“Declaración como Benemérito de la Patria al Presbítero, doctor Benjamín Núñez Vargas”
Discurso del diputado Luis Fernando Chacón Monge
Señor Presidente, estimados compañeros y compañeras diputadas. (Prensa y público que nos escucha)
Saludo especial a su hijo don Rodrigo Carreras Jiménez, quien también nos hace honor con su compañía en esta Asamblea Legislativa hoy.
Los benemeretigazgos, son una de las más altas distinciones que puede entregarle nuestro país a un ciudadano o ciudadana costarricense. Son los referentes de la vida pública, que deben servir como ejemplo a las presentes y futuras generaciones de lo que significa entregar su vida al servicio patrio.
Pero hoy me gustaría referirme a uno en especial, al del doctor Benjamín Núñez Vargas, expediente No. 21.283, presentado por este servidor y otras compañeras diputadas y compañeros diputados. Con tan noble y merecida distinción, Costa Rica reconoce y dignifica la obra y memoria de un hombre insigne al cual la Patria le honra y agradece sus decididos e invaluables aportes a la sociedad costarricense.
¡Sacerdote, sindicalista, capellán, diplomático, académico y soñador! Son solo algunas de las muchas facetas que distinguen a quien en vida le conocimos como el Padre Núñez.
El Padre Núñez, nació en un ambiente austero, de padres campesinos, un 24 de enero de 1915, en Pacayas, Alvarado de Cartago.
Desde muy temprana edad, el Padre Núñez se entregó a los ideales sociales de la religión, a la que entrego todas sus fuerzas a través del sacerdocio. Esta vocación constituyó la piedra fundamental de todo su ser.
Su Obispo, Víctor Manuel Sanabria, lo marcó para que, con sus estudios de sociología, fundase una alternativa sindical cristiana, que le dio una conciencia lúcida junto a sus compañeros de armas, con quienes luchó por la libertad y la justicia en una nueva Costa Rica de posguerra y de profundas transformaciones sociales. Con un partido político, al que dedicó, todas sus energías en el tanto constituyese una forma de agregación política a favor de los intereses del pueblo costarricense. Pero no solo ello, también criticó y atacó desde adentro cada vez que, sus dirigentes, se tambaleaban, alejándose de las ideas fundacionales de la agrupación política.
En este momento de júbilo Patrio, no puedo dejar de enumerar, aunque sea de manera sucinta, algunos de los grandes y más significativos aportes del Padre Núñez a nuestra patria.
El Padre Núñez organizó la Central Sindical Costarricense Rerum Novarum, inspirado en objetivos que permitieran aquilatar la trascendencia histórica de la fundación de esta importante organización:
- Dar a la gran masa de los asalariados, que son la médula del pueblo, un acceso más justo a los bienes y recursos para el uso y bienestar de las costarricenses y los costarricenses.
- Le correspondió a la Rerum Novarum luchar por su compromiso con la clase trabajadora, provistos de la doctrina social de la Iglesia, con el objetivo de convertir a Costa Rica en un país más justo para todos y todas.
- Ocupó además en la Junta Fundadora de la Segunda República, la Cartera de Trabajo; en esta encuentra la diferencia entre el papel del dirigente sindical y el de un Ministro de Estado, tratando de lograr un modelo de sociedad nuevo, aparejado de grandes y nobles ideales.
- Desempeñó por recargo el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto a.i., por un breve período, promoviendo ante la Junta Fundadora, que la política exterior de Costa Rica debía de estar orientada en complementar los esfuerzos nacionales, pero sin perder de vista la moral y la ética como fundamentos de la acción internacional, la alianza democrática de lucha contra los dictadores y los regímenes militares que desolaban a América Latina.
- Promovió como cura sindicalista y economista, lo que dio origen a una herramienta social innovadora, como ha sido el solidarismo en Costa Rica.
- Fue nombrado como Representante Permanente ante las Naciones Unidas, el 22 de agosto de 1954, y presentó al Secretario General, su memorándum sobre la propuesta para la creación de un Fondo Mundial de Alimentos, para evitar una restricción de la producción, estimular un aumento del consumo y estabilizar los precios internacionales de los comestibles, y hacer frente a las escaseces desastrosas que afectaban a amplios sectores de la población mundial. Esta propuesta estaba inspirada precisamente en el Consejo Nacional de la Producción.
- Durante la Administración de don José Figueres Ferrer, “Don Pepe” le nombra como su representante en calidad de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en Jerusalén y, también, le nombra como Embajador concurrente en Bucarest. Nombramiento que reviste una gran importancia para el país y sus relaciones con el gobierno y el pueblo de Israel, logrando materializar todo tipo de áreas de cooperación entre las dos naciones y fortaleciendo sus vínculos de amistad, que a la fecha hoy permanecen con fuerza.
- Pero su carrera diplomática no culmina ahí, se le nombró como Representante Permanente ante la UNESCO, en momentos de gran tensión en el Istmo, desde donde llevó a cabo tareas de gran valor para Costa Rica, durante los conflictos centroamericanos, por la situación que la Guerra Fría significaba para la organización en aquellos tiempos.
- No obstante, su legado fue más allá; uno de sus alcances patrióticos más trascendentales, fue su participación en la creación de la Universidad Nacional de Costa Rica, de la cual asume la rectoría, en la cual trabaja para la construcción y consolidación de lo que hoy es esta casa de estudios superiores, comprometida con el desarrollo nacional.
Todos sin duda alguna, históricos logros que perduran a la fecha; sin embargo, debo mencionar entre todos estos aportes a la patria del Padre Benjamín Núñez, el haber sido uno de los promotores y actores del famoso PACTO DE OCHOMOGO, que dio el nacimiento a la Segunda República. Ya han transcurrido más de 70 años, desde aquel 17 de abril de 1948, en que tres insignes costarricenses abrazaron la idea de poner fin a un conflicto bélico que, de continuar, hubiese teñido de sangre y dolor cada rincón de nuestra nación con consecuencias inimaginables para la vida social y política de aquella época. Don José Figueres Ferrer, Manuel Mora Valverde y el Presbítero Benjamín Núñez, sellaron con sabiduría una paz social sólida y duradera, marcando uno de los hechos más grandiosos de nuestra historia Patria.
Sus legados son grandes para nuestra querida Costa Rica. El Padre Benjamín Núñez, siempre ante todo, fomentó el dialogo, abrió los espacios para la concertación, el respeto a las libertades, la convivencia en paz, la tolerancia, la bondad y los consensos; principios que debemos trasmitir a los costarricenses y en especial a las nuevas generaciones para que las abriguen, con la convicción de que estos principios son esenciales para mantener y fortalecer la Patria, que nos ha heredado el Padre Núñez y otros grandes próceres a los cuales hoy reconocemos.
Con este benemeritazgo, rendimos tributo al tesonero esfuerzo, trabajo e inspiración de vida que emana del nombre de este distinguido ciudadano, Reverendo, Doctor Benjamín Núñez, como también el aporte que bien señala su reseña histórica en los diferentes campos del quehacer nacional; pero, particularmente, en el fortalecimiento de la democracia y la lucha en contra de la desigualdad, contribuyendo con esmero su noble trabajo en la reducción de las brechas sociales para lograr una Costa Rica más justa, equitativa e inclusiva.
¡Honor a quien honor merece!
Muchas gracias.