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Saúl Weisleder
Contaré una linda historia. Domingo 29 de noviembre del 2015, logré levantarme suficientemente temprano (para ser un domingo) y ver en TVE 2 el programa SHALOM, que se transmite, precede a otro programa sobre el Islam, otro sobre cristianismo protestante, luego de varias comunidades católicas, etc.
Pues este domingo fue muy especial, porque recogió algo ocurrido hace pocos meses en la Provincia de Burgos, en la Comunidad de Castilla y León.
Había un pueblito que por generaciones (siglos, creo que desde el XV) se llamaba “Castrillo Matajudíos”. Pues bien, no sé exactamente cómo fue el proceso, pero sí que el Alcalde del pueblo fue muy activo en ello y que se celebró un referéndum para devolverle el nombre original que tenía, de acuerdo a documentos oficiales, uno de ellos de fines del S. X.
El resultado fue: 29 sí, 19 no. (Ese es el No. de habitantes). De modo que hoy, el pueblo lleva el nombre que consigno en el título de esta reseña.
Es una GRAN NOTICIA para todos los que luchamos contra la intolerancia y a favor del respeto a todos los seres humanos (quizá con la excepción de aquellos que ACTIVAMENTE, con violencia verbal o física, agreden a otros, discriminándolos, hay que decirlo). Es un buen ejemplo; un gran ejemplo.
Espero que en un tiempo no muy lejano, podamos visitar ese lugar.
Por cierto, de lo que vi en la TV, es muy pequeño y rodeado de un paisaje hermoso, pero muy árido.
Varias veces escuché que en Lima, Perú, hay una calle que se llama “matajudíos” de la época de la inquisición. ¿Será así aún?.
Quienes quieran saber más de esto, pueden buscar Googlear, bajo el nombre actual….
Nota: Mota quiere decir Colina
