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Por Jonas-Erik Schmidt (dpa)
Colonia (Alemania), 24 ago (dpa) – Parece inapropiado utilizar el término «influencer» cuando se está frente a Klaus Willbrand. Tiene 83 años, lleva el pelo largo y blanco como la nieve y una chaqueta marrón de grandes bolsillos. Además, su pasión es de carácter esencialmente analógico: los libros antiguos.
Sin embargo, Willbrand efectivamente es un influencer. En Instagram cuenta con más de 100.000 seguidores, en TikTok tiene más de 40.000 y todos ansían saber su opinión. «Nosotros mismos estamos sorprendidos sobre este éxito», admite el anciano en voz baja. «No esperábamos que fuera así».
La carrera del librero anticuario en las redes sociales es sin duda una de las más curiosas de los últimos años. Este hombre dedicó toda su vida a la literatura y desde hace más de 20 años lleva adelante su tienda de libros usados en una callejuela de la ciudad alemana de Colonia. Entretanto, el sitio se ha convertido en una verdadera institución.
A principios de este año, estuvo a punto de cerrarla. Una librería anticuaria no es justamente un modelo de comercio para enriquecerse rápidamente.
Para ese entonces, «no venía casi nadie», cuenta Willbrand. Hasta que grabó su primer video para Internet, fue el Viernes Santo. Y a continuación se produjo una especie de resurrección de su negocio.
A partir de entonces, este hombre mayor, que bien podría formar parte del elenco de alguna de las películas de Harry Potter, se convirtió en una especie de oráculo literario tanto en TikTok como Instagram.
En sus videos, al igual que hacen innumerables influencers, ordena el universo en diversas listas. Un clásico es ¿qué tres obras hay que leer sí o sí? La respuesta de Willbrand: «En busca del tiempo perdido» de Marcel Proust, «Ulises» de James Joyce y «El proceso» de Franz Kafka.
Al librero no se le puede imputar que quiera facilitarle las cosas a su público. En un video, por ejemplo, se le pide que nombre las obras de Dostoievski que uno debería haber leído. Y algunos pasajes de la respuesta de Willbrand pueden resultar verdaderamente incómodos. Al menos, si no se piensa en leer en todo el día.
Pero su presentación genera una excelente respuesta en las redes sociales y también ayuda a la librería. «Desde que hacemos TikTok e Instagram, recibimos muchísimos más pedidos», resume Willbrand, quien asegura que, a lo largo de su vida, ha leído aproximadamente 6.000 libros.
Todo comenzó gracias a Daria Razumovych. La mujer tiene unos 50 años menos que él, trabajó como lectora para una editorial y también como asesora de una agencia literaria sobre el tema de las redes sociales.
Entretanto, se desempeña de manera independiente. Ambos se conocieron hace algunos años en una feria de libros antiguos, y entonces ella comenzó a comprar libros a Willbrand.
«Siempre fue muy instructivo hablar con el señor Willbrand. Pensé que había que dejar constancia de sus conocimientos en algún sitio», comenta Razumovych.
Por eso, hace unos tres años le sugirió por primera vez que experimentara con las redes sociales. «Pero por entonces el señor Willbrand todavía estaba seguro de que no quería hacerlo», recuerda.
Sin embargo, hace algunos meses ella se decidió a intentarlo de nuevo. «Esta vez él estuvo muy abierto», afirma. «La librería estaba por cerrar. Ya no había nada para perder».
Razumovych filma y Willbrand responde. La dinámica entre ambos funciona realmente bien. Paradójicamente, a los internautas parece gustarles en especial que el anticuario sea un personaje de la era analógica, alguien concentrado, en lugar de distraído. Sin estridencias, pero con frondosos conocimientos.
«Abandono la mayoría de los libros después de la primera página. Reconozco muy rápido la calidad», revela el librero. «También diría que al menos el 50 por ciento de las personas que hoy día escriben literatura ni siquiera son escritores. No saben hacerlo. Se escriben muchas cosas de carácter individual que no poseen relevancia social».
Willbrand se atreve a emitir tales juicios porque se siente seguro de saber algo de literatura, pero dice actuar con mayor cautela al pronunciar opiniones sobre otros temas. «Hay que entender algo del tema antes de abrir la boca», sostiene. Evidentemente, el librero no es el típico influencer.
