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Por Annett Stein (dpa)
Berlín, 22 feb (dpa) – Los médicos reportan desde hace varias décadas un inicio en promedio cada vez más precoz de la pubertad. La pandemia de coronavirus ha intensificado de forma significativa este efecto.
«Se registró de un 20 a un 30 por ciento más de casos de pubertad precoz», dice Bettina Gohlke, del Hospital Infantil Universitario de Bonn.
La endocrinóloga pediátrica afirma que el fenómeno se registra a nivel mundial, con datos al respecto tanto de Europa como también de Estados Unidos y China.
Se denomina pubertad precoz al desarrollo de caracteres sexuales externos en varones antes de completar su noveno año de vida y, en el caso de las niñas, antes de completar su octavo año de vida. A las niñas, entre otras señales, se les desarrollan los senos.
Una hipótesis sobre el efecto de la pandemia de coronavirus era que los padres tuvieron más probabilidades de notar el desarrollo más precoz porque pasaban más tiempo con sus hijos debido al cierre de las escuelas y al trabajo desde casa.
Gohlke señala que también es posible que este efecto esté relacionado con un mayor estrés psicosocial. Según la experta, los primeros estudios indicaron que los niños maduran físicamente antes en esas situaciones.
También se debate un efecto en el peso de los menores de edad, porque muchos niños comieron más de lo habitual durante la pandemia y realizaron menos ejercicio físico. Y el sobrepeso es considerado uno de los factores más importantes para acelerar el proceso de la pubertad.
«Pero, si se descarta el tema del peso, igual aumentaron los casos de pubertud precoz», dice Gohlke. «Probablemente se trate de un efecto multifactorial», sostiene la endocrinóloga, que señala que aún no está claro si volverá a desaparecer cuando remitan las consecuencias de la pandemia.
Biológicamente, la pubertad comienza con la producción masiva de hormonas sexuales, según explica endocrinólogo Günter Stalla.
En los varones, los testículos y el escroto se agrandan y el pene se alarga. Crece el vello púbico y axilar. En las niñas, se desarrollan los senos, poco después empieza a crecer el vello púbico y axilar, y años más tarde ocurre la primera menstruación.
De acuerdo a los datos de un equipo de investigación dirigido por Gohlke, la edad media de inicio de la pubertad en las niñas ha descendido unos tres meses por década desde los años setenta.
La tendencia es similar para los chicos. En cambio, la edad de finalización de la pubertad no varió en los últimos 50 años, por lo que la pubertad dura de media más que antes. La edad promedio de la primera menstruación tampoco registró cambios.
El endocrinólogo Stephan Petersenn, de la ciudad de Hamburgo, explica que el momento en que se inicia la liberación de hormonas y, por tanto, la maquinaria de la pubertad, viene determinado principalmente por factores genéticos.
También influyen sin embargo factores como el estrés psicológico continuado y la dieta. La obesidad se considera un factor decisivo en el desarrollo de las últimas décadas.
Petersenn, portavoz de medios de comunicación de la Sociedad Alemana de Endocrinología (DGE), señala que la sustancia mensajera leptina se produce entonces cada vez más en el tejido adiposo, lo que impulsa la pubertad hacia delante. Cuanto más gordo es un niño, antes se convierte en adulto.
El experto sostiene que el ingreso a la pubertad también está vinculado siempre al nivel de vida en la sociedad.
Es bastante concebible, dice, que siempre haya habido fluctuaciones importantes en la edad de inicio en el pasado.
En la actualidad, la pubertad prematura afecta proporcionalmente más a los niños de familias socialmente desfavorecidas, porque suelen tener sobrepeso, afirma Stalla, expresidente de la Sociedad Alemana de Endocrinología. «La salud depende de la condición social y la educación, y esto también es evidente aquí», sostiene.
¿Qué significa una pubertad precoz, según los lineamientos médicos actuales, para un niño? «El inicio de la pubertad es un acelerador del crecimiento», explica Stalla.
Por tanto, los niños que empiezan la pubertad prematuramente crecen al principio más deprisa, pero hay un proceso contrario que hace que al final sigan siendo más pequeños por término medio que los niños que empiezan la pubertad más tarde.
Las hormonas sexuales que inicialmente aceleran el crecimiento también se encargan de que este termine de forma prematura, fijando los cartílagos de crecimiento.
Además de estas consecuencias físicas, puede haber otras psicológicas, como dice Petersenn. Y no solo porque los niños se avergüencen del crecimiento de los pechos o del vello, por ejemplo.
Petersenn explica que el inicio de la pubertad también cambia su forma de pensar y su mundo emocional, lo que puede acarrear problemas con los amigos. «Se madura antes hacia el pensamiento adulto», afirma.
