Por Jon Kokura
“Tengo al resto del mundo besándome el culo. Todos suplicándome; ¡Por favor Mister President, no nos aplique aranceles. Haremos cualquier cosa que nos pida Presidente Trump! ¡Cualquier cosa!”
En el Comité Republicano mucho se rieron de lo dicho por el magnate anaranjado. Otros algo avergonzados prefirieron callar.
Trump dijo lo que todos los mandatarios estadounidenses han pensado más de una vez. Y lo han comentado muertos de risa puertas adentro de la Casa Blanca: “El mundo entero nos besa el trasero”.
Tienen sólidas bases para esa expresión… La infame costumbre de muchos gobiernos de ser rastreros hasta agusanarse ante el Imperio Yankee.
Ejemplos de extrema sumisión ante Estados Unidos lamentablemente sobran. Hoy la Unión Europea con su reina Úrsula con der Leyen están practicando lamiendo naranjas. Para después ir a besar el anaranjado trasero de Trump y algo más si es necesario…
Cuando Trump dijo que España era miembro de los BRICS el presidente español Pedro Sánchez salió desesperado a decirle: ¡No Míster President! ¡No somos de los BRICS! ¡No lo seremos jamás! ¡Please, no se enoje con nosotros Mister Trump!
Alguna vez el expresidente argentino Carlos Menem declaró orgulloso que Estados Unidos y Argentina tenían “relaciones carnales”. Donde, por supuesto, Argentina era el sujeto pasivo.
En septiembre del 2018, en el primer mandato de Trump el fallecido presidente de Chile, Sebastián Piñera metió una mini bandera chilena dentro de la bandera yankee. Y se la regaló a Donald Trump en el mismísimo salón oval de la Casa Blanca. Ante la mirada incrédula del magnate anaranjado por el lameculismo extremo del exmandatario chileno.
Daniel Noboa el actual presidente del Ecuador pagó una fortuna (dinero de todos los ecuatorianos) por una selfie con Trump en un campo de golf.
Javier Milei se compró un premio de 30 mil dólares, (una plaqueta de acrílico con letras doradas) como excusa para ir a Miami y sacarse una selfie con Donald Trump en la mansión de Mar-a-Lago. Le hicieron pagar 50 mil dólares extras por «derecho a tenedor» (plata de todos los argentinos). Encima Trump le dio cero pelota. Nada de selfies, nada de nada. Es que después de la cripto estafa, Trump le escapa a Milei como a un sarnoso.
Por eso en esto de: «¡Besen mi culo anaranjado!» expresado por Trump, es una expresión nada diplomática pero históricamente válida del arrogante líder republicano.
Irónicamente muchos de los mandatarios que hoy se muestran «indignados» por los dichos de Trump son los primeros en usar rodilleras cuando van a Washington DC.
Menos Rusia y China, por supuesto.
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