¿Cuándo se jodió el PLN?

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Carlos Revilla M.

Carlos Revilla

Leyendo en estos días el artículo “¿Cuándo se jodió Europa?”, me nació la idea de escribir uno con el mismo título y tema, pero sobre el Partido Liberación Nacional (PLN).

Y no me malinterpreten, soy liberacionista, el PLN es el partido de mis amores, pero eso no me impide tratar de hacer un análisis de lo que creo sucede en el. También quiero decir que solo tocaré tangencialmente el aspecto ideológico, que aunque muy importante ya lo he abordado en otras columnas.

Me incluyo entre los muchos que damos por sentado que el PLN se jodió, que está jodido. Se trata de saber desde cuándo, a partir de cuándo, para intentar entender el por qué y el para quiénes.

El PLN está jodido desde hace mucho rato. Hay muchas causas para esto, voy a hablar de las que creo son las dos más importantes que han influido para el estado actual de cosas. Y ojo, en el aspecto electoral al PLN le puede ir todavía mas o menos bien, no es de eso de lo que quiero hablar esta vez.

El PLN nació de la Revolución del 48, es decir era heredero de los valores e ideales que inspiraron esa gesta. Pero esos hechos ocurrieron ya hace 65 años y el PLN cumplió 62 años de fundado. Yo soy de la primera generación de hijos del 48, es decir los que nacimos posterior a esa guerra y que de alguna forma estábamos inmersos en esa gran división que se formó en la familia costarricense entre los vencidos y vencedores.

Por muchos años la política y la sociedad gravitó sobre esa división producto de la revolución. Las familias se identificaban en bandos, había familias completas liberacionistas y otras calderonistas o «mariachis» como se les llamaba antes. Y los que no estaban alineados eran considerados «ovejas negras». Por supuesto mi familia no fue la excepción a esto y todos en el núcleo familiar primario éramos liberacionistas por influencia directa de nuestro papá, que había sido miembro del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales, precursor directo junto al partido socialdemócrata del PLN.

El problema con esto, es que ya prácticamente estamos en una tercera generación desde el 48 y se ha diluido mucho —por no decir totalmente— esa influencia. Este hecho aunado a que desde principios de los años 90s del siglo pasado se dejara de capacitar y formar en el PLN, generó que se perdiera la cohesión dentro del partido, es decir la «goma» que nos pegaba se acabó y su reemplazo —la capacitación y la formación— dejaron de hacerla. Actualmente hay un tenue intento de rescatar la capacitación, pero a mi criterio «too little, too late» (muy poco y muy tarde). Esto básicamente lo que hace es que se pierda la lealtad partidaria y es precisamente lo que ha venido sucediendo las últimas elecciones y que de forma muy notoria se está viendo en esta campaña.

La otra gran causa para que el PLN se haya jodido es que la sociedad cambio. Este hecho en si mismo no es mayor problema, las sociedades cambian. El problema es que el partido no se ha adaptado, es decir no ha respondido al cambio en su entorno.

Un ejemplo de esto es la propaganda electoral de esta campaña. Actualmente la clase política está muy desacreditada, a pesar de esto el PLN hizo una propaganda electoral que se conoció como «Contráteme» y que fue un total fracaso, precisamente porque pedía contratar a un político.

Desde finales del siglo pasado (años 90s) han habida muchos cambios. Se derrotó en las calles el «combo del ICE», se dio una fuerte batalla contra el TLC, y muchas otras manifestaciones de que algo estaba (está) pasando con la sociedad y que ya no somos los mismos.

El campanazo de todo esto para el PLN fue la derrota (doble) en las elecciones del 2002. El PLN quedó muy maltrecho y se vio ante la realidad de que tenía que hacer cambios. Estos fueron acordados ese mismo año en lo que se conoce como «La Asamblea del Nopal», así llamada porque se realizó en el antiguo salón de fiestas El Nopal en Desamparados y que ya no existe por cierto (ahora en el lugar construyeron un Centro Comercial).

En esa asamblea del PLN se dieron los lineamientos y directrices para encauzar la reforma del partido y adecuarlo a las nuevas realidades. Todas las autoridades renunciaron y se instituyó una Comisión Política que sería la encargada de modernizar al PLN.

Como dato curioso en esa Asamblea del Nopal se eligió a Luis Guillermo Solís —actual candidato presidencial del PAC— como Secretario General y como presidenta a Ana Ross (qdDg), quien poco después renunciaría a su cargo.

Todo caminaba bien, varias comisiones trabajaban en un nuevo Estatuto y un Código de Ética —entre otros—. En el medio de todo hubo elecciones de alcalde y el partido respondió razonablemente bien.

El problema fue que al poco tiempo pasó la reelección y se abrió la posibilidad para que Oscar Arias optara de nuevo a la presidencia de la República, como efectivamente sucedió. Pero desgraciadamente el regreso de Arias a la palestra política significó el entierro de las reformas partidarias. Con Arias se creó un espejismo político que llevó de nuevo al PLN al poder, haciendo creer que todo estaba bien y que se había «rescatado» al partido, cuando era todo lo contrario. En realidad lo que se hizo fue alargar un poco más la vida del paciente, pero no se le curó.

