuevo, que nacionalismo más tonto el que tenés ¿o estás acabangado?”—me dice mi vocecita interna.

Seguí por el súper…¿estaré acabagando?—me pregunto

Aprendida la lección que debo saludar primero y con el mejor francés que pude, luego de haber hecho mis ejercicios de boca fruncida y de trompitas y de erre erre erre rro rro rro digo: bonyur madam, u e les biscuits sans gluten?—pregunto cortés y ceremoniosamente y me contestan en español: las galletas sin gluten están por allá—

La cara de sorpresa que debo haber puesto vino acompañada con un “soy dominicana, cualquier cosa que ocupe me dice, soy la jefa de piso, yo sé dónde está todo”—me dijo.

Y yo: ¿cómo supo que soy de por “allá”?

–Por tu acento…—me dijo.

“Castrosalazar: tenés que practicar tu francés, claramente no está funcionando”—me dijo mi vocecita como para animarme.

El súper al que voy está organizado más o menos así: lo fresco en el primer piso y todo lo demás en el segundo. Se sube y se baja por bandas sin fin, de las que frenan los carritos para que no se vayan solos. La señora era la jefa del segundo piso.

Termino mi compra de productos no frescos regreso al primer piso, y lo primero que veo es una piña, que me coquetea y me llama, le veo el precio, la huelo, casi 3 mil colones, “allá” están a 3 por mil, pero “allá” me digo, y como no compré la que vimos en la feria en Divonne-les Bains me tiento más, hasta salivo y como ya tenemos licuadora me sueño despierto con un fresco de piña, lleno de espuma y bien frío, la echo al carrito del súper.

Oh sorpresa, la saco en la casa y me doy cuenta que no era de Costa Rica…era dominicana. ¡que agüevado!
“Castrosalazar: no jodás, piña es piña. Hacete el fresquito y disfrutalo, no vengas con nacionalismos románticos”—me dijo casi escupiéndome mi voz interna.

Me siento, reviso las cuentas, confirmo que –como dicen aquí— lo único barato en Suiza son los dólares y me pongo a ver las noticias de tiquicia… –jueputa que locura—me digo– mientras yo hacía números de cuánto se gasta en el súper otros hacían números con el presupuesto nacional para comprarse miles de piñas, las que les diera la gana…—

“Castrosalazar: sí, eso es verdad, pero dormís tranquilo, te podés tomar tu fresquito de piña –cuando lo hagás– y comerte tu yuquita sin arrepentimiento alguno y sobre todo poder ver a todo el mundo a la cara”—me aseguró mi vocecita interna.

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