Discurso del diputado y jefe de fracción del Partido Liberación Nacional, Oscar Izquierdo durante la sesión de hoy en Alajuela, en conmemoración del Héroe Nacional, Juan Santamaría.
Muy buenas tardes amigas y amigos, señores, señoras diputadas, miembros de los Concejos Municipales, Alcaldes y autoridades electas, veo acá a la vicealcaldesa actual y electa Sofía González, ex diputados y ex diputadas, representantes de distintas organizaciones y entidades públicas y privadas, Rector de esta universidad y ex rector de esta Universidad, don Marcelo Prieto, que además es realmente inspirador de esta Universidad, muy buenas tardes: Decía el gran poeta francés, Víctor Hugo, que “atreverse” es el precio que se paga para lograr el progreso. Afirmaba que todas las conquistas sublimes son más o menos, premios al atrevimiento y que, para la marcha hacia adelante del género humano, es preciso encontrar en las cumbres de la sociedad ejemplos permanentes y altivos de valor. Decía, que la temeridad deslumbra a la historia, y es una gran luz para el ser humano…
Esas famosas palabras, resuenan hoy fuertemente acá en el trópico… y de forma muy especial en nuestro país, porque para conmemorar la Batalla de Rivas en su 168 aniversario, fue necesario un acto de atrevimiento, de valor, de temeridad y sin duda, de luz, como el que tuvo Juan Santamaría, hijo valiente de Alajuela y héroe nacional, por una gesta sin precedentes que con orgullo exhibimos en las páginas de nuestra historia.
Juan Rafael Mora Porras que lideró esta lucha dijo: “Marchemos a combatir por la libertad de nuestros hermanos. (…) Su causa es nuestra causa«.
La historia ha premiado al humilde hijo de Alajuela, por su atrevimiento y valentía al asumir sin titubear la quema del mesón.
Sin embargo, aquel 11 de abril de 1856 Juan Santamaría no marchó solo hacia Rivas para enfrentar a los invasores, sino que el pueblo entero de Costa Rica representado por el grupo de hombres y mujeres que fueron a la guerra estaba comprometido con evitar la caída de nuestra Soberanía, nuestra Institucionalidad y el Estado de Derecho que queríamos seguir construyendo.
Ese mismo espíritu de amor por nuestro país debe ser la guía que nos impulse a resolver las situaciones apremiantes, de urgencia y de cuidado que hoy nos rodean, acompañadas de promesas vacías y discursos que apelan a la emoción.
Hoy nuestra solidez democrática y la institucionalidad se ven acechadas por el narcotráfico, la corrupción y el autoritarismo.
Nos encontramos en tiempos de turbulencia, donde Costa Rica se enfrenta a ataques sistemáticos y por ello necesita replicar la valentía de Juan Santamaría para defendernos de las múltiples amenazas que pretenden golpear a nuestras instituciones, debilitando a la Caja Costarricense del Seguro Social, atacando a los funcionarios, no dándoles las herramientas necesarias para brindar atención de calidad, dejando de fortalecer nuestros hospitales, y evitando que nueva infraestructura se desarrolle.
Se ataca a nuestros agricultores, a quienes salen todos los días al campo para cultivar el arroz, a nuestros cafetaleros que se ven seriamente golpeados por un tipo de cambio que afecta a todos nuestros exportadores, y falsea la realidad del sistema económico de este país.
Tampoco podemos olvidar el recorte al sector social, la disminución de becas Avancemos, la construcción de vivienda para las clases menos favorecidas que continúan necesitando el apoyo del Estado a falta de mayores oportunidades para tener trabajos de calidad, bien pagados. Trabajemos para que esto cambie…
La seguridad del país también se encuentra amenazada por el flagelo del narcotráfico y el crimen organizado, que afecta a todo nuestro territorio, y nos reduce a una realidad que nos exige tomar acciones prontas y contundentes.
El filibusterismo camina dolorosamente en América Latina, vertida hoy de narcotráfico. A ese flagelo le saldrá de frente este país inspirado en Juan Santamaría.
Así como en 1856, hoy es necesario reavivar nuestro sentido de pertenencia, tender puentes y que los intereses que nos unan sean por nuestro país y sobre todo, por nuestras familias. Ese debe ser el norte que nos guía.
Por eso, señoras y señores, hoy, en la hermosa provincia de Alajuela, en medio de esta conmemoración tan importante, hago mías las palabras del prócer Juan Mora Porras:
“(…) no más discordias fratricidas… Paz, justicia y libertad para todos. Guerra sólo a los filibusteros”.