Resalta respuesta oficial a la emergencia sanitaria pero cree que el mandatario debe estar dialogando cuanto antes y todos los días con los líderes de distintos sectores para enfrentar las implicaciones económico-sociales
Edgar Fonseca, editor
En paralelo a amortiguar los efectos sanitarios de la pandemia del coronavirus, el presidente Carlos Alvarado debe convocar pronto a “una gran concertación nacional” de sectores para enfrentar los estragos económicos y sociales que se avecinan al pais, advirtió este domingo el politólogo Constantino Urcuyo.
“Esto es peor que una guerra mundial”, resaltó Urcuyo, exdiputado PUSC, al analizar las futuras implicaciones económico-sociales de la pandemia.
El presidente Alvarado, insistió Urcuyo, debe convocar a partidos, empresarios, sindicatos “y buscar el mayor de los acuerdos posibles con el mayor numero de actores relevantes y él dirigir ese proceso”.
Para dicho analista, el presidente Alvarado debe estar liderando una mesa diaria de consulta a los sectores más representativos.
Debe apoyarse en gente del partido gobernante y de otros y escuchar y decidir, respondió Urcuyo ante consultas de este editor.
Afirmó que Alvarado en la presente coyuntura, “debe dejar de ser jefe de gobierno y convertirse en jefe de Estado”.
Ases bajo la manga
Destacó la respuesta del ministro de Salud, Daniel Salas, y del presidente de la CCSS, Román Macaya, ante la emergencia, a quienes considera dos ases bajo la manga con que contaba el presidente.
“El presidente le entregó la conducción de las respuestas a quienes saben. Les dio autoridad. El gobierno ha manejado bien la respuesta”, aseveró Urcuyo.
Según su análisis, la respuesta del gobierno a la emergencia sanitaria ha sido “correcta” por al menos tres factores:
- Hay un ministro epidemiólogo con experiencia de la anterior pandemia en 2009. “Vio venir la cosa, se adelantó, tomó medidas, explicó. Es un activo valiosísimo del gobierno, del cual nadie sabía que existía, joven, bien formado con inteligencia”, resaltó.
- El otro punto clave, dijo Urcuyo, ha sido la intervención del presidente de la CCSS, Román Macaya, bioquímico y empresario. Sabe administrar, sabe la logística y organizar los recursos, aseveró.
- Como tercer punto citó: “el presidente le hizo caso a los que saben. Les entregó la conducción de las respuestas. Les dio autoridad. El gobierno ha manejado bien la respuesta”, puntualizó.
A este domingo, según el recuento oficial, y a un día de cumplir el país el primer mes bajo la alerta de la pandemia, se registran 454 casos confirmados de contagio y solo dos muertes. De sábado a domingo hubo 19 nuevos casos, para un crecimiento del 4%, dentro del promedio de la última semana.
“Brutal” la segunda ola, económico-social
Pero para Urcuyo la segunda ola de esta pandemia, la de los efectos económico-sociales, será “brutal”, y, ante esto, el presidente Alvarado debe liderar cuanto antes “una gran mesa de concertación nacional”.
El presidente, destacó dicho analista, debe convocar con urgencia a todos los sectores para esbozar respuestas. Y él debe liderar diariamente dicha consulta, insistió. Ni siquiera ve indispensable que nombre, para ello, ministro de la Presidencia.
Urcuyo considera “correcta” la respuesta tanto del Poder Ejecutivo como del Legislativo ante las implicaciones económico-sociales de esta coyuntura.
El paquete escudo de ¢2 billones, el plan de retiro del FCL para los nuevos desempleados, la moratoria en renta –agregó– “son medidas inmediatas, no se han terminado de tomar todas ellas ante un “impacto económico brutal” no visualizado enteramente”.
Para Urcuyo, todos los sectores desde los empleados públicos hasta los grandes empresarios deben prepararse para ceder en el nuevo escenario pospandemia.
Instó a no banalizar la discusión ideológica de si más o menos Estado.
De hecho, destacó, en la presente coyuntura se ha requerido la intervención del Estado.
Ver el largo plazo
Urcuyo demandó de los actores político, institucionales, sectoriales clave, ir a una discusión “más fina” que ayude al país a reencausarse tras la pandemia sanitaria.
“¿Qué funciona? ¿Qué se puede reactivar? ¿A qué se va a vincular o desvincular la economía tica tras esto? ¿Y la ayuda para los desempleados?. El sacrificio de todos. De los asalariados. Y de los grandes empresarios. Algo tendrán que dar para que el país salga adelante”, planteó Urcuyo como la discusión esencial que se viene, y ante lo que urge que el presidente Alvarado convoque a una “gran concertación nacional”.
“¿Adónde recortar? ¿A quién le pones impuestos? ¿Con quién te vas a endeudar? ¿Acuerdos con el FMI y el Banco Mundial? Esto trasciende la Asamblea, trasciende el gobierno”, cuestionó.
