La caricatura que resultó premonitoria del histórico triunfo de Bukele y que representa el entierro definitivo del bipartidismo surgido de la guerra civil, en torno al FMLN y ARENA.
Aquella caricatura resultó premonitoria, a tenor de lo sucedido este 28 de febrero en las elecciones celebradas en El Salvador. Se publicó a inicios de octubre de 2017 en las páginas de El Diario de Hoy, uno de los periódicos de referencia en el pequeño país centroamericano.
En aquellos días, el partido Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) aún sopesaba la expulsión de Nayib Bukele, entonces alcalde de San Salvador y hoy presidente de la República. Y la caricatura muestra a tres dirigentes históricos del FMLN serruchando felices la rama del árbol en la que están sentados para separarse de Bukele, sin percatarse de que los que van a caer al vacío son ellos.
«Cuando se publicó, recuerdo que algunos compañeros del periódico me comentaron que sería al revés, que si lo expulsaban del partido, ahí terminaría la carrera política de Nayib», dice a RT el autor, Ricardo Clement, conocido con el nombre profesional de Alecus, uno de los caricaturistas más ilustres de El Salvador.
Bukele fue expulsado del FMLN la noche del 10 de octubre de 2017, una semana después de que se publicara aquella caricatura.
El 3 de febrero de 2019, Bukele ganó en primera vuelta las presidenciales, relegando al candidato efemelenista al tercer lugar.
Y el 28 de febrero de 2021, el partido creado ad hoc por Bukele, Nuevas Ideas, arrasó en las legislativas y municipales, mientras que el FMLN ha pasado de ser una pieza clave en el tablero político a una fuerza residual, con menos del 7% de los votos.
«La Comisión Política del FMLN quería dar una lección a Nayib, y pasó todo lo contrario, que el partido ha sufrido las consecuencias», dice Alecus.
Aquella caricatura resultó premonitoria.
Según el conteo preliminar, Nuevas Ideas es el ganador indiscutible de los comicios. Con más del 90% de las actas procesadas, el partido de Bukele se adjudicará 56 de las 84 diputaciones de la Asamblea Legislativa salvadoreña. Desde la firma de los Acuerdos de Paz, en 1992, el máximo de curules obtenidas por un partido eran las 39 que en 1994 cosechó el derechista ARENA.
El triunfo arrollador del bukelismo el 28-F tiene –tendrá– sonoras consecuencias en el que hasta 2018 se consideraba uno de los sistemas partidarios más estables de América Latina.
1. FMLN y ARENA pasan a ser fuerzas políticas intrascendentes
Desde 1994 hasta 2019, la mayor incógnita en las noches electorales salvadoreñas era saber cómo ARENA y el FMLN se repartían el primer y el segundo lugar entre los partidos más votados, con diferencias abismales sobre la tercera fuerza.
Este 28-F, tanto ARENA como el FMLN han cosechado los peores resultados de su historia. Juntos apenas suman el 19% de los sufragios, cuando en las legislativas anteriores, las de 2018, recibieron casi el 70% de los votos.
2. La irrupción de Nuevas Ideas
Los comicios del 28-F representaron el bautismo electoral para Nuevas Ideas, el partido creado en 2018 por Nayib Bukele. El debut no ha podido ser más exitoso. Nuevas Ideas no sólo es el partido más votado, sino que se ha convertido en la fuerza hegemónica del panorama político-partidario salvadoreño.
La Asamblea Legislativa que inicia funciones el 1.º de mayo de 2021 tendrá representantes de otros siete partidos, pero el de Bukele tendrá los números para hacer y deshacer sin necesidad siquiera de sentarse a negociar.
Las urnas han garantizado al bukelismo que no tendrá que negociar con la oposición en los tres años que restan del quinquenio del presidente Bukele
Las elecciones del 28-F también eran municipales, y Nuevas Ideas asumirá las riendas del gobierno local de la capital y de la inmensa mayoría de las ciudades y pueblos que integran la República de El Salvador.
3. Mayoría calificada en la Asamblea
Las urnas han garantizado al bukelismo que no tendrá que negociar con la oposición en los tres años que restan del quinquenio del presidente Bukele (2019-2024). Cualquier ley podrá ser aprobada, reformada o derogada.
Pero no sólo eso. La Constitución salvadoreña obliga a que algunas decisiones se aprueben con un mínimo de dos tercios de los votos de los diputados: el fiscal general, el procurador de derechos humanos, el procurador general y cinco de los 15 magistrados de la Corte Suprema de Justicia podrán ser nombrados sin que Nuevas Ideas tenga que negociar.
Asimismo, podrán aprobar préstamos internacionales y suspender las garantías constitucionales, iniciativas que también requieren de 56 votos.
4. ¿Podrá reelegirse Nayib Bukele en 2024?
No. Sin importar lo contundente de la mayoría calificada que Nuevas Ideas tendrá en la Asamblea, la Constitución es muy explícita sobre la imposibilidad de la reelección del presidente. «El período presidencial será de cinco años y comenzará y terminará el día primero de junio, sin que la persona que haya ejercido la Presidencia pueda continuar en sus funciones ni un día más», dice el artículo 154.
Toda reforma al texto constitucional debe ser aprobada por una legislatura y ratificada por la siguiente
La Constitución no brinda espacios legales para la reelección de Bukele para el período 2024-2029, sin importar que Nuevas Ideas vaya a tener mayoría calificada. Toda reforma al texto constitucional debe ser aprobada por una legislatura y ratificada por la siguiente.
Si Nayib Bukele sigue siendo el presidente de El Salvador el 2 de junio de 2024 será porque se ha quebrado el orden constitucional.
5. Bukele se queda sin excusas
El triunfo arrollador del bukelismo en las elecciones representa un arma de doble filo para el propio Bukele. En sus casi dos años al frente del Ejecutivo, el presidente se ha escudado en la falta de colaboración de la Asamblea para aprobar sus iniciativas y, con ello, mejorar las condiciones de vida de los salvadoreños.
A partir del 1.º de mayo de 2021, con una Asamblea controlada abrumadoramente por diputados afines a su causa, Bukele ya no podrá apelar al boicot de la oposición, el escudo que más ha utilizado en sus primeros dos años de administración.
Roberto Valencia desde San Salvador (El Salvador) para RT