Después de dos o más años de luchar aquí y allá los nuevos titulados en Bacteriología para que se les distinguieran y enaltecieran sus diplomas, fueran reconociéndolos como «D.S.C.» (Doctor en Ciencias), o como «Q.B.P.» (QuímicO-Bacteriólogo-Parasitólogo), al no lograr justicia por ningún lado, decidieron recurrir al Colegio de Microbiólogos de Costa Rica.
Llegaron. Presidía esa noche el Licenciado Picado Chacón. Los escuchó y luego, en vista de que tampoco llegaban a nada concreto, pues no lograban emparejar la realidad con las exigencias de los petentes, les dijo:
—»Para muchos de nosotros esto no es un problema, porque humildemente nos vamos ganando el pan con nuestros laboratorios. Por mí, es decir, mi opinión personal, es que a ustedes pueden llamarlos «O.B.P.», «D.S.C.» o «H.D.P.» si quieren… Al llegar a este punto, saltó como mordido por un alacrán uno de los petentes gritándole al Licenciado Picado Chacón:
—»Un momento colega, todo se lo podemos perdonar menos eso de «H.D.P.». ¿Qué quiere decir usted con «H.D.P.»?».
A lo que nuestro buen amigo don Manuel, gentilmente, con Su peculiar sonrisita de dientes bien expuestos, le contestó:
—»H.D.P.», mi querido colega, quiere decir DOCTOR EN HIGIENE PUBLICA»…