“Como decían antes los viejillos, “el gobierno debe encontrar cierto consenso en las fuerzas vivas”, ahondó Urcuyo, quien en sus 70 años , nunca había experimentado una emergencia sanitaria, política, económica y social como la presente.
–¿Ve al presidente liderando ese proceso?
-Por el momento no. Lo veo a la defensiva. Le cayó el chaparrón encima.
–¿Cómo debe responder el presidente?
-Tiene que llamar a una amplia concertación de fuerzas, político-sociales. Tiene que llamar a mesas de trabajo. Escuchar que es lo que cada quien propone de cara a la segunda ola de la pandemia: empresarios, comerciantes, turismo, industriales, agro, sindicatos, partidos.
“Y buscar el mayor de los acuerdos posibles con el mayor número de actores relevantes y él dirigir ese proceso”, demandó.
–¿Qué le recomienda?
“Si me pidieran recomendarle algo al presidente: yo estaría todos los días con los líderes de los sectores”, dijo Urcuyo.
Instó al mandatario a que llame a operadores políticos del pasado, de su propio partido, apoyarse en gente buena del gobierno. No ve indispensable designar para ello un ministro de la Presidencia. Ve bien el papel de la ministra interina, Silvia Lara.
El presidente, resaltó Urcuyo, debe aprovechar que la pandemia fue “su tabla de salvación” ante el escándalo UPAD. Debe aprovechar lo que haya ganado de reconocimiento por el manejo de la crisis y acudir a figuras notables que le aconsejen.
La respuesta no es populista
Confrontado con el manejo de la pandemia en naciones como El Salvador y México, Urcuyo criticó el giro populista, irresponsable que ha tenido en ambas naciones.
Del presidente Bukele en El Salvador, aunque lo vio bien al inicio, censuró las respuestas populistas y autoritarias, las detenciones masivas de quienes violan la cuarentena.
Lamentó tales excesos autoritarios, tras el costoso regreso parcial, en 1992, a la democracia política y a cierta apertura a democracia social en dicha nación.
“Esto no se resuelve con populismo”, dijo.
Criticó, por igual, la reacción populista y tardía de López Obrador en México.
“Una charlatanería igual a Trump al inicio. Como Bolsonaro que hablaba de un simple resfriadillo. Irresponsabilidad de populistas. El mundo es complejo, lleno de matices. Requiere de raciocinio no andar repartiendo besos”, sentenció.
Y le preocupa mucho el irresponsable manejo del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua a la grave amenaza sanitaria y sus eventuales repercusiones en el país y la región.
Urcuyo censuró la “actitud negacionista” de dicho régimen.
“Se puede desatar una epidemia incontrolable, una ola de infecciones tremenda”, alertó.
“El gobierno –dijo– hizo bien en cerrar fronteras pero son 700 kilómetros, difícil de controlar”.
Ortega, sostuvo, es un “peligro” para Costa Rica y la región, “si se desata una mortandad en Nicaragua”.
Excelente postura tanto de Tino como de Carlos Manuel Echeverría . La Concertación debe de convertirse en un instrumento de entendimiento y conducción de programas efectivos para la recuperación económica en equilibrio y con justicia para todos. No hay espacio para banderas, nos costará varios meses volver a la normalidad y recuperar lo que se tenía .
Muy oportuna y concreta la propuesta del Lic. Urcuyo, sumamente necesaria para que puedan participar todos los sectores productivos en un proceso estructurado y con vision integral del país, para promover la reactivacion economica y social del pais.
Comparto tu comentario, mi estimado Constantino. En primer lugar reconozcamos que el presidente pudo emprender bien el primer kilómetro de esta maratón. Hubo experiencia, reflejos y buen consejo; piezas útiles del equipo de trabajo. Cuando naufragaba, la nave del Gobierno logró ocupar su lugar. Pero esa capacidad de proyectar una estrategia de entendimientos políticos para enfrentar los dramas de la reconstrucción debió empezar desde el primer día. Si no lo están haciendo ya han perdido un tiempo valioso. En la reconstrucción nadie sobra, pero será donde la sabiduría y la habilidad de la política se habrán de poner en práctica, pues sabemos que habrá sectores que se acerquen con desesperación a garantizar su supervivencia aunque sea a costa de los demás. Habrá quienes pretenderán rediseñar el Estado. Si más y mejor o menos y mejor Estado, será una parte de la discusión. El método de ese ejercicio, quiénes apoyen al Presidente en su gestión y la lectura inteligente que se llegue a hacer del entorno mundial en el que todos somos náufragos en este momento, será determinante para el logro. En la oportunidad y el éxito de ese histórico esfuerzo descansa la esperanza de reconstruir una nación más solidaria y mejor equipada para enfrentar los otros desafíos, enormes como serán, que nos esperan en el futuro.