Cine clásico: “Ensayo de orquesta”, de Federico Fellini (Italia, 1979)

J. A. Souto Pacheco

Ensayo de orquesta nació para la televisión. Producida por la RAI, cuando aún no se había estrenado fue objeto de una extensa polémica en la prensa italiana de la época. Años después de que La dolce vita diera tanto de que hablar, regresaba el Federico Fellini más polémico y amargo.

En primer lugar, la distribuidora francesa Gaumont y la RAI se enzarzaron en una lucha por los derechos de proyección de la obra en las salas cinematográficas. Según el acuerdo con Fellini, la cinta debía ser distribuida por la Gaumont en los cines para que varios meses más tarde la RAI lo pasase por televisión. El problema surgió cuando la RAI, productora del film, se descolgó con unas pretensiones económicas exageradas. Evidentemente, la RAI tuvo que ceder en sus demandas y Ensayo de orquesta acabó estrenándose a mediados de febrero de 1979.

Ensayo de orquesta

Y con el estreno llegó el escándalo. La película estuvo precedida, y su estreno aún avivó más el tema, por una serie de declaraciones de políticos, críticos, intelectuales, etc. que tildaban a Ensayo de orquesta de panfleto político. Las interpretaciones sobre el film oscilaban entre los que veían en él un ataque a la democracia y el canto a una sociedad totalitaria, y aquellos otros que observaban en la película una advertencia premonitoria de lo que podía llegar a pasar si se continuaba cediendo al desorden democrático. Los diarios de derecha le dedican gran espacio, el movimiento sindical queda dividido y el Partido Comunista Italiano adopta diversas interpretaciones. Por su parte, Fellini negaba que el film sustentara una explícita alusión a la situación italiana del momento.

Para situarnos mejor en este enredo, deberíamos desentrañar lo que Fellini nos cuenta, describir el argumento de la película. (Si algún lector no ha visto la película, aún está a tiempo de pasar al siguiente párrafo si lo desea). Toda la película transcurre en una antigua iglesia medieval. Su acústica resulta perfecta para que pueda tocar en ella una orquesta. Los músicos de la orquesta van llegando en pequeños grupos mientras un equipo de televisión, al que nunca vemos, los entrevista. Cada músico habla de su instrumento ensalzándolo hasta tal punto que cada uno lo considera como el pilar fundamental de la orquesta. Los comentarios van desde las frases más retóricas y pedantes hasta lo más banal y grosero. Comenzamos a ver las relaciones entre los músicos. De repente, aparece el director, que habla con un fuerte acento alemán. La orquesta empieza a ensayar, pero nadie se llega a entender y poco a poco se llega al desorden más absoluto. El director pide orden, el delegado sindical y algunos de los músicos comienzan a discutir y a pintar slogans. Los músicos más ancianos permanecen al lado de la figura del director mientras la mayoría de la orquesta descansa bebiendo y fumando en un pequeño bar. La situación da pie para que el genio de Fellini campe a sus anchas: multitud de personajes que van y vienen y pequeñas historias absurdas y surrealistas sirven para que el director italiano frustre una y otra vez en ensayo de la orquesta. Se oye un gran ruido y una de las paredes de la iglesia estalla. En el agujero de la pared aparece una gran bola de demolición. El desorden se convierte en caos. La arpista muere y el director convoca al resto de músicos. Tras reanudar el ensayo, el director vuelve a realizar el mismo tipo de reproches, gritando más en alemán.

Resulta evidente el carácter parabólico de Ensayo de orquesta. Otro cantar es el de si las imágenes de la película transmiten nostalgia de la dictadura o apuestan por la contundencia ante el desorden que puede conllevar la democracia. Yo creo que Fellini no establece un discurso político sino que encuentra en la realidad sociopolítica de la época el caldo de cultivo ideal para dar rienda suelta a su microcosmos personal. No se trata de tomar partido sino de escribir una fábula que está abierta a todas las interpretaciones que el espectador aporte. De su realización se desprende que Fellini no toma partido, simplemente expone. El director de Amarcord nos muestra el conflicto social entre clases, nos habla del abuso de poder y de la delgada línea que separa la imposición del orden por la fuerza de la tiranía y el totalitarismo. Los fantasmas de Fellini están bastante alejados de lo terrenal, su espíritu está por encima de disquisiciones políticas. El director italiano mira y deforma la realidad a su gusto para acabar devolviéndonos una realidad carnavalesca.

Otra posible lectura que ofrece Ensayo de orquesta es la de exponer la soledad del director (del creador) en la elaboración de una obra de arte colectiva. Fellini confronta a los músicos-actores con el director. Para que la música suene armoniosamente se hace necesaria la presencia del director, de su punto de vista y de sus órdenes. De esta forma, el ensayo de la orquesta se convierte en un espejo de lo que puede suceder en el set de rodaje. No obstante, y como ya señalaba en el párrafo anterior, no debemos obviar ni olvidar la visión deformante que Fellini imprime a sus historias, ya que en caso contrario podría parecer que es la burla el objetivo del director, punto de vista totalmente erróneo porque supondría un posicionamiento que Ensayo de orquesta no busca ningún momento. En esta segunda lectura que podría ofrecer la película, Federico Fellini se convertiría en cómplice observador de sus personajes, siendo la figura del director de orquesta más paródica que moralista.

La puesta en escena del film es brillante y austera, seguramente propiciada por el bajo presupuesto con el que contaba la película y por los escenarios en los que Fellini está obligado a mover la cámara. Hay que destacar los planos generales de ida y vuelta, de izquierda a derecha y derecha a izquierda, que Fellini nos muestra cuando se desarrolla la música, la cámara sigue los movimientos musicales.

Aquí no nos encontramos con el barroquismo exuberante de Satyricon o de Casanova. Ensayo de orquesta es una obra dura y sobria, como las paredes de la iglesia en el que los músicos ensayan, en el que los trazos del dibujo de los personajes son la baza más compleja que ofrece el director italiano. Es en este aspecto donde la película alcanza aquello que la cinefilia conoce como felliniano.

Por último y para finalizar este artículo, nunca está de más hablar de la aportación de Nino Rota en las películas de Fellini pero en esta se hace más acuciante al ser un film tan eminentemente musical. Compositor de la gran mayoría de la filmografía de Fellini, en Ensayo de orquesta compone una partitura muy sugestiva. El film es, en el fondo, un homenaje de Federico Fellini a Nino Rota, un homenaje al artista (con el que estaba colaborando por última vez) y al amigo.

Fuente: http://www.miradas.net/0204/estudios/2004/01_ffellini/ensayodeorquesta.html

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