Banderazo de salida: inicia el proceso electoral 2026

Luis Paulino Vargas Solís

Luis Paulino Vargas

De eso se encargó Álvarez Desanti, cuando en una entrevista para La Nación, se atrevió a decir que su partido, el PLN, no podría ganar las próximas elecciones, por lo que debería construirse una coalición que, según su propuesta, aglutinaría a prácticamente todos los partidos de derechas, excepto el chavismo.

El propósito, explícitamente formulado, es, precisamente, enfrentar al chavismo. La preocupación subyacente -que no se verbaliza pero resulta fácil de adivinar- es que, de otra manera, el triunfo electoral del chavismo en 2026, podría ser inevitable.

¿Es esta una idea descabellada? Creo que no lo es.

Cierto que al chavismo le fue muy mal en las recientes elecciones municipales. La causa estuvo en su propia chambonada e improvisación, y, sobre todo, en el saco de corrupción que lleva a cuestas. Hicieron todo mal, hasta terminar sumidos en una total confusión.

Queda por verse si tienen la suficiente capacidad para aprender de sus múltiples metidas de patas, pero, lo que sí es seguro, es que ya andan muy afanados, en búsqueda de recomponerse y reagruparse. Su propósito será tratar de capitalizar el embrujo que Chaves y Cisneros todavía ejercen sobre una porción nada despreciable del electorado. Es claro, además, que ya tienen su príncipe heredero: el ministro Luis Amador.

No está claro si el Unidos Podemos de la ministra Natalia Díaz, querrá ir a remolque del chavismo, en vez de hacerse parte de una coalición que lo enfrente, pero sí es obvio que alguna otra gente -especialmente el PUSC- salió de las municipales con aires de triunfalismo.

Deberían tomárselo con un poco más de cautela, ya que, por las circunstancias que se presentaron, esas municipales no permitieron medir el verdadero arrastre electoral del chavismo. Este posiblemente sea más grande -quizá mucho más grande- de lo que se observó en esas votaciones.

A Desanti, como ya dije, le preocupa la posibilidad de que el chavismo gane, y por eso busca una coalición ¿Le preocupará a Feinzaig, al PUSC, a Fabricio? Quizá no. A lo mejor no les disgusta la idea de seguir fingiendo ser oposición en la Asamblea Legislativa. Pero el tiro les puede salir por la culata, en vista de las graves amenazas que el chavismo representa para la democracia y las libertades republicanas.

Por mi parte, confieso que me genera tremenda preocupación la posibilidad de que el chavismo siga gobernando. No estoy seguro que la democracia, el Estado de derecho y el Estado social, puedan sobrevivir a un segundo gobierno de esta gente. Pero, tristemente, he de admitir que tienen buenas posibilidades de ganar. Cierto que todavía faltan dos años, y en ese lapso aún podrían ocurrir muchas cosas. Pero también es cierto que, a pesar del caos y el desastre del gobierno de Chaves, este mantiene un alto nivel de apoyo. Cualquier otro ya habría naufragado en territorio negativo. No pasa así con Chaves, como tampoco con Cisneros, a pesar de toda la podredumbre que se desborda desde su curul.

El terreno era fértil, y ahí Chaves y Cisneros sembraron una mala hierba muy difícil de erradicar.

Aparte la coalición de derechas que plantea Desanti ¿qué tenemos y qué se ofrece desde las izquierdas y el progresismo? La fracción legislativa del Frente Amplio merece felicitaciones, pero, más allá de eso, el paisaje luce estepario. Prácticamente todo está por hacerse.

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