Cuentos para crecer: La Bomba y el general

La Bomba y el general

La Bomba y el general

Érase una vez un átomo.

Y érase una vez un general malvado con un uniforme lleno de galones.

El mundo está lleno de átomos.

Todo está hecho de átomos: los átomos son pequeñísimos y cuando se reúnen forman las mo léculas, las cuales a su vez forman todas las cosas que conocemos.

Mamá está hecha de átomos. La leche está hecha de átomos. La señorita está hecha de átomos. El aire está hecho de átomos. El fuego está hecho de átomos. Nosotros estamos hechos de átomos.

Cuando los átomos están juntos en armonía, todo funciona maravillosamente. La vida se basa en esa armonía.

Pero cuando alguien rompe un átomo… los trozos golpean a otros átomos y así sucesivamente…

¡Ocurre una explosión terrorífica! Es la muerte atómica.

Pues bien, nuestro átomo estaba triste porque le habían metido dentro de una bomba atómica.

Al lado de otros átomos esperaba el día en que arrojarían la bomba y ellos serían despedazados, y destruirían todo lo que encontraran.

Ahora debéis saber que el mundo también está lleno de generales que se pasan la vida almacenando bombas.

Y nuestro general iba llenando de bombas el granero.

«Cuando tenga muchas —decía—, ¡haré estallar una magnífica guerra!»

Y se reía.

Cada día el general subía al granero y llevaba una bomba fresca.

«Cuando el granero esté lleno —decía—, ¡haré estallar una guerra preciosa!»

¿Cómo es posible no volverse malo con tantas bombas al alcance de la mano?

Los átomos encerrados en las bombas estaban muy tristes.

Por su causa habría una inmensa catástrofe: morirían muchos niños, muchas mamás, muchos gatitos, muchas cabritas, muchos pajaritos, todo el mundo, en suma.

Se destruirían países enteros; allí donde antes había casitas blancas con tejados rojos y arboles verdes alrededor…

…sólo quedaría un horrible agujero negro.

Así que decidieron rebelarse contra el general.

Y una noche, sin hacer ruido, salieron a hurtadillas de las bombas y se escondieron en el sótano.

A la mañana siguiente el general entró en el granero con otros señores.

Esos señores decían:

«Hemos gastado un montón de dinero para hacer todas estas bombas. ¿Y ahora quiere dejarlas aquí, que se oxiden? ¿A qué espera?»

«Es verdad —respondió el general—. Tendremos que empezar esa guerra de una vez. O no lograré nunca hacer carrera.»

Y declaró la guerra.

Cuando se difundió la noticia de que estaba a punto de estallar la guerra atómica, la gente se volvió loca de miedo:

«Oh, !ojalá no les hubiésemos permitido a los generales que construyeran bombas!», decían.

Pero era demasiado tarde. Todo el mundo huía de las ciudades Pero ¿dónde refugiarse?

Mientras tanto, el general había cargado sus bombas en un aeroplano y las estaba arrojando una a una sobre todas las ciudades.

Pero cuando cayeron las bombas, como estaban vacías, ¡ninguna estalló!

Y la gente, feliz porque el peligro había pasado (¡no se lo podían creer!) las utilizó como jarrones para poner flores.

Así descubrieron que la vida era más bonita sin bombas.

Entonces decidieron que no volverían a hacer guerras.

Las mamás estaban más contentas. Y también los papás.

Más aún, todo el mundo.

¿Y el general?

Como ya no había guerras, fue licenciado.

Y para que le sirviera de algo el uniforme lleno de galones, se hizo portero de un hotel.

Ahora que todo el mundo vivía en paz, iban muchos turistas al hotel. Incluso los que en otro tiempo eran enemigos. Incluso los soldados a quienes alguna vez el general había tratado con dureza.

El general, cuando entraban y salían del hotel, abría la gran puerta de cristales y hacia una reverencia desgarbada.

Decía. «Buenos días, señor».

Y los clientes, que lo habían reconocido, le decían con cara de estar muy enfadados:

«¡Tendría que darle vergüenza! ¡En este hotel el servicio es pésimo!»

Y el general se ponía rojo rojo y se quedaba callado.

Porque ahora ya no contaba para nada.

Eugenio Carmi y Umberto Eco
La Bomba y el general
Barcelona: Destino, 1989

El Proyecto CUENTOS PARA CRECER consiste en la publicación de relatos destinados en especial a niños y adolescentes, así como a todos los que encuentran placer en la lectura.

Debido al tipo de historias ofrecidas, este proyecto permite reflexionar sobre una serie de valores considerados esenciales para el desarrollo del carácter, como la tolerancia, la solidaridad, el espíritu de diálogo y la honradez, proporcionando además un valioso instrumento de aprendizaje.

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