Dar gato por liebre

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Carlos Revilla M.

Carlos Revilla

Este fin de semana en Madrid, España el Partido Socialista de España lleva a cabo (PSOE) una conferencia política en la que dirigentes y militantes de base perfilarán un proyecto de partido más afín a la izquierda aunque todavía sin candidato para las elecciones generales de 2015.

El PSOE quiere ser “más rojo, más moral y más verde”, según palabras de su vicesecretaria general, Elena Valenciano. El objetivo, subrayan sus dirigentes es “volver a conectar con la mayoría social española que es progresista” y “lo que toca es salir a la calle, trasladar a la gente que hay una alternativa real y progresista a todo lo que está imponiendo la derecha con su catecismo neoliberal”.

Al PSOE más bien se le hizo tarde para darse cuenta que el mundo cambió. Hace ya algunos años ese viraje “más rojo, más moral y más verde” lo dieron otros partidos socialdemócrtas en Europa. Tenemos los casos del Partido Laborista inglés y el PSD Alemán, solo para citar dos de los más sonados, donde dieron un viraje hacia la izquierda y abandonaron las tesis centristas y de la la tercera vía.

Pero, ¿qué significa virar a la izquierda en estos tiempos modernos y ya en pleno siglo XXI? Mi buen amigo y también columnista de Cambio Político Julian Solano, hace un muy buen intento de poner el tema en perspectiva con su columna «Ser de izquierda».

Julian en su artículo plantea —entre otros— que ser de “izquierda” es «no estar de acuerdo con el status quo y querer siempre cambios en favor de los oprimidos, combatir la exclusión y la marginación por motivo de creencias religiosas, por étnia, nacionalidad o preferencias sexuales. Luchar contra cualquier forma de dictadura, sea fascismo de izquierda o de derecha, o cualquier teocracia. Estar en contra de cualquier proyecto económico que explote el trabajo asalariado y los derechos sociales y beneficie de manera obscena la concentración de la riqueza. Ser activista de los derechos humanos y ambientales y combatir la insostenibilidad de sistemas productivos depredadores que hipotequen los recursos naturales de las futuras generaciones, y que plantean el consumo irracional o suntuario como un anti valor humano. Combatir la exclusión y la marginación por motivo de creencias religiosas, por étnia, nacionalidad o preferencias sexuales y por lo tanto ser militante contra la discriminación de cualquier tipo.»

¿Por qué menciono esto? Debido a esta noticia del PSOE y su cambio, manifesté que eso significaba la muerte de la socialdemocracia moderna, remozada, tercera vía y que volvíamos a simplemente la socialdemocracia sin apellidos. Entonces, un buen amigo me acusó de querer volver a la socialdemocracia Estatista. ¿Es esto realmente así? ¿Eso es lo que estoy proponiendo?

La Socialdemocracia Estatista, es aquella que se aplicaba antes que el mundo empezara a globalizarse (neoliberalizarse dirían algunos), se caracterizaba por una fuerte intervención estatal, no solo regulatoria. Esa socialdemocracia estatista es la creadora de lo que se conoce como el «Estado de Bienestar».

Quiero dejar claro que con mi aseveración, lo único que he querido decir es que llegó el momento de volver a tomar las banderas de la izquierda —que son las de la socialdemocracia—. Esto significa retomar los temas de los que habla Julian y no que la socialdemocracia vuelva a ser «estatista», sin descartar que según las necesidades del momento se aplique algún tipo de intervención para el beneficio del mayor número. Es decir, es un instrumento todavía válido, aunque no el único.

Por eso creo que los que dicen se quiere volver a la época del Estatismo, lo que están haciendo es cogiendo el rábano por la hojas y acomodando las cosas a sus intereses particulares, para defender esa socialdedmocracia moderna, que se implantó en el PLN y el país, especialmente a partir del regreso del arismo al partido, después del 2003.

Entonces, el asunto más bien anda por otro lado, y lo dicen muy bien en el PSOE, que para Costa Rica y el PLN sería algo así como «volver a conectar con la mayoría social costarricense que es progresista». Y de eso se trata. Hace rato que el PLN tiene un divorcio con la sociedad civil y grupos progresistas organizados. El partido se convirtió en una maquinaria electoral —muy eficiente por cierto— y nos volvimos simples administradores del capitalismo. Hemos sido más bien impulsores de ese «catecismo neoliberal» del que habla el PSOE y las soluciones progresistas no se han visto por ningún lado (bueno solo en el papel tal vez…)

Aquí no se trata de SD ortodoxa, estatista o lo que sea. Se trata de volver a reconectar a Liberación Nacional con el pueblo, de salir a la calle y decirle a la gente que hay una alternativa real y progresista a todo lo que está imponiendo la derecha con su catecismo neoliberal. Y no me da pena incluir a los últimos gobiernos del PLN en esto, porque fuera de algunos matices, eso es lo que han hecho.

Han aumentado la desigualdad, la exclusión, la pobreza y el desempleo; en el papel quedó aquello de «humanizar el capitalismo» (que no es cambiarlo). Se ha estado privilegiando al capital y no al trabajo y un sinnúmero de otras cosas en contra de lo que representa la socialdemocracia. Tampoco se trata, como dicen algunos, solo de que «la gente lo que quiere es vivir mejor y que le resuelvan sus problemas», ¿y la solidaridad? ¿y la justicia social (no solo la mía)?

Entonces me pregunto ¿qué tiene que ver esto con Estatismo?, pues nada. Es solo una cortina de humo de algunos para justificar el abandono de valores primordiales, o como se decía antes «dar gato por liebre».

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Un comentario

  1. Mauricio Castro

    «ser de izquierda» debe empezar por dar peleas a lo interno, por tener diputados convencidos que vigilen que el gobierno actue liberacionistamente y miembros del CE que garanticen acciones consecuentes.

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