Carta Luis Alberto Monge 1ero diciembre

N. del E.: En la conmemoracón del 68 aniversario de la Abolición del Ejército, el presidente de la República, Luis Guillermo Solís leyó una carta que le envió don Luis Alberto Monge, disculpándose por no poder asistir al acto. Por su importancia, y por ser prácticamente una carta póstuma procedemos a publicarla.

Atisbando a Luis Alberto

Señor
D. Luis Guillermo Solís
Presidente de la República
E. S. M.

Estimado Señor Presidente

Los achaques de mi maltrecha salud me impiden acompañarlo en la celebración del aniversario 68 de la proclama de D. José Figueres sobre la abolición del ejército como institución permanente. Confío en su comprensión que agradezco.

Don Pepe fue un líder civilista, pacifista y antimilitarista. A mi me confeso que actuó en en contra de su ideales cuando las circunstancias políticas lo obligaron a llevar a sus compatriotas a una guerra civil, con el propósito de restaurar la plena vigencia de los derechos fundamentales, la libertad del sufragio en primer lugar. Muchas veces me dijo que él hubiera preferido recurrir a las vías del dialogo y la concertación, antes que dividir a la familia nacional en una lucha armada. Siempre me animó a legislar a favor de los unos y los otros con el objeto de unir al pueblo. Ordenó que el monumento erigido en Santa María de Dota fuese para los caídos de ambos bandos.

Don Pepe alcanzó la grandeza porque encarnó virtudes fuertes del carácter costarricense. Fue un civilista por su oposición a cualquier organización militar. Fue un amante de la paz, partidario de la abrogación de la guerra como respuesta a los conflictos entre naciones. Fue un antimilitarista, contrario siempre al belicismo. Personificó la filosofía de paz que es consustancial al ser de nuestra nacionalidad.

Don Pepe conquistó la gloria el día que, como jefe supremo de las fuerzas armadas, desbandó a su propio ejército, por considerar suficiente para la seguridad del país la existencia de un buen cuerpo de policía. Este es un hecho singular en la historia de la humanidad. Me duele que todavía no se baya realizado la iniciativa del maestro Luis Dobles Segreda para levantar una estatua de bronce al héroe de la paz D. José Figueres Ferrer, en la cumbre del Chirripó o del Irazú, alzando su mazo destructor de tiranías y constructor de democracias.

Reciba, Señor Presidente, la expresión de mi más alta estima y distinguida consideración.

(f) Luis Alberto Monge

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