El haber abandonado las tan necesarias reformas hace que ahora Johnny Araya sea el que se «saque la rifa» y tenga que apechugar con todos los problemas derivados de esto. Los problemas del partido se maquillaron con Arias y Chinchilla, pero ahí seguía (sigue) el problema latente.

La miopía de la dirigencia partidaria ha sido mayúscula. Desde El Nopal en el 2002 no se ha hecho ningún cambio en el partido. Ahora, como ya dije se están viviendo las consecuencias de no hacer nada. Hay una nula relación con la sociedad civil que está harta de los partidos y los políticos tradicionales, siendo el PLN la joya de la corona.

Entonces, el PLN se jodió cuando el grupo en el poder (arismo) no quiso adoptar los cambios propuestos para reformar el partido y contrarrestar la perdida de cohesión interna de sus simpatizantes y cuando renunció a ser un verdadero partido político, renovado y con herramientas para actuar en las nuevas realidades del entorno y prefirió quedarse solo para serlo en época de elecciones, el problema es que ahora si, se le está acabando la cuerda. Ya no da más, se jodió.

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5 comentarios

  1. Johnny Soto Zúñiga.-

    Muy interesante el análisis político del amigo Carlos Revilla, sobre parte de la historia del PLN (especialmente de la última década) donde fue tomado por gente extraña, que no piensa como liberacionista y muchos menos como socialdemócrata. No se debe achacar todos los problemas a d. Oscar Arias; o al Arismo, que más bien salvaron de una nueva derrota en el 2006; lo que podría haber significado su extinsión. Alrededor de OAS, prácticamente se aglutinó el 95% del PLN (entonces todos (as) tenemos participación) en las decisiones, de una u otra manera. Muy cierto que ese triunfo y luego la obnubilación con L.Chinchilla, perdió de vista las reformas legales, estatutarias, sobre ética y la comisión política que nunca existió (aprobada en la ya famosa Asamblea del Nopal). Pero era las autoridades del PLN las que tenían que haberlas puesto en práctica. Le agrego lo siguiente: 1- La fuerte entrada de gente extraña ideológicamente al PLN, que ya desde antes venían pensando como penetrar y tomar el PLN. (son gente con altos títulos profesionales, con un pensamiento de venir a figurar y controlar los principales puestos de gobierno) 2- Gente que comenzaron a fraguar como hacerse ricos de la noche a la mañana, con un objetivo de corrupción con los fondos públicos (consultorías amañadas, compadrazgo, amiguismo, clientelismo). 3- Gentes que han llegado a ministros, presidentes ejecutivos y diputados sin ningún mérito, solo por amistad, o por besar el anillo al líder de turno. 4- Gentes sin disciplina o ética partidaria, no respetar los estatutos o lineamientos ideologicos liberacionistas (porque simplemente no creen en su pensamiento político). 5- Se Dejo la capacitación política, porque los que secuestraron al PLN, no creen en ninguna capacitación, sino tener gente que agache la cabeza y sirvan a sus designios. 6- El PLN se convirtió en el partido de la «matrafula» y arte de serruchar pisos y otras irregularidades, falta de respeto a los procesos electorales, fraudes comprobados en los procesos de asambleas distritales, cantonales y convenciones etc. (aparecen votos sufragados sin comprobación de las firmas de los padrones registros (no se respeta y se sale con el cuento de privilegiar el voto). 7- La corrupción es flagrante en todos los estamentos, y nadie hace nada. Mal ejemplo. Se nombra en las asambleas gente cuestionada, con sentencias firmes y acusaciones graves; y se les premia con nombramientos. Así Carlos es dificil revivir un partido político, que pierde credibilidad ante la sociedad y sus ciudadanos (as)

    • Muy buen complemento de Johnny, de acuerdo en casi todo. Solo quiero aclarar que la Comisión Política sí existió, de hecho yo fui un par de veces al Balcón cuando sesionaban que era los miércoles.

  2. Te felicito Carlos tu artículo y el complemento de Johnny Soto dan una radiografía bastante exacta de la realidad de nuestro querido PLN. Sin embargo no soy pesimista y creo que nuestra generación – los hijos de los fundadores – tenemos la madurez, la experiencia y muchos la claridad ideológica y moral , para dar la lucha interna y hacer de nuevo al PLN un partido que ilusione y de confianza a nuestro pueblo. Creo que aún podemos ganar las elecciones y que Johnny Araya tendrá que hacer un gobierno de alianza con otros sectores progresistas que le permitan hacer un gobierno más socialdemócrata. Paralelo a ello debemos trabajar dentro del Partido para volver a tener norte ideológico, volver a ser el partido de la juventud pensante, luchar con todas las fuerzas para rescatar la moral y la ética en gobierno y partido. Yo espero un reencuentro de todos los herederos directos de los Padres Fundadores en estos próximos cuatro años para REFUNDAR al glorioso PLN. Será la ÚLTIMA oportunidad.

  3. Se trata en realidad de una imposibilidad para adaptarse al cambio. De un afán de seguir con la manera vieja. Y eso se paga con la extinción.

  4. Mauricio Castro

    Comparto mucho de lo que dice el columnista. Discrepo en el tiempo verbal, en lugar de «se jodió» lo cambiaría a «se joderá» si no hay cambios.
    Por ahora a terminar de cruzar el río. Todos juntos

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