Catedral de San Miguel en Sitka, Alaska

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

En Sitka, la antigua capital de Alaska en el tiempo que era una una colonia del imperio ruso, se construyó la iglesia ortodoxa de san Miguel. Es también conocida como la catedral ortodoxa de san Miguel. Tiene sus orígenes en el siglo XIX, y su propósito original fue establecer una presencia religiosa en la región, con la intención de convertir a los nativos al cristianismo ortodoxo ruso.

Recordemos que en Rusia la religión preponderante y oficial es la ortodoxa Rusa; que en la actualidad es la mayor de las Iglesias ortodoxas, con un número de seguidores superior a los 150 millones en todo el mundo, cerca de la mitad de los 300 millones de fieles estimados de la Iglesia ortodoxa.

La ciudad de Sitka, está en la isla Baranof, que pertenece al archipiélago de Alexander, en la parte sur de Alaska.

La catedral, un monumento histórico nacional de Estados Unidos, es el centro de interés histórico de Sitka, y se reconoce en todo el estado como el símbolo más destacado de la presencia colonial rusa. Fue el edificio principal de una serie de históricas misiones rusas en Alaska, que con el tiempo se extendieron hacia el sur, llegando hasta Fort Ross en California. Como fue la primera iglesia ortodoxa en el continente, era también la sede de la diócesis ortodoxa rusa de América del Norte. Fue en ese momento, el edificio más grande de Alaska.

La iglesia tiene un diseño típicamente ruso, en forma de cruz. Además del altar central, tiene dos capillas laterales, una dedicada a la madre de Dios y la otra a san Inocencio. Las cúpulas verdes, los iconos históricos, las campanas de la torre y los cucuruchos ortodoxos dorados de la santa Rusia siguen siendo visibles y funcionando en la catedral de San Miguel de Sitka.

Como parte del movimiento misionero de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Pacífico hacia Siberia y América a finales del siglo XVIII y principios del XIX, el padre Veniaminov, nacido en Siberia, llegó a Alaska con su esposa y su familia. Sirvió como sacerdote en Unalaska, en las islas Aleutianas, durante más de diez años antes de ser enviado a Sitka como obispo en 1834. Llegó a ser muy conocido por su cálida relación con los nativos de Alaska y su tolerante aprecio por sus culturas. El obispo Veniaminov tradujo los Evangelios y otros materiales eclesiásticos a las lenguas nativas de Alaska, para las que creó formas escritas.

La catedral original de san Miguel en Nova Arkhangelsk (Nuevo Arcángel), actual Sitka fue construida entre 1844 y 1848 con madera de abeto y tela para velas como aislamiento. El obispo Veniaminov diseñó la catedral y supervisó su construcción. El apoyo financiero provino de la sede de la Compañía Ruso-Americana en Siberia. Gran parte del material de construcción y la mayoría de los iconos y objetos litúrgicos llegaron por vía marítima desde Rusia. El reloj original de la torre de la catedral fue construido por el propio obispo. Las campanas originales de la catedral, de estilo ruso, fueron forjadas en una fundición de Sitka.

En la gélida madrugada del 2 de enero de 1966, la catedral de San Miguel ardió hasta los cimientos durante un devastador incendio nocturno que destruyó 17 edificios del centro de la ciudad, incluida la histórica iglesia luterana situada al otro lado de la calle. Valientes feligreses y habitantes de la ciudad consiguieron salvar casi todo lo que había dentro de la catedral en llamas formando una cadena humana y pasando antiguos tesoros litúrgicos de una persona a otra. Las enormes campanas de metal y el reloj de la torre se fundieron, pero los trozos de campanas fundidas se refundieron más tarde en las campanas actuales, y el reloj fue sustituido. Pocos días después del incendio, se celebraron servicios religiosos al aire libre, sobre las cenizas de la catedral, y se iniciaron los trabajos de reconstrucción.

En 1976, la catedral fue reconstruida utilizando dibujos arquitectónicos realizados de forma casual en 1961 por el Historic American Buildings Survey. Todos los iconos rescatados y otros objetos litúrgicos históricos se volvieron a colocar en su lugar, donde todavía permanecen.

