El mismo día, la corona fué quitada del lugar por uno de los enemigos políticos del Licenciado Jiménez Oreamuno y llevada al crematorio.
La noticia de este hecho insólito le fué comunicada inmediatamente por teléfono al señor Presidente de la República por el Comandante de Plaza de Alajuela.
«No me extraña que mi enemigo político haya cogido la corona de laurel puesta al pie del bronce de El Erizo y la haya botado. LO QUE SI ME EXTRAÑA ES QUE NO SE LA COMIERA».
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