Carta de Michael Moore

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

Michaelichael es un cineasta documentalista estadounidense que denuncia por medio de sus películas la violencia que genera la tenencia de armas (Bowling for Columbine), las falencias de los seguros de salud (Sicko), o desnuda el drama capitalista (Capitalismo. Una historia de amor), siempre en el marco de su propio país.

Moore es algo así como la oveja negra del establishment político gringo. Se podría decir que es una piedra en el zapato sin pelos en la lengua. Además de hacer cine, también ha publicado varios libros y se ha ganado una buena reputación como escritor. Entre sus libros más famosos están «Downsize this«, «Dude where’s my country?» y «Stupid white men«.

De vez en cuando Moore escribe cartas para referirse a algún tema puntual. De hecho eso fue lo que me motivó para escribir la columna de hoy, una carta de él del año 2009, que sigue siendo muy actual. Es más, me pareció que en este momento de incertidumbre por la renuncia del Papa y la expectación por el nombramiento de su sucesor, es importante reflexionar un poco sobre la religión, cristianismo, fe, política, dinero y capitalismo. Temas que pareciera no encajan, pero con la lectura de la carta de Moore, veremos que la relación es mucho mayor de lo que aparenta. Por cierto es importante mencionar que Moore es católico.

Como siempre Moore nos da lecciones y nos pone a pensar. A continuación la carta:

Quisiera decirles algunas palabras a aquellos que se asumen cristianos (los musulmanes, judíos, budistas, etc., también pueden leer lo que voy a escribir estoy seguro, de que también ellos podrán aplicarlo a sus propios valores espirituales).

En mi último filme hablo por primera vez sobre mis propias creencias en una película. Siempre creí que las preferencias religiosas son profundamente personales y que deben ser mantenidas en la privacidad. Después de todo hemos escuchado demasiado en las tres últimas décadas sobre como uno debería comportarse y debo decir que estoy bastante quemado de piedades y de lugares comunes considerando que somos una nación violenta que invade otros países y nos castiga por tener la audacia de afrontar tiempos difíciles.

Estoy igualmente en contra de cualquier tipo de proselitismo. No pretendo ciertamente que nadie adhiera a mi fe. Como católico, tengo también mucho que decir sobre la Iglesia como institución, pero lo dejaré para otro día (o para otra película).

A todos los tipos perversos de Wall Street y a los corruptos miembros del Congreso a que me refiero en “Capitalismo. Una historia de amor”, les planteo en la película una sola pregunta: “¿Es un pecado el capitalismo?” y sigo preguntando “¿Habría sido Jesús capitalista?, “¿Habría pertenecido a un Fondo buitre? ¿Podemos aprobar un sistema que permite que el 1% más rico pueda financiar su salud mientras que el 95% de la población no puede?

Estoy inclinado a creer que no es ningún hallazgo creer que el capitalismo se opone a todo lo que Jesús (y Moisés y Mahoma y Buda) predicó. Todas las grandes religiones tienen clara una cosa: es perverso apropiarse de la mayor parte de la torta y dejar a los demás pelearse por el resto. Jesús dijo que a los ricos les será muy difícil entrar en el cielo. Nos enseñó que debemos cuidar a nuestros hermanos y a nuestras hermanas y que la riqueza debe ser compartida. Dijo también que si no le das abrigo a los sin techo y no alimentas al hambriento, te será muy difícil encontrar el código que te permita abrir las puertas celestiales.

Sospecho que para nosotros los usamericanos hay malas noticias. Sabemos que ahora tenemos la más alta tasa de desempleo desde 1983. Se cierra un puesto de trabajo cada 7,6 segundos, todos los días 14 mil personas pierden su seguro de salud. Es así como entendemos el “benditos sean los pobres”

Al mismo tiempo los banqueros de Wall Street (“Bendita sea la Riqueza”) acumulan más y más bienes – y se esmeran en pagar cada vez menos impuestos (en el último año el promedio de impuestos de Goldman Sachs fue de apenas un 1%) ¿Hubiera aprobado esto Jesús? Si no ¿porqué dejamos que siga este maldito sistema? No me parece que usted pueda ser al mismo tiempo Capitalista Y Cristiano – porque usted no puede amar el dinero Y amar a su vecino cuando usted le está negando a su vecino la posibilidad de concurrir al médico solo porque usted puede tener algo más que lo esencial. Eso es “inmoral” y usted está cometiendo un pecado cuando obtiene beneficios a expensas de los demás.

Cuando usted esté en la Iglesia esta mañana piense por favor en todo esto. Quiero pedirle que les permita acercarse a sus “mejores ángeles” Y si usted está entre los millones de estadounidenses que están luchando semana a semana, sepa que yo he prometido hacer todo lo posible para detener este mal —y espero que usted se una a mí hasta que no haya un solo ser humano que no pueda sentarse a la mesa—.

Gracias por escucharme. Estaré en misa dentro de un rato. Le preguntaré al sacerdote si el cree que Jesús habría especulado con hipotecas y sus derivados. Creo que él debe haber sido bueno en matemáticas, sino ¿cómo hubiera podido multiplicar y repartir los panes y los cinco pescados entre 5 mil personas?

O él fue el primer socialista o sus discípulos no fueron eficientes. O ambas cosas.

Micahel Moore

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Un comentario

  1. Gracias don Carlos por facilitarnos está carta,que probablente muchos no conocen, entre esos yo era uno. Indiscutiblemente es un aporte valiosísimo para la reflexión y como usted lo indica de gran actualidad. Cada vez me convenzo más que el modélo capitalista «salvaje» como lo llamó su Santidad Juan Pablo II, no solo ha sido un fracaso para para las economías pobres, o países del tercer mundo como algunos lo llaman, que ha venido provocando más pobreza, desigualdad y destrución del medio ambiente, o valga decir del planeta. Moore es un ejemplo de un humanista preocupado por un mundo mejor, y su propia experiencia le ha enseñado ver esa realidad. En nuestro país también hay personas como Michael Moore, que han venido alzando la voz contra tanta injusticia, y contra políticos corruptos que están felices con este modélo económico que les permite acaudalar cada vez más riquezas, sin importarle el bienestar de las mayorías ni el futuro de su patria. Cómo reaccionan estos mercaderes cuando se les critica su actuar, que son «comunistas». La iglesia católica, muchos de sus pastores son han vuelto indiferentes ante la pobreza, y ante un gobierno neoliberal que ha perdido la verdadera perspectiva cristiana. Que falta le hace hoy a la iglesia no solo costarricense sino universal, mentes como la de Monseñor Sanabria, que si supo interpretar a la luz del evangelio la realidad que vivía su grey en ese periodo histórico.

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