Desde entonces se ha introducido un mejor aislamiento, y las paredes todavía están revestidas con tela para velas, en memoria tanto de la iglesia original como de aquellos que han perdido la vida en el mar.

En 1977, Veniaminov, el primer obispo ruso de Norteamérica, fue canonizado y venerado en la iglesia ortodoxa mundial como san Inocencio Veniaminov, “El Iluminador de Alaska y de toda América”.

En el cementerio ruso de la ciudad, se puede visitar la tumba conmemorativa de San Jakov Netsvetov, contemporáneo del obispo Veniaminov y primer sacerdote nativo de Alaska, ordenado en Rusia, que regresó para servir a la Iglesia en Alaska. San Inocencio Veniaminov está enterrado en un monasterio cerca de Moscú, Rusia.

Es interesante como la iglesia llegó a tener el nombre de san Miguel.

En 1812, cuando todavía Alaska era un colonia de Rusia, el ícono de San Miguel Arcángel se trajo de ese país como carga en el barco Neva de la Compañía Ruso-Americana, que chocó contra una roca y se hundió cerca del volcán monte Edgecumbe, a unos 32 kilómetros al oeste de la ciudad. Milagrosamente, treinta días después, el icono apareció en la playa, cerca del lado derecho de la iglesia y orientado en esa dirección. Fue descubierto de pie en esa posición por unos niños, que se lo llevaron al párroco. El ícono de San Miguel Arcángel no sufrió daños por el agua, a pesar de estar flotando en el océano durante un mes.

En honor a lo anterior, la ciudad recibió entonces el nombre de Nuevo Arcángel, y la catedral el de san Miguel. El ícono original fue uno de los que sobrevivió al incendio y puede verse en el interior de la iglesia.

Lo que hace que la catedral de san Miguel sea única es su diseño arquitectónico que fusiona elementos rusos, nativos y europeos. La cúpula bulbosa, típica de la arquitectura ortodoxa rusa, se alza majestuosamente sobre el horizonte, mientras que las tallas y decoraciones incorporan motivos tradicionales de las culturas indígenas locales tlingit y haida.

La fachada de la catedral está adornada con iconos religiosos y pinturas que narran historias bíblicas, mostrando la fusión cultural que ha caracterizado a la región a lo largo de los años. Los colores vibrantes y los detalles intrincados revelan la maestría de los artesanos que participaron en su construcción. Algunos iconos en la iglesia datan del siglo XVII, y dos de ellos están pintados por Vladímir Borovikovsky, un destacado pintor ruso.

La catedral ha sido testigo de los cambios históricos en Alaska, desde la época de la colonización rusa hasta la compra de Alaska por parte de los Estados Unidos en 1867. A lo largo de los años, la catedral ha servido como un centro espiritual, un lugar de encuentro comunitario y un faro cultural para la diversidad presente en la región.

Aunque en sus inicios la congregación fue en su mayoría de expatriados rusos y trabajadores escandinavos. En la actualidad, esta activa parroquia está compuesta principalmente por nativos de Alaska, la mayoría descendientes de las mismas familias tlingit que vivían en la zona en la época de la colonización rusa. La parroquia está formada por unas 100 familias (el 90% son indios, esquimales o aleutianos). Las liturgias son predominantemente en inglés, pero los himnos se cantan en tlingit, aleut, yupik y eslavo, el idioma de los servicios ortodoxos rusos. Curiosamente la iglesia no tiene bancas, pero eso no ha sido impedimento para que sea una iglesia activa. Como catedral (sede del arzobispo de la arquidiócesis de Alaska) sirve a otras 84 iglesias del estado.

La galería es pequeña (al igual que la iglesia), pero muy bonita, no pongo todo porque el templo está lleno de reliquias, cuadros y otros, que harían la galería muy grande, siendo la idea que vean lo más importante. De hecho la iglesia, por su propia arquitectura ortodoxa, es muy hermosa. Definitivamente uno de los tesoros de Alaska. Unas pocas imágenes las obtuve en el Internet, además algunas históricas.

 
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