Por Sabine Maurer (dpa)
Los dueños de perros no necesitan pasar Nochevieja en una cabaña aislada para que sus mascotas superen tranquilos los festejos por la llegada del nuevo año, solo hacen falta sonidos suaves y tranquilos, buenos escondites y un recurso casero muy especial.
Cuando se ven destellos brillantes en el cielo oscuro y se escuchan silbidos y estruendos ensordecedores, los humanos saben que es Nochevieja. Pero a los perros les asustan los fuegos artificiales, a menudo reaccionan con pánico, algo que puede ser realmente peligroso.
«Para muchos perros la época de fin de año es la peor de todo el año», afirma la adiestradora de perros Chris Maron.
Y como incluso en las horas previas al cambio de año se encienden de vez en cuando algunos cohetes o petardos, los animales ya empiezan a asustarse mucho antes de medianoche. Y se esconden en un cuarto de baño sin ventanas o debajo del sofá.
Regla número uno: estar presente
¿Cómo deben afrontar estas situaciones los dueños de mascotas? «Lo más importante es estar junto al perro», subraya Maron.
La experta asegura que ningún perro debería quedarse solo en Nochevieja, ni siquiera si el animal suele tomar con calma los fuegos artificiales. ¿Y si este año, quizás, estalla un petardo en la puerta de la casa? En ese caso, hasta el perro más relajado podría asustarse.
Si el perro está temeroso en Nochevieja, su dueño debe llevarlo a una habitación tranquila que no dé a la calle. Los animales que están acostumbrados a una caja suelen gustar de echarse en una guarida segura. Además, las persianas o cortinas deberían cerrarse varias horas antes del inicio de los festejos.
Es importante no atraer a los perros que se esconden para que salgan de sus guaridas. A la vez, se recomienda no ignorar a los perros que buscan llamar la atención y acariciarlos, si es lo que ellos quieren.
«Sin embargo, no se debe tener lástima de él», aconseja la experta, «porque así se demuestra a la mascota que la situación es inusual y que se está preocupado». El humano debe irradiar calma.
Un body puede brindar contención
También ayuda a los perros temerosos abrazarlos o estrecharlos contra el cuerpo, ya que esto les da literalmente un punto de apoyo y les transmite seguridad.
«La llamada ‘Thundershirt’ puede tener un efecto similar», dice Maron. Se trata de un body (una prenda ceñida al cuerpo) hecho especialmente para perros miedosos.
También merece la pena intentar «tapar» los ruidos de Nochevieja con música a todo volumen, siempre que el perro no tenga miedo de la música, claro.
En las tiendas también se venden dispositivos de relajación especiales para perros, que reproducen ondas en alta frecuencia. «Pero primero se debe acostumbrar al perro a estos sonidos», aclara la adiestradora. Para ello, el perro debe oír estas ondas sonoras en las semanas previas a Nochevieja, en momentos en que esté realmente relajado.
También ayuda mucho que el perro esté muy cansado la noche del 31 de diciembre, ya que en el mejor de los casos podrá dormir en una habitación tranquila durante las horas de festejos.
Para ello, ese día deberá tener mucha actividad, ya sea un largo paseo o un entrenamiento intensivo en el que deba pensar mucho. Los perros temerosos deberían pasear el 31 de diciembre con correa, para que en caso de que ya comiencen los estruendos durante el paseo no sienta pánico e intente escapar corriendo.
Alimentarse contra el miedo
En los festejos de Nochevieja vale la pena también intentar distraer al animal. Se le puede dar algo sabroso para comer o una golosina para perros minutos antes de la medianoche, cuando aún no han comenzado los estruendos de los festejos.
La clave es dárselo antes porque una vez que el perro comienza a sentir miedo, su comida favorita ya no sirve como distracción.
Otra opción, según el veterinario Ralph Rückert, es darle a los perros temerosos algún tranquilizante natural, como Zylkene, Sedarom o Adaptil, que son de venta libre.
Pero, ¿qué pasa con los perros que se vuelven locos de miedo? «Los estados de ansiedad de tal intensidad deberían frenarse farmacológicamente, entre otras cosas por razones de bienestar animal», aconseja el veterinario.
Sin embargo, el experto advierte expresamente contra la acepromacina, que se vende bajo los nombres comerciales de Vetranquil, Sedalin, Calmivet y Prequillan. Esta sustancia puede hacer que los perros parezcan tranquilos por fuera, pero por dentro están temblando de miedo. Es «una cosa muy desagradable, mejor no utilizarla», recomienda.
La benzodiacepina, solución de emergencia
En cambio, el experto recomienda suministrar medicamentos como Sileo (que contiene hidrocloruro de dexmedetomidina) o Pexion (fármaco antiepiléptico), siempre de acuerdo al consejo del veterinario que atiende a la mascota.
Si estos no ayudan a mejorar el ánimo del animal, Rückert señala que el veterinario puede recetar benzodiacepina, como Diazepam o Alprazolam, que tienen un efecto ansiolítico. Si bien existe un potencial riesgo de generar adicción, esto no debería ser un problema en un periodo de uso tan corto, apunta.
El experto recomienda también algunos recursos caseros que pueden ayudar a tranquilizar el perro, como el licor de huevo o la cerveza.
Rückert recuerda que solía dar a su terrier de diez kilos una cucharada de licor de huevo a las 20:00 y a las 23:00 horas el 31 de diciembre. «Al perro le gustaba y le ayudó considerablemente», asegura.
Aunque el alcohol se considera tóxico para los perros, el veterinario afirma que ninguno cae muerto por una cantidad tan pequeña. El perro se pone un poco achispado, en consonancia con la Nochevieja.
dpa